Acci¨®n europea
LA RECIENTE reuni¨®n celebrada en Dresde -por primera vez en una ciudad de la antigua RDA- por los ministros de Exteriores de los Doce ha puesto de relieve discrepancias profundas. No es extra?o si se tiene en cuenta que deb¨ªan abordar la preparaci¨®n de un nuevo tratado de la Comunidad Europea (CE), incorporando a su ¨¢mbito de competencias temas tan fundamentales como la pol¨ªtica exterior y de seguridad y la coordinaci¨®n entre los ministerios de Interior. Despu¨¦s de tres meses de debates t¨¦cnicos en el seno de la conferencia intergubenamental sobre unidad pol¨ªtica, los ministros se han ocupado por primera vez de los puntos m¨¢s conflictivos. Si en 1985, el Acta ?nica mejor¨® aspectos de la CE y la complet¨® en algunos puntos, ahora el plan es m¨¢s ambicioso: se trata de preparar una Comunidad que, simult¨¢neamente con la implantaci¨®n del mercado ¨²nico, desborda su marco econ¨®mico inicial y toma rumbo hacia una articulaci¨®n pol¨ªtica que permita una acci¨®n europea ante los problemas contempor¨¢neos fundamentales.La complejidad,del debate explica que hayan surgido en ¨¦l decantaciones desacostumbradas: el brit¨¢nico Hurd ironiz¨® diciendo que el franc¨¦s Dumas hab¨ªa discutido con el presidente de la Comisi¨®n, Delors, empleando frases "como las que suelen salir de labios ingleses". La tesis de Delors es que las nuevas competencias de la CE, como la pol¨ªtica exterior, deben ser asumidas por las actuales instancias de decisi¨®n de la Comunidad. Esta posici¨®n fue apoyada por los pa¨ªses m¨¢s federalistas, m¨¢s dispuestos a hacer cesiones de soberan¨ªa. Francia, en cambio, por lo mismo que tiende a dar la m¨¢xima extensi¨®n al papel de Europa en la pol¨ªtica mundial, considera que la pol¨ªtica exterior no se puede abordar de la misma forma -decisiones por mayor¨ªa- como se hace ya con temas agr¨ªcolas o de tarifas. As¨ª apareci¨® una coincidencia entre Francia, deseosa de reservar a los Gobiernos las decisiones de pol¨ªtica exterior, y los pa¨ªses m¨¢s reticentes a aceptar una CE con poderes supranacionales reales: Reino Unido, Dinamarca e Irlanda.
El resultado del debate es que se va a preparar un texto de compromiso, incorporando la idea, en la que insisti¨® Delors, de que la CE debe tener un m¨ªnimo de homogeneidad para ser efectiva. La verdadera dificultad estriba en que muchos pa¨ªses se niegan a avanzar hacia una Europa supranacional en lo pol¨ªtico. Quiz¨¢ se obtenga alg¨²n resultado empezando con de cisiones adoptadas por mayor¨ªa en temas muy con cretos de pol¨ªtica exterior para que la pr¨¢ctica se generalice gradualmente.
Pero el obst¨¢culo esencial es pol¨ªtico, como lo pone de relieve la discrepancia sobre la idea misma de un sisten¨ªa de seguridad europeo. Francia lo desea; Italia y Espa?a est¨¢n quiz¨¢ dispuestas a apoyarlo; pero la mayor parte de los Gobiernos de la CE prefieren que los temas de seguridad queden dentro de la OTAN. Los pa¨ªses m¨¢s federalistas en cuanto a los m¨¦todos de funcionamiento suelen ser los que quieren limitar al m¨¢ximo sus funciones.
Otro problema, y bien decisivo, es el de la democratizaci¨®n de la CE, y en concreto, el papel del Parlamento de Estrasburgo, ¨²nico ¨®rgano elegido por los ciudadanos de los 12 pa¨ªses, y que carece hoy de poderes reales. Los debates giran aqu¨ª en torno a la concesi¨®n al Parlamento de una capacidad de codecisi¨®n con el Consejo de Ministros, que es donde reside actualmente el poder legislativo. Pero son pasos completamente insuficientes. Para dotar a la CE de un nivel democr¨¢tico serio har¨ªa falta que la Comisi¨®n de Bruselas fuese elegida por el Parlamento y respondiese ante ¨¦l. Los Gobiernos podr¨ªan preparar su formaci¨®n, pero dejando la decisi¨®n en manos del ¨®rgano elegido. Despu¨¦s de Dresde, caSe esperar unos compromisos que no van a acelerar el ritmo de la Europa pol¨ªtica. Al contrario, una verdadera pol¨ªtica exterior com¨²n no cuajar¨¢ en esta etapa, y por ello puede ser ¨²til prever una fecha, tras algunos a?os de experiencia, para una nueva revisi¨®n del sistema de funcionamiento que permita adoptar decisiones hoy imposibles por el desacuerdo existente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Federalismo
- PESC
- Parlamento europeo
- Consejo Exteriores
- Consejo UE
- Mercado ?nico
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Uni¨®n pol¨ªtica europea
- OTAN
- Uni¨®n Europea
- Gobierno
- Organizaciones internacionales
- Ideolog¨ªas
- Administraci¨®n Estado
- Econom¨ªa
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Comercio
- Pol¨ªtica exterior
- Relaciones exteriores