Conmoci¨®n en la audiencia

Jos¨¦ Amedo, de 45 a?os, apareci¨® en la Audiencia de Bilbao como si el tiempo pasara m¨¢s r¨¢pidamente para ¨¦l. Desde su ingreso en prisi¨®n el 13 de julio de 1988 ha encanecido mucho, su calvicie ha aumentado y la expresi¨®n crispada parece no abandonarle nunca. A, las preguntas de los periodistas, encaramados sobre los bancos para hacerse oir por encima del p¨¦treo cord¨®n policial, s¨®lo contest¨® tres palabras: "Nada que decir".Rodeado desde la puerta noble de la Audiencia por dos docenas de compa?eros de profesi¨®n de paisano, Amedo fue conducido casi en volandas. La nube de informadores y c¨¢maras, m¨¢s numerosa y espesa que nunca, fue perforada con contundencia.

Al salir, a las 11.30, la inestable convivencia en un espacio cerrado entre informadores y servidores del orden salt¨® en pedazos. Polic¨ªas uniformados apostados en la calle se abalanzaron sobre fot¨®grafos y c¨¢maras de televisi¨®n, porra en mano, y trataron de que se apartaran a golpes y empujones. Para referirse a las v¨ªctimas los agentes emplearon profusamente el t¨¦rmino "hijos de puta". 22 informadores presentaron de inmediato una denuncia en el juzgado de guardia.