El viento furioso sigue matando en Bangladesh
Tienen el cuerpo tan peque?o, son tan fr¨¢giles, que el viento los zarandea como plumas, y estos d¨ªas en Bangladesh el viento lleva aires asesinos. Cuando le digo al taxista que me lleve a los suburbios de Bangladesh donde va no hav hormig¨®n que proteja contra los tornados, mira al cielo y husmea los nuevos nubarrones, siempre amenazadores. Tambi¨¦n se palpa el bolsillo, un bolsillo que se adivina voraz con los d¨®lares de la periodista, que se aventura en esos suburbios asolados y pobres de un pa¨ªs donde la diarrea, siempre c¨®mplice y madrugadora, se ha cobrado ya 951 v¨ªctimas.
ENVIADA ESPECIAL
La decisi¨®n del taxista es r¨¢pida. Al fin y al cabo nadie es capaz de predecir cu¨¢ndo aparecer¨¢ otro remolino violento y destructor. En lo que va de semana, ni una sola tarde ha dejado de hacer aparici¨®n la furia de un viento que barre a 150 kil¨®metros por hora y parece querer llevarse consigo todo lo que toca. R¨¢fagas que arrancan, matan y destruyen. Las lluvias presagian una nueva calamidad.En Gazibur, donde hace tres d¨ªas murieron unas 200 personas, dos organizaciones ben¨¦ficas banglades¨ªes han enviado a una decena de m¨¦dicos y enfermeras voluntarios para realizar las curas y repartir gratuitamente medicinas. El doctor Abul Kalam Patori, de 35 a?os, pregunta a una mujer qu¨¦ le pasa. "No tengo fuerzas doctor", dice extendi¨¦ndole dos brazos que parecen dos agujas. "Quiero vitaminas", contin¨²a; "el tornado se ha llevado mi casa y estoy tan d¨¦bil que no puedo hacer nada por reconstruirla". ?sta es, sin duda, la mayor enfermedad de Bangladesh. Las gentes se mueren de hambre o las infecciones acaban con cuerpos an¨¦micos, que se consumen como velas.
No hay esperanza, s¨®lo resignaci¨®n para estos 115 millones de seres que se agolpan en un territorio de una extensi¨®n similar a la de Andaluc¨ªa, 143.999 kil¨®metros cuadrados "Dios lo ha querido", dice Anohara Katum, de 37 a?os cuya choza de bamb¨² se llev¨® el viento. Un ni?o de piernas de palillo y vientre de globo se agarra a ella llorando. Es el menor de los cuatro hijos sobrevivientes.
A los 11 d¨ªas de que un cicl¨®n devastara el tercio sur del pa¨ªs y sembrara de cad¨¢veres sus campos, diversas organizaciones internacionales llegadas a Bangladesh aseguran que la situaci¨®n sanitaria "empeora por momentos".Falta coordinaci¨®n
El pa¨ªs no est¨¢ preparado. Falta coordinaci¨®n entre las instituciones nacionales, personal, medicinas, tabletas para purificaci¨®n del agua, equipamiento sanitario, y medios de transporte para proceder a una vacunaci¨®n masiva e intensiva de, al menos, 10 millones de habitantes. La Media Luna Roja ha desmentido que el c¨®lera haya comenzado a segar vidas en las zonas afectadas por el cicl¨®n. Sin embargo, el Gobierno ha reconocido que varios centenares de sobrevivientes han muerto ya a consecuencia de la "diarrea y otras enfermedades intestinales".
Al cicl¨®n se unen ahora los tornados que est¨¢n sacudiendo los alrededores de Dhaka y el noroeste del pa¨ªs desde el pasado lunes.
Khaleda Zia, que accedi¨® a la jefatura del Gobierno banglades¨ª el 19 de marzo pasado tras las primeras elecciones verdaderamente democr¨¢ticas en los 20 a?os de independencia del pa¨ªs, pidi¨® ayer a la poblaci¨®n "coraje y fortaleza" para enfrentar una vida "que siempre estar¨¢ expuesta a este tipo de calamidades".
En el barrizal por el que se accede a Comilla, se hacinan ni?os heridos por un tornado que mat¨® a 11 personas. Piden a sus paup¨¦rrimos vecinos ayuda para comprar las hojalatas con las que fabricaron sus casas que el viento ha retorcido hasta convertir el en una especie de cementerio de coches. Las heridas fueron, el mi¨¦rcoles, curadas y tapadas con gasas, que ayer no eran sino un parche de suciedad en la espalda, en la pierna o en un brazo.
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