Manuel Tu?¨®n de Lara
La ¨²ltima lecci¨®n del maestro de historiadores
"No; la ¨²ltima lecci¨®n, no. Seamos modestos: es la ¨²ltima clase", dijo ayer en su despedida Manuel Tu?¨®n de Lara a sus compa?eros y alumnos de la Universidad del Pa¨ªs Vasco. La clase con que finaliz¨® la larga trayectoria docente del catedr¨¢tico de Historia se convirti¨® en una muestra del reconocimiento a su trabajo intelectual y a su larga lucha por las libertades. "Me siento con un aire de nerviosismo an¨¢logo al que ten¨ªa el d¨ªa del examen de ingreso en el instituto de segunda ense?anza San Isidro, en Madrid", reconoci¨® Tu?¨®n, de 75 a?os, en la jornada que inici¨® su jubilaci¨®n.Entre una y otra fecha han transcurrido m¨¢s de 50 a?os, en los que las etapas de su vida han corrido paralelas a los hitos de la historia de la Espa?a del siglo XX. Con la instauraci¨®n de la II Rep¨²blica, uno de sus grandes temas de investigaci¨®n, lleg¨® a la Universidad, reci¨¦n cumplidos los 16 a?os, para estudiar Derecho y, posteriormente, Historia. El historiador pierde el rigor profesional para reconstruir los a?os de la juventud vivida en Madrid. "Aquellos tiempos se ven magnificados por la evocaci¨®n y la memoria de la juventud. Era una ciudad encantadora. Son los mejores recuerdos de mi vida, los m¨¢s entusiastas, los m¨¢s tiernos".
Acabada la licenciatura, Tu?¨®n pensaba continuar en la Universidad con el objetivo de alcanzar una c¨¢tedra de Derecho Pol¨ªtico, cuando estall¨® la guerra civil y le sorprendi¨® ya inmerso en la organizaci¨®n del movimiento estudiantil. Durante la contienda recorri¨® varios frentes, hasta caer preso con 23 a?os de edad. Permaneci¨® en prisi¨®n 16 meses, un tiempo del que no ha olvidado "la tristeza de todos los despertares y la solidaridad de los compa?eros". "Cuando sal¨ª, la alegr¨ªa fue inmensa, pero ensombrecida porque sab¨ªamos que la calle era un gran campo de concentraci¨®n".
Las preocupaciones del trabajo y la pol¨ªtica apartaron a Tu?¨®n de otras actividades. Es dificil imaginar que este entra?able catedr¨¢tico, alto, de abundante pelo plateado y ojos azules hundidos bajo las pobladas cejas, fue hasta los 15 a?os un buen deportista. Practicaba entonces la nataci¨®n y fue uno de los pioneros en la pr¨¢ctica del baloncesto en Espa?a. "En el Madrid de los a?os treinta, unos pocos empez¨¢bamos a jugar en las viejas instalaciones de Chamart¨ªn".
En el exilio franc¨¦s, primero en Par¨ªs y luego en Pau, y m¨¢s tarde en Espa?a, tras su regreso en 1982, la historia ha sido su trabajo, su entretenimiento y su afici¨®n, que s¨®lo han dejado tiempo a la literatura, "una faceta m¨¢s de la historia". Todav¨ªa recuerda el corte que le supuso su exilio. "Fue un corte con la docencia y los estudiantes, con quienes manten¨ªa un estrecho contacto; pero, a cambio, ?fue tan grande la alegr¨ªa de volver al pa¨ªs con la democracia, pasado ya incluso el 23-F!"
Desde 1982 Tu?¨®n de Lara ha impartido sus clases en la Universidad del Pa¨ªs Vasco, donde los dos ¨²ltimos a?os ha estado dedicado a los cursos de doctorado, una despedida de la Universidad agradable, seg¨²n reconoce el veterano profesor, "con una decena de alumnos con quienes he mantenido apasionadas tertulias".
"La jubilaci¨®n es sabia cosa", sentencia el historiador. "Las energ¨ªas fisicas se van reduciendo y con la edad no se puede con tanto trabajo". Su camino para abandonar la docencia no ha tenido ning¨²n paso traum¨¢tico. "He tomado la jubilaci¨®n a peque?os tragos", bromea, "sorbo a sorbo".
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