Lole, en el p¨²lpito

A Lole se le debieron cruzar los cables y creer que estaba en el p¨²lpito del templo y no en el estrado de un festejo isidril para dar un concierto. El concierto lo dio, es verdad, pero truf¨¢ndolo de vez en cuando con referencias a cosas del m¨¢s all¨¢. De pronto despleg¨® un folio y se puso a leer una verdadera homil¨ªa: "Cristo vive, es el ¨²nico l¨ªder...". En plena campa?a electoral, mir¨¦ a mi alrededor para cerciorarme de que no est¨¢bamos en un mitin pol¨ªtico, sino en un concierto.Lole, que hasta entonces hab¨ªa cantado muy bien alguna de sus m¨¢s conocidas canciones, ante los silbidos y muestras de rechazo del p¨²blico se descompuso visiblemente y ya no cant¨® lo mismo ni de lejos. Justo castigo a su irresponsabilidad, pues evidentemente no hab¨ªa sido contratada para pronunciar un serm¨®n. Del resto de la actuaci¨®n s¨®lo se salvaron esas buler¨ªas bell¨ªsimas que Manuel canta en solitario.

Antes, Los Tientos calentaron (es un decir) el ambiente con rumbitas y sevillanas. Y Camar¨®n dio un excelente recital, pese a las inclemencias del tiempo. Y es que a mediados de mayo no se puede programar al aire libre, porque, aun haciendo buen tiempo, lo m¨¢s probable es que de noche no sea lo mismo. Pasamos fr¨ªo, hubo rachas fuertes de aire que interfirieron muy negativamente en la megafon¨ªa.

El de la Isla hizo caso omiso de la adversidad y puso todo lo que pudo para ofrecer buen cante, con ganas, con fuerza. Rompi¨® la voz en quiebros de enorme belleza, derroch¨® jondura y flamenquer¨ªa, muy bien secundado por la guitarra siempre atenta de Tomatito.