El rey de los tr¨¢nsfugas
Jos¨¦ Miguel Lorente, alcalde "a dedo" y con el CDS, y candidato por el PP en Miraflores
Jos¨¦ Miguel Lorente, Maito, es alcalde de Miraflores de la Sierra (2.500 habitantes) por el CDS; si gana el pr¨®ximo d¨ªa 26, lo ser¨¢ por el PP, pero antes, a finales de la dictadura franquista, ya hab¨ªa sido "alcalde a dedo", dice, y poco despu¨¦s, en 1979, se present¨® a las primeras generales por Alianza Popular. Lo suyo es, cuando menos, rapidez de reflejos: "Ahora he visto que el CDS se va al garete y e querido arroparme en un partido m¨¢s fuerte".
Aun as¨ª, asegura que su pol¨ªtica est¨¢ a la izquierda del PSOE. "Yo no prometo 400.000 viviendas, pero a cambio voy a inaugurar m¨¢s de 50 despu¨¦s de las elecciones, y hace tiempo expropi¨¦ a unas monjas". Cuando dice esto ¨²ltimo se queda un momento pensativo y se pregunta: "?Lo hice cuando estaba en el CDS o con el PP?". Y contin¨²a enseguida: "Con el PP, creo, pero me da igual, el caso es que lo hice".Estas elecciones, seg¨²n afirma, las tendr¨ªa que ganar con la gorra, porque s¨®lo tiene la candidatura del PSOE como oposici¨®n, y otras veces se enfrent¨® tambi¨¦n a la del PP y a la de Izquierda Unida.
Maito es el director de una sucursal bancaria, es el due?o del Mes¨®n Maito, en Miraflores, y parece, ante todo, un hombre de car¨¢cter. Tanto al CDS en su momento, como al PP ahora, le ha puesto la misma condici¨®n: "La campa?a en mi pueblo la hago yo; para hablar de paridas ya est¨¢n los l¨ªderes". Para Maito, cualquier pol¨ªtico, antes que nada, deber¨ªa ser alcalde de su pueblo, que es la mejor forma de aprender. En lo que concierne a Miraflores, Maito aprendi¨®, despu¨¦s de las primeras elecciones democr¨¢ticas, que nunca m¨¢s empapelar¨ªan las paredes con su rostro durante una campa?a. Lorente no quiso ver m¨¢s pitones dibujados sobre su cabeza ni m¨¢s alusiones a sus ascendentes.
Farolas sin ideolog¨ªa
En los actos que tiene previstos durante la campana no hablar¨¢ de la pol¨ªtica nacional del PP ni del CDS, ni de ning¨²n partido. Su pueblo, dice, no votar¨¢ a un gestor no a un ide¨®logo, porque las calles; y las farolas "no son ni de izquierda ni de derecha".De estudiante, Maito era de los que dec¨ªan Falange s¨ª, Franco no. Estaba con los dionisioridruejos de la ¨¦poca, y se sent¨ªa a gusto. "El espa?ol tiene una dosis de anarco, pero yo la tengo muy acentuada".
Lo que pretende ahora, sobre todo, es apoyarse en la estructura de un partido, para protegerse, seg¨²n explica, de consejeros como Eduardo Mangada, responsable de Pol¨ªtica Territorial de la Comunidad. "Si se hiciera una mezcla entre Franco, Pinochet y Fidel Castro, no saldr¨ªa alguien tan dictador como Mangada. En el franquismo, las autoridades regionales trataban a los alcaldes como a un hijo peque?o, pero ahora te tratan como a un retrasado mental, y no hay motivo para ello, porque mis t¨¦cnicos urbanistas han estudiado en las mismas universidades que los de Mangada".
El 'facha' y la 'roja'
Dice que hasta hace poco en su pueblo, ¨¦l era el facha y su mujer -la madre de sus seis hijos-, la roja. "Mi suegro, que en paz descanse, era el rojo del pueblo, el que tra¨ªa a Felipe Gonz¨¢lez a veranear aqu¨ª". Maito asegura que su suegro, como la mayor¨ªa de los votantes de su pueblo, votaba en las elecciones generales al PSOE y en las muncipales le votaba a ¨¦l.En cuanto a sus ambiciones pol¨ªticas, Maito asegura que ya tuvo suficiente con su experiencia durante la primera legislatura. "Me sal¨ª de Alianza Popular cuando Fraga fue a cargarse en un congreso a Carlos Ruiz Soto, un compa?ero de la l¨ªnea de Jorge Vestringe. Hab¨ªamos pactado que cuando Ruiz Soto dijera en el congreso del partido, 'me voy', nos ten¨ªamos que levantar 200 t¨ªos para irnos con ¨¦l. Al final s¨®lo nos levantamos seis, yo el tercero, porque Fraga hab¨ªa amedrentado a los dem¨¢s. Para m¨ª, aquello fue una experiencia traum¨¢tica, como pol¨ªtico y como persona", concluye.
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