Una urna india
DESPU?S DE varios intentos fracasados por encontrar una salida a una crisis pol¨ªtica Interminable, el presidente de la India ha. convocado elecciones generales para esta semana. Se celebrar¨¢n en un momento marcado por los enfrentamientos entre comunidades ¨¦tnicas, que ya han ocasionado miles de muertos, y el empeoramiento de la situaci¨®n econ¨®mica, sobre todo el descontrol de la inflaci¨®n, que est¨¢ arruinando a sectores amplios de las clases medias.Las elecciones son consecuencia de la ruptura de la coalici¨®n que asumi¨® el poder despu¨¦s de la derrota del Partido del Congreso, liderado por Rajiv Gandhi, en las elecciones ?de noviembre de 1989. Fue la segunda derrota para este partido, que ha ejercido el poder, con cortas interrupciones, desde que la India conquist¨® su independencia en 1947. La primera vez, en 1977, los partidos coligados que hab¨ªan suplantado a Indira Gandhi -madre de Rajiv- tardaron menos de tres a?os en demostrar su total incapacidad para gobernar: Indira volvi¨® al poder con una victoria aplastante. ?Ocurrir¨¢ algo parecido esta vez? Muchos lo dudan, sobre todo a causa de los profundos cambios que se han operado en la sociedad india.
Tres son las principales opciones que se presentan a los electores. Por un lado, el partido Bharabya Janata, con un nacionalismo hinduista exacerbado, pretende rebajar el papel de los musulmanes y restablecer la "gran civilizaci¨®n hind¨²" del pasado. Basa su campa?a en los sentimientos religiosos. Su l¨ªder, Advani, ha dicho: "Si se explica la pol¨ªtica en lenguaje religioso, se explica mejor". Se trata obviamente de enterrar la actitud laica que, desde la ¨¦poca de Nehru, caracteriza la vida pol¨ªtica india. En la izquierda, V. P. Singh -poco afortunado sucesor de Gandhi en la jefatura del Gobierno en 1989- ha tomado la bandera de "poner fin a mil a?os de injusticias". Su llamamiento se dirige sobre todo a los, intocables y a las castas m¨¢s bajas, a los que ofrece un porcentaje en los cargos estatales. Electoralmente, si esas capas son las m¨¢s numerosas, tambi¨¦n en ellas hay sectores influidos por el nacionalismo que rechazan el apoyo de Singh a la causa de los musulmanes. En todo caso, el Frente Nacional, que agrupa al partido de Singh y a otras formaciones influyentes, regionales y de izquierda, tendr¨¢ sin duda una. fuerza parlamentaria seria.
El partido de Gandhi se mantiene en su pol¨ªtica centrista tradicional, tal vez acentuada ahora por su programa liberal en materia econ¨®mica. Ese deslizamiento es en parte consecuencia del desprestigio que las acusaciones (le corrupci¨®n acompa?aron en los a?os setenta y ochenta a las pol¨ªticas intervencionistas. La baza principal de Gandhl es su oferta de estabilidad tras a?os de crisis pol¨ªtica.
El Parlamento sin mayor¨ªa de 1989 ha tenido efectos desastrosos. La India vive un momento en que existen las condiciones objetivas para avanzar. Pero ello requiere un Gobierno responsable, capaz de administrar con un m¨ªnimo de coherencia y continuidad. Las urnas dir¨¢n en qu¨¦ proporci¨®n el electorado es sensible al mensaje de estabilidad de Gandhi y en qu¨¦ medida responde a llamamientos m¨¢s pasionales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.