Risa contra la censura marroqu¨ª
Los c¨®micos en Marruecos desaf¨ªan la falta de humor del poder
En Marruecos, los humoristas trabajan en condiciones dif¨ªciles. Su labor cr¨ªtica y sat¨ªrica les impulsa a meterse en pol¨ªtica, lo que les trae problemas. El control y la censura son omnipresentes, con toda clase de trabas a los artistas no adictos. Se les proh¨ªbe, se les margina, se les puede juzgar y mandar a la c¨¢rcel. La raz¨®n es que la gente del majzen, o sea el poder, es al¨¦rgica a la risa. Ahmed Senussi, Abderrafii Yuahri y Hussein Beniaz son tres ejemplos que, conscientes de sembrar ideas de cambio, siguen adelante.
Ahmed Senussi es rechoncho, y tiene como chispas en los ojos. Ya en sus a?os de colegial hab¨ªa transformado el autob¨²s de la escuela en un teatro humor¨ªstico. Su camino estaba trazado, pero no iba a ser f¨¢cil.Se profesionaliz¨® a principios de los setenta. "Al comienzo hac¨ªa una especie de arte a partir de asuntos sociales como la sanidad, la corrupci¨®n, la burocracia, la pobreza... cosas con una carga moralista". Actuando solo o en d¨²o, su trabajo se fue depurando poco a poco y sus temas se fueron haciendo m¨¢s incisivos: "Mi conciencia de los problemas sociopol¨ªticos fue creciendo conmigo". Desde los ochenta, su tratamiento de temas de derechos humanos le trajo serias dificultades. Pas¨® unos meses en la c¨¢rcel. A partir de 1986 fueron eliminadas sus apariciones en la radio y la televisi¨®n estatales; su marginaci¨®n actual en los medios oficiales es estricta.
"Yo utilizo cierta realidad para componer caricaturas orales. Adem¨¢s, en nuestro pa¨ªs no existe la pol¨ªtica, nuestros gobernantes dicen que ellos no hacen pol¨ªtica, sino que se sacrifican por el pueblo. Yo no s¨¦ si la pol¨ªtica es pedir que sean liberados los presos pol¨ªticos, que los exiliados tengan derecho a volver, que sea repartida equitativamente la riqueza... Claro que si mi arte no contuviese ideas de cambio no me tratar¨ªan as¨ª. Yo creo que hago un trabajo paralelo al de la gente que desea un Marruecos mejor, m¨¢s democr¨¢tico y m¨¢s justo".
Ahmed Senussi, que ha recorrido varias universidades para participar gratuitamente con sus caricaturas orales en apoyo al pueblo iraqu¨ª, est¨¢ d¨¢ndole la ¨²ltima mano a su pr¨®xima actuaci¨®n en solitario, que se titular¨¢ La boda del lobo.
Hussein Beniaz, otro profesional de la risa, ha emprendido hace poco una nueva experiecia, aglutinando a su alrededor a j¨®venes valores que trabajan en situaciones precarias. Su idea es crear una compa?¨ªa sat¨ªrica que combine el teatro, la caricatura y la pantomima. El ¨¦xito de su reciente gira marroqu¨ª lo explica as¨ª: "La gente se preocupa por sus problemas diarios y necesita que alguien grite la verdad que est¨¢ en sus gargantas".
Nueva conciencia
Otro de sus objetivos es la uni¨®n. "Hemos logrado actuar sin las angustias de la Administraci¨®n, sin tener metida en la cabeza a la autoridad". Piensa que "hay una nueva conciencia de lo importante que es tratar sat¨ªricamente la crisis pol¨ªtico-socioecon¨®mica". Hussein Beniaz tiene muy clara la "naturaleza de clase" de su trabajo art¨ªstico, que pertenece "a la comunidad de los pobres".Abderrafii Yuahri es un humorista muy diferente. Dirigente pol¨ªtico y polemista mordaz, colabora semanalmente en un peri¨®dico de oposici¨®n componiendo lo que podr¨ªan llamarse caricaturas verbales. Satiriza a personalidades pol¨ªticas, y hasta al mism¨ªsimo Gobierno, sin nombrar a nadie si no es necesario. Utiliza una lengua que llega muy hondo al lector, por ser una mezcla de ¨¢rabe moderno y ¨¢rabe marroqu¨ª. Naturalmente, tampoco se libra de los censores. Hace poco fue convocado por el fiscal de Marraquech, que le interrog¨® durante cuatro horas y media. En la colaboraci¨®n siguiente en el peri¨®dico, Yuahri disert¨® sobre la gran diferencia gramatical entre entrar a y salir de algunos sitios. "Yo entro, t¨² entras..." y "yo no salgo, t¨² no sales...
Las dificultades no son pocas. La caricatura, por dar un ejemplo, ha estado prohibida, y hasta hoy no se puede caricaturizar a personalidades del Gobierno. El peri¨®dico sat¨ªrico Al Hud-Hud ha sido prohibido. A pesar de estas medidas, dos semanarios sat¨ªricos utilizan la caricatura, pero sin meterse con el Gobierno. El m¨¢s antiguo es La Semana Humor¨ªstica. El Escorpi¨®n es m¨¢s reciente. Los dos semanarios tienen su coraz¨®n a la izquierda, y hacen lo que la mayor¨ªa de los humoristas de este pa¨ªs: arrancar la risa del dolor de la gente.
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