Walesa pide al Papa que ayude "a la purificaci¨®n" moral de Polonia
El presidente de Polonia, Lech Walesa, pidi¨® ayer ayuda a Juan Pablo II para llevar adelante "el proceso de purificaci¨®n" moral del pa¨ªs, basado en una democracia que tenga en cuenta el ancestral afecto por la tradici¨®n cat¨®lica". Con estas palabras recibio el que fuera l¨ªder de Solidaridad a su compatriota el Papa, que ayer comenz¨® en Koszalin la cuarta visita a su pa¨ªs natal, primera, sin embargo, que efect¨²a bajo el mandato de un presidente no comunista.
La recepci¨®n no pudo ser m¨¢s calurosa, a pesar del d¨ªa lluvioso y fr¨ªo en esa ciudad cercana al B¨¢ltico. "Usted es el s¨ªmbolo del esp¨ªritu de esta naci¨®n", dijo Walesa, quien expres¨® al Pont¨ªfice su profunda gratitud como presidente por "su parte en la creaci¨®n de ese bien que lleva el nombre de Polonia". Si el Papa atribuy¨® el pasado mes de mayo en F¨¢tima (Portugal) los cambios del Este a la intercesi¨®n de la Virgen, ayer Walesa se los agradeci¨® a Juan Pablo II en lo tocante al pa¨ªs com¨²n: "Sin su trabajo y plegarla no habr¨ªa habido Solidaridad, no habr¨ªa habido agosto polaco [mes de 1980 en que se cre¨® el citado sindicato], ni victoria de la libertad".Las frases de acatamiento -tales como "las llaves de nuestra patria est¨¢n en sus manos"- dieron paso en el discurso de Walesa a su visi¨®n de la democracia polaca. Un punto de vista muy coincidente por el expresado por el Papa en diversas ocasiones, la m¨¢s reciente de las cuales ha sido su ¨²ltima enc¨ªclica Centesimus annus. As¨ª, el presidente polaco se?al¨® que en estos momentos su pa¨ªs est¨¢ construyendo la democracia y una econom¨ªa sana, y que desea buenas relaciones con sus vecinos en el camino hacia Europa. "Pero no renunciaremos a esos valores que constituyen nuestra identidad nacional: nuestro afecto por la fe cristiana y la tradici¨®n cat¨®lica", resalt¨® Walesa, quien solicit¨® el concurso de la Iglesia para esa tarea de construcci¨®n.
El hombre nuevo
Esa colaboraci¨®n se debe plasmar en la b¨²squeda de un hombre nuevo, ya que, como dijo el presidente de Polonia, este pa¨ªs debe superar "no s¨®lo la crisis econ¨®mica y pol¨ªtica, sino tambi¨¦n la moral". Y ello no es f¨¢cil en una naci¨®n de unos 38 millones de habitantes en la que el n¨²mero de abortos -figura legal que se intent¨® hacer desaparecer hace unas semanas en el Parlamento- ronda el medio mill¨®n anual. "Es en esa esfera [la de la moral] donde trabajando juntos podemos alcanzar grandes logros", recalc¨® Walesa.Y esa visi¨®n expuesta por el presidente polaco en la ma?ana de ayer fue matizada por el Papa por la tarde, durante una homil¨ªa. El Pont¨ªfice destac¨® que "sin Dios s¨®lo quedar¨¢n las ruinas de la humanidad". Tras citar uno por uno los diez mandamientos ante los fieles congregados, Karol Wojtyla sentenci¨®: "De esas simples palabras depende el futuro del hombre y de su comunidad, el futuro de la naci¨®n, del Estado, de Europa y del mundo".
Fronteras sovi¨¦ticas
Con estas coincidencias comenz¨® esta visita de Juan Pablo II a Polonia, que le llevar¨¢, desde ayer y hasta el pr¨®ximo domingo 9 de junio, hasta las fronteras con la Uni¨®n Sovi¨¦tica. ?sta es la ocasi¨®n en que el Pont¨ªfice llegar¨¢ m¨¢s cerca de la URSS, en la zona de Polonia fronteriza con las rep¨²blicas sovi¨¦ticas de Ucrania, Bielorrusia y Lituania. De todas ellas se espera una notable afluencia de peregrinos a los actos que presidir¨¢ el Papa.La visita tiene como objetivo, a juicio de algunos observadores, la b¨²squeda de la concordia y la reconciliaci¨®n en Polonia, un pa¨ªs que cuenta con diversas minor¨ªas ¨¦tnicas y nacionales. Durante su visita de ayer a Koszalin, el Papa busc¨® la concordia con los alemanes. Sin embargo, la etapa que m¨¢s expectaci¨®n ha levantado es la que le llevar¨¢ a las fronteras con la rep¨²blica sovi¨¦tica de Ucrania.
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