Cuesti¨®n de fondo
Alego tambi¨¦n, como Agust¨ªn Olivera, mi status de lector impenitente de ese peri¨®dico para discrepar respetuosamente de su opini¨®n, expuesta en el n¨²mero del d¨ªa 8 de mayo, acerca del editorial de 26 de abril pasado, que califica de indefendible.Si los se?ores involucrados en el tema fueran personas an¨®nimas ocupadas en sus particulares asuntos, yo dir¨ªa que registrar sus conversaciones en cinta para despu¨¦s lanzarlas al aire sin ninguna justificaci¨®n es un acto de aut¨¦ntica mala uva, adem¨¢s de un ataque tramposo a la intimidad, porque a nadie le importa lo que opina de sus asuntos privados. El ¨²nico criterio razonable ser¨ªa empapelar penalmente al o a los entrometidos.
Pero la cuesti¨®n de fondo es otra: ni el conferenciante telef¨®nico principal es un particular ni su conferencia alude a temas de su ¨¢mbito privado; se refiere a miembros del Gobierno de Espa?a, y lo hace desde su importante cargo en la estructura del partido pol¨ªtico que sustenta al propio Gobierno. Es decir, trata de asuntos pol¨ªticos que afectan a la res p¨²blica, y yo, como espa?ol, tengo derecho a saber qu¨¦ se dice de mi Gobierno y qui¨¦n lo dice, aunque lo haga en voz baja y de tapadillo. Esta es, seg¨²n creo, la tesis del editorial mencionado, que consIdero no s¨®lo perfectamente defendible, sino muy de agradecer por el ciudadano medio.
La confidencialidad a ultranza de una comunicaci¨®n seudo¨ªntima, sorprendida casualmente, sobre ser inadmisible legalmente, la rechaza el modesto sentido com¨²n; depende de qu¨¦ se diga y de qui¨¦n lo diga. Alguien tiene que decidir cu¨¢l es el inter¨¦s superior que debe prevalecer. Es m¨¢s importante que la ciudadan¨ªa sepa lo que se cuece en las esferas del poder que gobierna que no guardar la confidencia involuntarla de quien,no ha sabido ser discreto.
En est¨¦ inc?dente, como otros muchos que se producen en el campo de la pol¨ªtica, es habitual arremeter contra el mensajero, por lo com¨¢n inocente, lo que acredita la escasa simpat¨ªa de los dirigentes, en general, por la verdad verdadera y transparente. Aquello de luz y taqu¨ªgrafos no deja de ser una frase ret¨®rica totalmente en desuso en nuestros d¨ªas; nuestros pol¨ªticos prefieren la oscuridad y el secreto. Por algo ser¨¢- Jos¨¦ Mar¨ªa Alonso de la Torre.
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