Informe de la Real Academia Espa?ola sobre la consulta relativa a la e?e
1. La letra e?e del alfabeto espa?ol es la ¨²nica representaci¨®n gr¨¢fica, dentro de esta lengua, de un fonema, bastante frecuente en el sistema, cuya realizaci¨®n es una articulaci¨®n palatal nasal sonora. El fonema, existente tambi¨¦n en otras lenguas, se representa en ellas, no por medio de un signo ¨²nico, como en la nuestra, sino por un d¨ªgrafo (signo doble): gn, nh, ny. Cada una de las lenguas que disponen de este fonema tiene establecida en su sistema gr¨¢fico, desde hace siglos, una forma fija de representarlo. La lengua espa?ola usa la letra e?e de manera constante desde el siglo XV.2. El uso imprescindible del ordenador, igual que en el resto del mundo, en todos los pa¨ªses de lengua espa?ola, hace necesario que en ellos los teclados y las impresoras inform¨¢ticos est¨¦n provistos de todos los signos gr¨¢ficos propios de nuestro idioma. De otra manera, se hace inevitable quebrantar constantemente, en la escritura de textos en espa?ol, normas gr¨¢ficas m¨¢s fundamentales que las normas ortogr¨¢ficas m¨¢s primarias. Se plantear¨ªa as¨ª un problema semejante al que se dar¨ªa en ingl¨¦s, por ejemplo, si no se pudiese disponer de una tecla para la letra e?e. Por ello es perfectamente razonable la exigencia del Gobierno espa?ol de que los equipos inform¨¢ticos que se vendan en Espa?a cuenten con una tecla correspondiente a la letra e?e, as¨ª como las de otros signos caracter¨ªsticos de nuestro sistema gr¨¢fico.
3. Conviene recordar que determinados hispanismos del ingl¨¦s se escriben en esa lengua utilizando la letra espa?ola efie. As¨ª ocurre, por ejemplo, con la palabra vicu?a, que figura en los diccionarios ingleses y norteamericanos con graf¨ªa id¨¦ntica a la espa?ola. Ser¨ªa sumamente curioso que, mientras los usuarios de la lengua inglesa cuentan, en su escritura, con palabras que incluyen la letra e?e, los hispanohablantes se viesen privados, en su empleo del ordenador, de la posibilidad de escribir cualquiera de las numerosas palabras que en su idioma contienen dicha letra.
4. La pretensi¨®n de que en los ordenadores comercializados en Espa?a pueda no estar incluido el signo ? es incongruente con la realidad de que, desde tiempo inmemorial, los teclados de estas m¨¢quinas disponen de una tecla para el signo ?, s¨®lo ¨²til para la escritura de lenguas cuya importancia pol¨ªtica y demogr¨¢fica, por separado o en total, no es ciertamente superior a la del espa?ol. Carece de sentido plantearse la posibilidad de suprimir (o de sustituir artificialmente, que vendr¨ªa a ser lo mismo), en cualquier procedimiento de escritura, una letra de valor fonol¨®gico bien definido dentro de una lengua que es veh¨ªculo de comunicaci¨®n de 300 millones de hablantes en el mundo de hoy y que, adem¨¢s, es una de las lenguas oficiales en todos los organismos internacionales.
5. Por consiguiente, la Real Academia Espa?ola se opone decididamente a que se levante la prohibici¨®n gubernamental de comercializar en Espa?a productos inform¨¢ticos en que no se tengan en cuenta todas las caracter¨ªsticas del sistema gr¨¢fico del espa?ol, y considera que cualquier pr¨¢ctica en otro sentido constituye un atentado grave contra la lengua oficial.
6. La Real Academia Espa?ola entiende que, si las verdaderas razones del intento de prescindir de de la letra e?e en los teclados inform¨¢ticos son de ¨ªndole econ¨®mica, m¨¢s l¨®gico ser¨ªa procurar que las m¨¢quinas ofrecieran mayor n¨²meros de ventajas, incluyendo, y no excluyendo, el m¨¢ximo posible de caracter¨ªsticas gr¨¢ficas propias de todas las lenguas que utilizan el alfabeto latino.
Madrid, 9 de mayo de 1991
Babelia
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