Esperando a Pablo Escobar
Todo a punto en Colombia para la entrega del 'zar de la coca¨ªna'
Todo parece estar listo en Colombia para la entrega de Pablo Escobar. Los abogados del gran jefe de la coca¨ªna hablaron con funcionarios del Gobierno para concretar aspectos de car¨¢cter operativo. El sitio de reclusi¨®n tambi¨¦n est¨¢ preparado. Desde hace unos d¨ªas empezaron a llegar camas, colchas y calentadores de agua a un centro de rehabilitaci¨®n situado cerca de Envigado, poblaci¨®n en la que naci¨® hace 42 a?os Pablo Escobar. El mi¨¦rcoles por la noche el sacerdote Rafael Garc¨ªa Herreros, en su diario Minuto de Dios, envi¨® por televisi¨®n el que podr¨ªa ser el ¨²ltimo mensaje para concretar la entrega: "Dime a d¨®nde debo ir por ti. Me parece un buen punto potro blanco y la yegua. T¨² me entiendes ".
Rafael Garc¨ªa, el sacerdote que se ha convertido en el ¨²nico mediador eficaz con el narcotr¨¢fico, asegur¨® a Pablo Escobar que el presidente C¨¦sar Gaviria lo va a tratar bien y que no se realizar¨¢ ning¨²n operativo militar en el momento de la entrega.Son muchos los intentos que se han efectuado hasta la fecha en Colombia para lograr la paz con los jefes del narcotr¨¢fico. Di¨¢logos con promesas de disoluci¨®n del negocio y pago de la deuda externa del pa¨ªs, negociaciones por debajo de la mesa, comisiones de notables que buscan alg¨²n acuerdo; intermediaci¨®n de abogados cercanos al cartel de Medell¨ªn. Todas ellas resultaron fallidas y terminaron en un nuevo golpe que reaviv¨® la guerra. Por todo ello, Colombia no ha salido de la sorpresa que le caus¨® el que hace un mes el padre Rafael Garc¨ªa Herreros empezara a hablar con familiaridad a "Pablo", a llamarle "amigo", a afirmar que no ha cometido todos los cr¨ªmenes que se le atribuyen. "Poner a la Iglesia cat¨®lica como garante ha sido la m¨¢s h¨¢bil estrategia para buscar la paz con los narcotraficantes", dijo a EL PA?S un analista. Y esta "bendici¨®n de Dios" es lo que ha permitido que en este pa¨ªs, eminentemente cat¨®lico, el nuevo intento de paz no se haya frustrado.
Un cura honesto
"Nadie se atreve a cuestionar la honestidad del cura Garc¨ªa Herreros; adem¨¢s, nadie mejor que ¨¦l para que Pablo Escobar tambi¨¦n crea que no se le va a jugar sucio", coment¨® el mismo analista. Hasta el momento nadie se ha atrevido a indagar a fondo para descubrir qui¨¦n es el estratega de este ingenioso plan que busca la rendici¨®n de Pablo Escobar. "Hay unas pocas cosas en este proceso que deben mantenerse en secreto porque es prudente". Esto contest¨® Garc¨ªa Herreros cuando EL PA?S le pregunt¨® qui¨¦n fue esa persona que le busc¨® para pedirle que mediara en la entrega del jefe de la mafia y el terrorismo. S¨®lo se sabe que en todo esto ha tenido que ver la familia Ochoa, tres de cuyos miembros forman parte del cartel de Medellin.
Tampoco ha ocurrido, como en otras oportunidades, que se inicie todo un debate sobre la eventual "negociaci¨®n bajo la mesa". El Gobierno y el propio Pablo Escobar desmintieron una versi¨®n del peri¨®dico El Espectador, seg¨²n la cual Escobar condicionaba su entrega. En una carta que lleva su firma y sus huellas digitales, el bar¨®n de la droga asegura que aspira a someterse a la justicia colombiana sin condiciones diferentes a las que pueda aspirar cualquier ciudadano.
Hay algo m¨¢s que ha permitido que este proceso parezca vislumbrarun final feliz, y es que la opini¨®n del Gobierno y la de los colombianos ha cambiado. El presidente C¨¦sar Gaviria recibi¨® el problema del narcotr¨¢fico cuando se pensaba que la guerra era el ¨²nico camino para combatir este mal. A tan s¨®lo un mes de su toma de posesi¨®n, Gaviria, en lo que muchos consideraron el camino intermedio entre la paz y la guerra, anunci¨® su estrategia de rebaja de penas y de no extradici¨®n para atraer a los narcotraficantes a la entrega.
La flexibilizaci¨®n del decreto inicial, que se fue haciendo paralelamente a que Pablo Escobar aplicara su estrategia de guerra a trav¨¦s del secuestro, le valieron duras cr¨ªticas al presidente. Se habl¨® de entreguismo a los narcos. A pesar de todo, el Gobierno tiene tres cartas a su favor para mostrar: los tres hermanos Ochoa, que hoy son voluntarios reclusos de la c¨¢rcel Itaguy.
El viraje de la opini¨®n colombiana tambi¨¦n ha sido grande. Si tras el asesinato de Luis Carlos Gal¨¢n, en agosto de 1989, la mayor¨ªa de los colombianos estaba a favor de la extradici¨®n y ped¨ªa a gritos en las calles muerte a los narcotraficantes y expulsi¨®n de los narcocongresistas, hoy son muchos los que, ante el nivel al que ha llegado la corrupci¨®n, son partidarios del perd¨®n o del perd¨®n y el olvido, como predica el cura Garc¨ªa Herreros, o del borr¨®n y cuenta nueva.
"Hoy estamos viviendo en un pa¨ªs donde cabemos todos, donde los criminales m¨¢s recientes son perdonados por los criminales de vieja data. Un pa¨ªs donde los malos reciben la bendici¨®n y son reconocidos p¨²blicamente como buenos por los buenos, sencillamente porque ya no hay buenos ni nialos", dice Arturo Guerrero, conocido periodista.
Secuestro moral
Pero hay quienes protestan por lo que est¨¢ ocurriendo. El ex ministro de Justicia Enrique Parejo escribi¨® en primera p¨¢gina del diario El Espectador: "El pa¨ªs no puede someterse al secuestro moral al que lo quieren someter". Y acusa de ingenuos a los que creen que los n arco traficantes quieren afianzar la paz, y a los diputados constituyentes que la pr¨®xima semana votar¨¢n a favor de la no extradici¨®n de haber aceptado presiones del narcotr¨¢fico.
Los constituyentes niegan esta aseveraci¨®n. "No he recibido ninguna presi¨®n. La defensa que hago de la no extradici¨®n se basa en el derecho que tiene todo colombiano a ser juzgado en su pa¨ªs", asegur¨® a este peri¨®dico el constituyente conservador Diego Uribe Vargas, ponente de la propuesta de no extradici¨®n.
Hay algo que parece claro: la entrega de Pablo Escobar no es el fin del narcotr¨¢fico. S¨ª puede s gni icar el fin del narcoterrorismo que ha sembrado de dolor y muerte a Colombia.
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