"No hay raz¨®n para seguir la guerra en Angola"
Jonas Malheiro Savimbi, de 58 a?os, l¨ªder de la Uni¨®n Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), regresar¨¢ a Luanda tras 15 a?os de lucha armada. Savimbi se enfrentar¨¢, en las primeras elecciones pluralistas desde la independencia, en 1975, a sus enemigos del Movimiento Popular de Liberaci¨®n de Angola (MPLA). En esta entrevista, realizada en Bruselas, Savimbi explica que sus ideas pueden resumirse en una sola frase: "Con la UNITA en el poder acabar¨¢n la guerra y todos los males que afligen a Angola".
Savimbi maneja su bast¨®n con pu?o de marfil como si fuera un cetro. Viste un traje mao, y en el ojal, como todos los miembros de la UNITA, luce el emblema blanco con un gallo negro de su movimiento. Va rodeado por un s¨¦quito de generales y ministros, guardaespaldas y periodistas. Los partidarios de Savimbi, entre los que se cuentan muchos admiradores portugueses, est¨¢n convencidos de que ser¨¢ el futuro presidente de Angola, y que, gracias a ¨¦l, la antigua colonia portuguesa volver¨¢ a ser lo que era antes de la independencia: uno de los pa¨ªses m¨¢s ricos de Africa.Savimbi ha sido recibido varias veces en la Casa Blanca por los presidentes Ronald Reagan y George Bush. Ni uno ni otro han reconocido el Gobierno en el poder en Luanda desde 1975 y se niegan a recibir al presidente Eduardo dos Santos.
Sus adversarios le reconocen su tremenda capacidad de organizaci¨®n y una gran inteligencia pol¨ªtica. Sabe adaptar su discurso al interlocutor del momento y cita a Churchill para afirmar que "los pueblos no tiene amigos, s¨®lo tienen intereses".Pregunta. El fracaso de los acuerdos de Gbadolite, hace dos a?os, cre¨® mucho escepticismo. ?Cree que esta vez llegar¨¢ la paz a Angola?
Respuesta. El d¨ªa 31 de mayo se firmar¨¢n los acuerdos de paz. Creo que esta vez servir¨¢. En Gbadolite no hubo acuerdos, sino unas condiciones impuestas por el MPLA, de las que s¨®lo tuve conocimiento completo seis meses m¨¢s tarde, y que inclu¨ªan mi exilio. Nunca estuve de acuerdo, nunca firm¨¦ nada. Para acabar con una guerra hay s¨®lo dos caminos. O hay un vencedor, y que el gana militarmente impone sus condiciones al otro. O el que tiene el poder no consigue derrotar a su enemigo y es obligado a negociar. En Angola ya no hay razones para continuar la guerra.
P. ?Despu¨¦s del alto el fuego, la UNITA entregar¨¢ sus armas y una parte de sus guerrilleros se integrar¨¢n en el nuevo Ej¨¦rcito nacional?
R. Los acuerdos no prev¨¦n nada de esto. En relaci¨®n al Ej¨¦rcito est¨¢ previsto que tendr¨¢ 50.000 hombres, y que cada parte tendr¨¢ un 50%. Pero la UNITA no desmoviliza, no desarma, antes de las elecciones. Todas las fuerzas militares van a ser concentradas en determinadas zonas y van a ser controladas por la ONU.
Cuadros militares
P. Desde su creaci¨®n, la UNITA ha sido fundamentalmente un movimiento armado. ?Su reconversi¨®n en partido pol¨ªtico supondr¨¢ alg¨²n riesgo para sus cuadros militares?
R. Hemos tenido tiempo de prepararnos porque sab¨ªamos desde los acuerdos de Nueva York de diciembre de 1988, que obligaban a los cubanos a salir de Angola, que el MPLA se ver¨ªa obligado a pactar con nosotros. Los cambios democr¨¢ticos en los pa¨ªses del Este, las nuevas relaciones sovi¨¦tico-americanas aceleraron todo, pero est¨¢bamos preparados. En nuestro ¨²ltimo congreso, en marzo, explicamos a nuestros soldados que la guerra iba a acabar y que no podr¨ªan participar todos en el nuevo ej¨¦rcito. No hubo y no habr¨¢ problemas, porque todos son voluntarios y disciplinados.
P. ?Pero la lucha ahora va a ser diferente?
R. En pol¨ªtica hay que correr algunos riesgos para ganar. Pero no arriesgamos nada, o muy poco. Tenemos cuadros suficientes, y muy buenos, en Angola, en Portugal y en otros pa¨ªses. Todos van a volver a Angola despu¨¦s de la paz. Algunos son arquitectos, ingenieros, m¨¦dicos, y no pueden partir inmediatamente, pero lo har¨¢n cuando vean que la situaci¨®n se estabiliza.
P. ?No tiene miedo de ser mal recibido en Luanda?
R. No, nunca tuve miedo. En 1974 fui el ¨²nico dirigente que entr¨® en Luanda a pecho descubierto. Agostinho Neto [l¨ªder del MPLA y primer presidente de Angola], que era natural de la regi¨®n de Luanda, entr¨® en la capital en un coche blindado. Yo visit¨¦ los musseques [suburbios populares, de chabolas], cosa que Eduardo dos Santos (el actual presidente) no ha hecho nunca.
Creo sinceramente que los angole?os est¨¢n cansados de guerras. El que quiera provocar enfrentamientos se condenar¨¢ a s¨ª mismo.
P. Pero en 1975, la UNITA fue expulsada de Luanda.
R. En 1975, el MPLA ten¨ªa a Agostinho Neto, que era un dirigente experimentado, respetado, y sobre todo ten¨ªa el apoyo de los cubanos. Ahora no tiene ni lo uno ni lo otro.
P. Algunos dicen ya que Savimbi ganar¨¢ las elecciones de 1992.
R. No digo que sea el futuro presidente. De momento s¨®lo soy el candidato de la UNITA a la presidencia de Angola. Pero estoy convencido de que vamos a ganar, y vamos a empe?amos a fondo para conseguir la victoria.
P. ?Cu¨¢l es el modelo pol¨ªtico que propone?
R. Una democracia multipartidista, con un poder fuerte en el que las leyes y la Constituci¨®n sean hechas por una asamblea elegida democr¨¢ticamente. Queremos la separaci¨®n de poderes y la libertad de prensa.
P. ?Cree que un a?o ser¨¢ suficiente para convencer a los angole?os de que en democracia pueden hablar, decir lo que piensan?
R. Lo que los angole?os quieren es la paz. Vamos a hablar con los trabajadores y con los campesinos. La UNITA fue, desde el inicio, un partido de campesinos, y los conocemos mejor que el MPLA. Podemos dialogar con ellos, y decir lo que ellos, tal vez, no se atreven a decir. El MPLA se mantiene en el poder desde 1975 por la fuerza, por la intimidaci¨®n. Van a intentar hacerlo de nuevo durante la campa?a electoral, de forma m¨¢s sofisticada, y por ello hemos exigido la presencia de observadores internacionales.
P. Sectores de la oposici¨®n dicen (que la UNITA tiene prisa
porque quiere el poder, no la democratizaci¨®n.
R. Los que dicen esto son algunos intelectuales que quieren atrasar el proceso para tratar de organizar sus propios partidos. Dan una imagen deformada de Ia realidad. No tienen representatividad, s¨®lo defienden sus ideas y sus ambiciones personales.
P. La situaci¨®n econ¨®mica es catastr¨®fica. ?Qu¨¦ medidas propone?
R. Angola es un pa¨ªs muy rico. Bastar¨¢ estabilizar la situaci¨®n, liberalizar la econom¨ªa para atraer las inversiones extranjeras. Los Gobiernos europeos se sienten moralmente solidarios con los pa¨ªses del Este y quieren canalizar las inversiones hacia Polonia o Checoslovaquia. Pero los hombres de negocios no se mueven por razones morales o pol¨ªticas, y van a invertir en Angola porque saben que van a ganar mucho dinero.
Nuevos apoyos
P. ?Su gira europea le ha permitido conseguir nuevos apoyos?
R. Son nuestros amigos europeos quienes me han pedido hacer estas visitas para deshacer la idea de que la UNITA privilegia las relaciones con Estados Unidos.
P. Con Espa?a tambi¨¦n?
R. Tenemos una gran admiraci¨®n por la transici¨®n y por la democracia espa?ola, pero nos resulta dif¨ªcil entender la posici¨®n de Espa?a, el apoyo que Felipe Gonz¨¢lez, que es un dem¨®crata, da al MPLA.
P. ?La UNITA tiene buenas relaciones con las oposiciones en algunos pa¨ªses africanos, como Guinea Ecuatorial?
R. Tenemos relaciones con algunos Gobiernos africanos, pero nunca con las oposiciones. Es uno de los principios de la pol¨ªtica de la UNITA.
La ¨²nica excepci¨®n es Sur¨¢frica, donde tenemos, desde siempre, relaciones con el Congreso Panafricano m¨¢s que con el ANC.
P. ?Y con la Renamo de Mozambique?
R. Nunca. Tengo mucha amistad con el presidente Joaquim Chissano, como las ten¨ªa tambi¨¦n con su antecesor, Samora Machel.
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