Locos por los cet¨¢ceos
"Si los americanos y los brit¨¢nicos comen cerdo y vaca, ?Por qu¨¦ no podemos nosotros comer ballena?", ha dicho Kichiro Tazawa, director de la liga pro-caza de ballenas del partido gubernamental japon¨¦s y ex-ministro de Agricultura. En apoyo de la caza de cet¨¢ceos, numerosas personalidades participaron recientemente en un banquete de degustaci¨®n de ballena frita, en barbacoa, en filetes, en sopa y en todas las formas imaginables de la gastronom¨ªa tradicional.Jap¨®n sacrific¨® el invierno pasado 337 ballenas en el Ant¨¢rtico para "fines cient¨ªficos" pero la carne acab¨® en el mercado. En 1965, en el momento ¨¢lgido de caza en ese pa¨ªs, los balleneros capturaron 22.000 animales pero el n¨²mero cay¨® a 2.700 en 1987, a?o anterior a que los japoneses asumieron la moratoria Internacional. La ballena supon¨ªa un 26,7% del mercado de carne japon¨¦s en 1960 y en 1985 habla ca¨ªdo a un 0,4%, convirti¨¦ndo en una rara delicia de gourmet, lo que hab¨ªa sido un plato popular.
El ¨²ltimo restaurante
Para algunos sectores nipones, la prohibici¨®n de cazar ballenas es otro aspecto m¨¢s de la campa?a antijaponesa, ante todo de origen estadounidense. "Cuando los americanos capturaban cet¨¢ceos, usaban s¨®lo el aceite y tiraban la carne, nosotros aprovechamos todo el animal", comenta Kiyo Tanahashi, propietario del ¨²ltimo restaurante de Tokio especializado en ballena. EE. UU defiende la moratoria de los cet¨¢ceos como un problema medioambiental debido al exceso de capturas que ha diezmado las poblaciones.
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