Encerrada en lo grotesco

M¨®nica Valenciano ha presentado en Madrid su segundo trabajo como core¨®grafa y bailarina, esta vez ayudada por dos actrices. Puntos suspensivos podr¨ªa tratarse de la historia de tres marginadas en un suburbio, o de locas campando en la libertad de su encierro, tambi¨¦n de una met¨¢fora sobre la vida como espacio vac¨ªo que va llen¨¢ndose con relaciones de uno con el otro.La armadura teatral es una serie de improvisaciones, m¨¦todo de taller que se usa desde hace una veintena de a?os: se parte de una situaci¨®n para llegar a otra combinando ritmos de palabras, sonidos, hasta crear cierto ambiente esquizoide para luego romperlo con un nuevo est¨ªmulo y volver a empezar. Al montaje le falta conexi¨®n entre las escenas y le sobran reiteraciones, hay repeticiones demasiado sostenidas que pierden as¨ª su efecto provocador. Las dos actrices son el ¨²nico valor -no poco- teatral de la obra.

Ver a M¨®nica Valenciano mover un min¨²sculo dedo mirando al p¨²blico, o rascar el espacio que le roza, despierta ternura, dentro de tanta danza abstracta como se maneja. Ella lo dice todo con nada, y sus mensajes contienen una expresividad gestual camale¨®nica. Abusa de lo repetitivo, pero cuando su movimiento logra proyectarse y tomar cuerpo en el espacio es cuando se descubre su poder de expresi¨®n din¨¢mica. Deber¨ªa pensar en abandonar ya ese personaje lumpen, algo grotesco, en el que se ha encerrado.