No saben, no contestan

Todos los jefes de Jos¨¦ Amedo le alabaron. Rafael del R¨ªo, ex director general de la Polic¨ªa, dijo: "Todas las referencias que ten¨ªa le consideraban eficaz para el servicio de informaci¨®n". Hierro, comisario de Bilbao: "Era un profesional competente y brillante". Para Rosino, que fue su jefe desde 1983 a 1985, Amedo fue brillant¨ªsimo. Cuando ¨¦ste ¨²ltimo entr¨® en la sala a declarar gui?¨® un ojo al acusado, como si quisiera animarle, o decirle: anda chico, que no pasa nada.Era evidente que ninguno se sent¨ªa a gusto ante un tribunal, que, sin embargo, ha intervenido con m¨¢s ahinco que ning¨²n otro d¨ªa para velar por los derechos de los testigos, para que no se les molestara con reiteraciones, para que se respetara su deseo de no contestar, ampar¨¢ndose en el art¨ªculo que as¨ª lo permite a los funcionarios.

Sin embargo, como los testigos deben contestar a las preguntas, y adem¨¢s hacerlo con veracidad -lo que no obliga a los acusados-, en tres ocasiones se ha pedido al tribunal que les multa se por no hacerlo, con una sanci¨®n que va desde las 100 a las 1.000 pesetas. Pero el presidente del tribunal no ha estado de acuerdo con la sanci¨®n.

Rafael del R¨ªo habl¨® lleno de tensi¨®n, sobre todo al contestar al acusador Castells. Parec¨ªa que en cualquier momento le iba a decir algo as¨ª como: mire, ?pero de qu¨¦ me est¨¢ usted hablando? Si es defensor de etarras, amigo de Antxon Etxebeste, si usted y yo ya nos conocemos.

Todos lo mismo

Del R¨ªo, para no pasarlo tan mal, hab¨ªa inventado dos frases con las que responder a cualquier pregunta. Una era "no lo recuerdo"; la otra, "a eso no contesto`. Y de repetirlas tantas veces las confund¨ªa, dec¨ªa una por otra. As¨ª que en un momento dado, decidi¨® decir las dos, una tras otra.

Despu¨¦s de que Felipe Gonz¨¢lez dijese a este tribunal que nunca hab¨ªa hablado con los franceses sobre los GAL, todos pod¨ªan decir lo inisirio. Del R¨ªo y Rodr¨ªguez Colorado no sab¨ªan nada sobre los GAL, excepto lo que iba publicando la prensa. Ellos trabajan en Espa?a y lo que sucede en Francia "no pertenece a su ¨¢mbito". Ni siquiera cuando se sospech¨® que los atentados que all¨ª ten¨ªan lugar eran dirigidos desde aqu¨ª, como parec¨ªan indicar las declaraciones de los mercenarios que eran detenidos en Francia y Portugal.

"?Le encarg¨® el ministro Barrionuevo que hiciera alguna investigacion sobre los GAL?". "No lo recuerdo", dice el ex director de la Polic¨ªa Del R¨ªo, que ahora trabaja en Iberia.

"Hemos perseguido todos los delitos de los que hemos tenido noticia, en general", dir¨ªa tambi¨¦n, tratando de concretar una respuesta. "Y sobre la infraestructura, la financiaci¨®n del GAL, el reclutamiento de una banda terrorista que andaba organizando atentados y que los reivindicaba en Espa?a, ?tuvo conciencia de todo esto?" "No tengo mucha conciencia", termin¨® diciendo Del R¨ªo. Este mismo testigo, en cambio, defini¨® muy bien lo que es materia reservada: "Todas aquellas cosas que no se tiene ning¨²n inter¨¦s en que se sepan".

"No pienso contestar"

Luego ha llegado Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez Colorado, el primero que dijo que el dinero usado por Amedo en su famoso viaje a Portugal era de los fondos reservados. Mucho m¨¢s sereno, m¨¢s cordial -hasta ha dado las gracias al tribunal al acabar su declaraci¨®n-, Rodr¨ªguez Colorado, actual director general de la Polic¨ªa, ha reiterado que cuando pidi¨® documentaci¨®n sobre el viaje de Amedo le contestaron que no hab¨ªa ninguna referencia escrita. Ni un solo papel.

Luego ha dicho que los que disponen de los fondos son el ministro del Interior, el secretario de Estado para la Seguridad y el director general de la Guardia Civil. "No pienso. contestar", ha sido la frase m¨¢s usada por Colorado. Siempre ha contestado de frente, sin volver la cabeza para mirar a los acusadores; como si fuera muy consciente de estar cumpliendo un papel institucional. Amedo, mientras tanto, m¨¢s tranquilo que otros d¨ªas, con el alfiler de la corbata a un palmo del cuello de la camisa, sonre¨ªa de vez en cuando.