"Convendr¨ªa que el papel del Estado fuera menor"
Presidencia prepara un real decreto que dar¨¢ nuevas competencias a la comisi¨®n delegada que preside Solchaga
Carlos Solchaga, principal impulsor de las ideas liberales en el Gobierno, mantiene, no obstante, como una de las principales prioridades de su acci¨®n pol¨ªtica la reducci¨®n de las desigualdades econ¨®micas a trav¨¦s de un sistema fiscal muy progresivo.Pregunta. ?Con el nuevo Gobierno se considera con m¨¢s fuerza para desarrollar su pol¨ªtica econ¨®mica?
Respuesta. No hay un cambio sustancial en esa materia. Por fortuna, a lo largo de todo el tiempo que he sido ministro he dispuesto de lo que era el arma fundamental para llevar a cabo la pol¨ªtica econ¨®mica y su coordinaci¨®n con el respaldo del presidente. Esto sigue pasando ahora, aunque, si se quiere, ahora el equipo econ¨®mico del Gobierno -sin desmerecer al anterior, me gustar¨ªa que esto quedara claro- es m¨¢s coherente, somos gente que nos parecemos m¨¢s.
P. ?Hay alg¨²n proyecto para aumentar las competencias de la comisi¨®n delegada?
R. No, lo que pasa es que la comisi¨®n delegada debe cambiar un poco el contenido de sus asuntos. La comisi¨®n, para ser ¨²til, tiene que pensar mucho m¨¢s en los planes y estrategias a medio plazo y mucho menos en la intervenci¨®n concreta a corto plazo.
P. Entonces, ?precisa una reforma jur¨ªdica?
R. S¨ª, tenemos en estudio un real decreto de la Presidencia del Gobierno asignando de nuevo las tareas y funciones a la Comisi¨®n Delegada de Asuntos Econ¨®micos.
Gobierno y partido
P. ?Es operativo el modelo de funcionamiento que existe ahora, con un Gobierno tan marcado por criterios t¨¦cnicos y un partido con una pol¨ªtica mucho m¨¢s definida? ?No ser¨ªa mejor un Gobierno con mayor participaci¨®n de pol¨ªticos y un partido con mayor influencia de los expertos?R. Creo que en esa pregunta lo que hay, con todos mis respetos, es una mala interpretaci¨®n de cu¨¢l es el papel de los pol¨ªticos o cu¨¢l es el perfil de los pol¨ªticos. A m¨ª se me ocurren pocas actividades m¨¢s pol¨ªticas que la de un miembro del Gobierno que adem¨¢s, de manera conjunta y colegiada, decide los asuntos del pa¨ªs; naturalmente, en coordinaci¨®n con las Cortes, que deben respaldar las propuestas legislativas y las reformas que el Gobierno lleve adelante.
P. ?Usted c¨®mo prefiere que le definan: como socialista, como socialdem¨®crata o como un pol¨ªtico de izquierdas?
R. Yo he dicho toda la vida que soy un socialdem¨®crata, y adem¨¢s he insistido m¨¢s de una vez que dentro de los socialdem¨®cratas, que son aquellas personas que creen que se pueden producir reformas en la b¨²squeda de la igualdad en la sociedad y de una mejor justicia, pero siempre respetando las formas democr¨¢ticas, nunca mediante procedimientos supuestamente revolucionarios que no conducen a nada. Soy de aquellos que les dan mucha m¨¢s importancia que otros al paso hacia la sociedad libre y de econom¨ªa de mercado.
P. ?Qu¨¦ puede hacer un socialdem¨®crata para reducir las desigualdades de este pa¨ªs?
R. Seguir aplicando, como me parece que he aplicado yo con gran rigor, un sistema Fiscal que es bastante progresivo, por no decir muy progresivo, y tratar al mismo tiempo de producir una redistribuci¨®n mediante el gasto p¨²blico, de manera que los pobres tengan mejor acceso a la vivienda, a la ense?anza, tengan una cobertura sanitaria suficiente, mejores servicios sociales y un nivel de pensiones suficientes.
P. Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os se han reducido muy poco las desigualdades.
R. Esa es una opini¨®n que he o¨ªdo en m¨¢s de una ocasi¨®n y no he visto nunca suficientemente respaldada.
P. La participaci¨®n de los salarios en la renta, por ejemplo, no ha aumentado.
R. Pero eso es una de las variables que peor gu¨ªa sobre la evoluci¨®n de la igualdad, porque, naturalmente, en nuestra sociedad de 1920 los asalariados no participaban de la propiedad de las empresas, y los empresarios obten¨ªan buena parte de su renta simplemente de las rentas del capital. La verdad es que si uno observa sociedades que son mucho m¨¢s igualitarias que la nuestra -por ejemplo, la sueca-, observar¨¢ tambi¨¦n que en los ¨²ltimos 20 o 30 a?os la proporci¨®n de los salarios en la renta se ha reducido en todos los casos. Creo que la elevaci¨®n de las pensiones ha hecho, por ejemplo, que muchas mujeres y hombres de la tercera edad ahora no est¨¦n marginados.
P. ?Pero tambi¨¦n es cierto el t¨®pico de que los ricos son m¨¢s ricos?
R. Soy consciente, al mismo tiempo, que como en todas las ¨¦pocas de auge econ¨®mico ha habido movimientos especulativos, ha habido fortunas que han surgido demasiado deprisa, y esto produce una cierta reacci¨®n en la sociedad, que da la impresi¨®n a veces de que hay ricos que est¨¢n siendo much¨ªsimo m¨¢s ricos que antes; pero la verdad es que a m¨ª me parece que ¨¦sta es una sociedad mucho m¨¢s justa.
P. Hace pocos d¨ªas, un editorial de Financial Times dec¨ªa que uno de los problemas mayores de la econom¨ªa espa?ola es que tiene muchas subvenciones.
R. Yo creo que no est¨¢ mucho m¨¢s subvencionada que algunas otras comunitarias; no puedo decir que la brit¨¢nica, que es ahora un poco m¨¢s liberal de que lo que fuera hace ahora tan s¨®lo 10 a?os. Pero s¨ª es cierto que todav¨ªa no hemos depurado algunas de nuestras pr¨¢cticas intervencionistas, y que en ese sentido convendr¨ªa que el papel del Estado fuera menor.
P.?Por qu¨¦ reh¨²ye tanto definirse sobre el fondo de los grandes temas econ¨®micos, como la energ¨ªa nuclear, el papel del sector p¨²blico, la vivienda o la privatizaci¨®n de las empresas? ?Siempre deciden sobre estos temas sin ning¨²n debate previo y, a veces, con mucho oportunismo electoralista?
R. Bueno en esos casos hemos adoptado posiciones muy pragm¨¢ticas. Lo que no tiene ning¨²n sentido, en mi opini¨®n, es que un Gobierno sea pronuclear o antinuclear; en cada momento depender¨¢ de las alternativas energ¨¦ticas que existan y de los costes que anticipe a la hora de disponer de los residuos. Si en el a?o 2000 tenemos tecnolog¨ªas nucleares que sean mucho m¨¢s seguras, que eliminen en gran medida el riesgo de los residuos, no habr¨¢, pues, ninguna raz¨®n para ser antinucleares. Ahora existen razones para preocuparse por las consecuencias de la energ¨ªa nuclear.
P. ?Y cu¨¢l es su posici¨®n sobre la empresa p¨²blica?
R. Sobre la empresa p¨²blica, lo que s¨ª dijimos fue que este Gobierno no ten¨ªa m¨¢s proyecto de nacionalizaci¨®n que el de la red p¨²blica de la alta tensi¨®n, nacionalizaci¨®n que, por cierto, llev¨¦ a cabo yo, supuestamente el m¨¢s liberal. Nunca hemos tenido otro proyecto y nunca hemos dicho que quisi¨¦ramos que m¨¢s partes de la actividad econ¨®mica formaran parte del sector p¨²blico.
P. Hablando de competitividad, ?qui¨¦n tiene raz¨®n, el Banco de Espa?a o Aduanas? Mejor dicho: ?est¨¢ mejorando realmente Espa?a en el comercio exterior?
R. S¨ª, quien mide el comercio exterior es Aduanas; el Banco de Espa?a lo que mide son los flujos de divisas. Es como si usted vendiera ma?ana un coche, y la mitad del dinero se lo quedara en su casa y la otra mitad lo metiera en el banco. El banco medir¨ªa la mitad; las aduanas, sin embargo, registran de verdad lo que sale y lo que entra ahora, no cuando ingresan o cuando pagan.
P. ?Por tanto, est¨¢ mejorando la competitividad real de la econom¨ªa espa?ola?
R. Sin ninguna duda. Llevamos ya m¨¢s de un a?o en que nuestras exportaciones en t¨¦rminos reales est¨¢n creciendo m¨¢s que el comercio mundial en t¨¦rminos reales, lo cual es la mejor prueba de nuestra mejora en la competitividad, y eso a pesar de que el tipo de cambio no ha evolucionado favorablemente.
Competitividad y salarios
P. Sin embargo, usted, de forma reiterada, llama la atenci¨®n sobre el aumento de los salarios. Como si los salarios fueran el gran problema de la competitividad, que, por lo que se ve, no est¨¢ tan mal.R. Es verdad que estamos consiguiendo mejores resultados en materia de nuestra capacidad de competir, pero es a costa de un crecimiento econ¨®mico menor del que pod¨ªamos tener. Si adem¨¢s de esto tuvi¨¦ramos costes que crecieran menos, podr¨ªamos, al mismo tiempo, tener tipos de inter¨¦s m¨¢s bajos gracias a una pol¨ªtica monetaria m¨¢s expansiva, y entonces tendr¨ªamos las dos cosas: mejora de nuestra capacidad de competir en mercados exteriores y un crecimiento m¨¢s o menos fuerte de la actividad econ¨®mica, como ser¨ªa deseable. En ¨²ltima instancia, esta combinaci¨®n ya la estamos consiguiendo, aunque a costa de que la creaci¨®n de empleo ahora, a¨²n siendo positiva, es mucho menor de lo que era hace dos a?os.
Esta es la raz¨®n por la cual yo, analizando este tema con una mayor perspectiva temporal, no digo que los salarios sean, obviamente, la ¨²nica causa que reduce el nivel de competencia de nuestro pa¨ªs.
P. Pero ahora que ya no hay elecciones sindicales y est¨¢n firmados casi todos los convenios, ?por qu¨¦ es tan dif¨ªcil lograr el pacto de competitividad?
R. Yo creo que no lo es, y desde luego tengo la esperanza de que podamos hacerlo. Mi calendario es que, a finales; de mayo o en los primeros d¨ªas de junio, la comisi¨®n mixta Congreso-Senado podr¨ªa establecer sus conclusiones y las resoluciones sobre lo que debemos hacer en materia de competitividad y de preparaci¨®n de nuestra econom¨ªa para el mercado ¨²nico y la uni¨®n monetaria. A partir de ah¨ª podremos presentar en la comisi¨®n el plan de competitividad para luego negociarlo con los sindicatos, y tengo la esperanza de que a lo largo de este verano seamos capaces de llegar a un acuerdo.
P. ?Cu¨¢les son las l¨ªneas maestras de este plan?
R. Yo creo que no puedo revelarlo todav¨ªa. Ya s¨¦ que es una cosa que se me reprocha con frecuencia: est¨¢ usted hablando del pacto y no nos dice en qu¨¦ consiste. S¨ª puedo avanzar que se contemplar¨¢ la moderaci¨®n del salario nominal, el sostenimiento del poder de compra de los asalariados, y que, por otro lado, los beneficios, en la medida de lo posible, se reinviertan, y, naturalmente, algunas pol¨ªticas adicionales que deber¨¢ hacer el Gobierno, sobre todo en materia de formaci¨®n profesional y de lucha contra el desempleo.
P. Cuando han presentado el nuevo banco p¨²blico, la Corporaci¨®n Bancaria de Espa?a, han dicho que pretend¨ªan reordenar el sector financiero p¨²blico, pero que tambi¨¦n intentaban forzar que la banca privada modere sus tipos de inter¨¦s. ?En qu¨¦ medida, con un dominio del 13%, se puede incidir en el sector?
R. Ya quisieran muchos tener un 13% de cualquier mercado para imponer algo. No, yo creo que sencillamente la nueva Corporaci¨®n Bancaria obedece a esos dos objetivos que acaba de decir. Por otro lado, vamos a gestionar de manera eficiente y de una sola mano lo que ya ten¨ªamos, aprovechando las complementariedades entre unas y otras instituciones. En segundo lugar, vamos a provocar desde el sector p¨²blico un aumento de la competencia con el fin de que las diferencias que existen entre los tipos de activo y los de pasivo en los bancos espa?oles sean cada vez menores.
P. ?Se acab¨® ya con el cr¨¦dito oficial?
R. No, el cr¨¦dito oficial seguir¨¢ existiendo en Espa?a como existe en otros pa¨ªses, aunque organizado de manera diferente. Tenemos, por un lado, una agencia oficial o un agente financiero del Estado, del que ya no depender¨¢n los bancos. Este ser¨¢ el agente financiero que cuando necesitemos un convenio para financiar viviendas se pondr¨¢ en contacto y har¨¢ la oferta a toda la banca.
P. De cuando en cuando, cuando habla de temas bancarios vuelve a manifestar que se necesita una mayor concentraci¨®n, y vuelve a mostrarse favorable a las fusiones. ?Se refiere s¨®lo a bancos o hay otro tipo de empresas?
R. Estoy hablando fundamentalmente de bancos. Yo no tengo nada contra otras posibles fusiones, pero donde yo veo que la situaci¨®n va a cambiar dram¨¢ticamente es sobre todo en el sistema financiero. Y por eso me parece que cuando yo veo los bancos que van a venir, que est¨¢n viniendo aqu¨ª, pero que vendr¨¢n todav¨ªa de manera m¨¢s masiva, los alemanes, los italianos, los franceses, y los comparo con el tama?o de los grandes nuestros, me doy cuenta de que somos muy peque?os.
P. ?La fusi¨®n entre el Hispano Americano y el Central es el modelo de fusiones bancarias que propugna el Gobierno?
R. Se trata de la fusi¨®n de dos entidades grandes del sistema financiero espa?ol de las que se ver¨¢n afectadas por la gran banca europea. Esta operaci¨®n entra dentro de las que el Gobierno ven¨ªa amparando.
P. El Gobierno dar¨¢ exenciones fiscales con los mismos criterios que aplic¨® en el BBV y La Caixa
R. Con toda seguridad, s¨ª.
Evitar las dos velocidades
P. ?Puede escapar Espa?a a la Europa de las dos velocidades?R. Yo creo que lo primero que hay que preguntarse, y como objetivo proponerse, es que Europa no vaya a dos velocidades. Luego ya veremos lo que Espa?a hace, pero creo que es muy importante que lo hagamos ahora.
Si fueran dos velocidades porque hemos fracasado, creo que Espa?a debe evitar quedarse en la segunda velocidad. Estoy convencido de que ser¨ªa mucho m¨¢s costoso para este pa¨ªs quedarnos en el furg¨®n de atr¨¢s.
P. ?Cu¨¢les van a ser las repercusiones del nombramiento de Edith Cresson y la dimisi¨®n de Karl P?hl?
R. Habr¨¢ que ver de qu¨¦ manera Edith Cresson puede introducir cambios, aunque ¨¦stos no deber¨ªan ser sustanciales, ya que hasta hace pocos meses form¨® parte del Gobierno; es posible que ponga ¨¦nfasis en la defensa de algunos aspectos relacionados con la defensa europea. El presidente del Bundesbank ha aducido razones personales para su dimisi¨®n, y es de destacar que es un hombre que ha llegado a personalizar la imagen de independencia respecto del Gobierno alem¨¢n. Creo que quien le ha sucedido tratar¨¢ de preservar la misma independencia.
P. ?Cu¨¢ndo entrar¨¢ la peseta en la banda estrecha?
R. Cuando sea posible. Desde luego, mientras la peseta est¨¦ en la parte alta de la banda no se va a reducir la banda de Espa?a.
P. ?Y puede existir una etapa intermedia?
R. No lo s¨¦. Yo desde luego, no me habr¨ªa de oponer.
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