Desde el colonialismo al desarrollo
La India es un pa¨ªs de contrastes. Hay muchos millones de pobres, pero tambi¨¦n muchos millones de personas acomodadas. Persisten los bueyes y el arado, pero existe una industria pr¨¢cticamente autosuficiente y una elevada capacidad tecnol¨®gica. El autor afirma que el desaf¨ªo para la India de hoy es aligerar su burocracia e integrarse plenamente en la econom¨ªa mundial.
Para muchas personas, que s¨®lo leen muy de tarde en tarde noticias acerca de la India, la imagen que poseen es de oscuridad: pobreza, miseria, hambre, motines y asesinatos, anarqu¨ªa, caos. La realidad es mucho menos tenebrosa y m¨¢s interesante. Sin duda, la India es un pa¨ªs con muchos pobres, casi 300 millones. Pero tambi¨¦n tiene entre 150 y 200 millones de habitantes con un nivel de vida comparable al de muchos de los ciudadanos de Espa?a y Portugal. Tiene carretones de bueyes, pero tambi¨¦n dispone de la capacidad de poner un sat¨¦lite en ¨®rbita. Lejos de ser un pa¨ªs de epidemias de hambre, la India no ha padecido ninguna desde su independencia; en la actualidad es autosuficiente en grano y, de hecho, este a?o ha exportado grano a la Uni¨®n Sovi¨¦tica.La India ha conseguido todo esto en los 40 a?os transcurridos desde su independencia, el 15 de agosto de 1947. Casi 200 a?os antes de esta fecha, la India fue sometida a la dominaci¨®n brit¨¢nica. Al principio, fue la Compa?¨ªa de las Indias Orientales, pero despu¨¦s de 1857 fue el propio Gobierno brit¨¢nico el que gobern¨® la India. Cuando abandonaron el pa¨ªs, los brit¨¢nicos dejaron una herencia que consist¨ªa en una agricultura estancada, una enorme poblaci¨®n de 350 millones de habitantes, un diminuto sector industrial, dependiente de la tecnolog¨ªa de importaci¨®n, y una reducida capa social formada por una ¨¦lite educada, capaz de nutrir las necesidades de la burocracia.
La independencia
Durante la lucha por su independencia, la India hab¨ªa decidido que la industrializaci¨®n deber¨ªa venir de la mano de la independencia, que el Estado deber¨ªa desempe?ar un papel activo en este esfuerzo y que la autosuficiencia deber¨ªa ser una de las metas a alcanzar. Bajo el liderazgo de Jawaharlal Nehru, la India se embarc¨® en una serie de planes quinquenales, que pretend¨ªan establecer los cimientos de una econom¨ªa industrial. Durante la guerra fr¨ªa se consigui¨® ayuda econ¨®mica de ambos bandos. La econom¨ªa hind¨² era una mezcla de un sector p¨²blico planificado y de un enorme sector privado, escasamente regulado.
No obstante, se demostr¨® muy pronto que no deb¨ªa menospreciarse la debilidad b¨¢sica del sector agr¨ªcola. En el Tercer Plan Quinquenal, de 1961, se dio una gran importancia a la agricultura. Los a?os sesenta fueron de especial dureza para la India; durante esta d¨¦cada fallecieron dos primeros ministros, Nehru y Shastri; estallaron dos guerras, contra China en 1962 y contra Pakist¨¢n en 1965; hubo dos malas cosechas en los a?os 1965 y 1966.
Pero afortunadamente, despu¨¦s de todas estas calamidades, la Revoluci¨®n Verde supuso un tremendo avance en la producci¨®n de grano destinado al consumo alimenticio. El campo indio presenci¨® el crecimiento de los granjeros capitalistas y el de los trabajadores asalariados, y se dio la bienvenida a la eliminaci¨®n de la angustia gracias a la alimentaci¨®n suficiente de la poblaci¨®n.
Durante los a?os setenta, si bien continu¨® el crecimiento a un ritmo firme, de aproximadamente un 1% per c¨¢pita, ello no fue suficiente para absorber la poblaci¨®n creciente. Crecieron tanto el desempleo como la econom¨ªa sumergida, y la inflaci¨®n se sum¨® a estas tensiones. Pero a lo largo del periodo de emergencia impuesto por Indira Gandhi, y con posterioridad, sigui¨® vigente este patr¨®n de crecimiento lento, pero continuado. La expansi¨®n de la educaci¨®n aument¨® el n¨²mero de titulados universitarios, muchos de ellos sin empleo. En las zonas rurales, si bien no creci¨® la proporci¨®n de los agricultores sin tierras, el n¨²mero de ¨¦stos era muy elevado. La estructura industrial adquiri¨® un elevado grado de sofisticaci¨®n, pero la India no lleg¨® a convertirse en uno de los tigres asi¨¢ticos, en un pa¨ªs reci¨¦n industrializado, como Corea.
La corrupci¨®n
A muchos les parec¨ªa que la forma de crecimiento puesta en pr¨¢ctica en la India, a trav¨¦s de la planificaci¨®n y del dominio del sector p¨²blico, ya hab¨ªa conseguido su prop¨®sito, y que era necesaria la liberalizaci¨®n. No obstante, hay una conspiraci¨®n de mutua dependencia entre el legislador y los legislados. Se quejan el uno del otro, pero siguen benefici¨¢ndose a trav¨¦s de la corrupci¨®n y del monopolio. Indira Gandhi comenz¨® un proceso deliberado de liberalizaci¨®n, tras su regreso al poder en 1980, pero incluso este experimento era t¨ªmido y estaba controlado por el Estado. La India pidi¨® en el extranjero un gran cantidad de pr¨¦stamos para modernizar su industria y su infraestructura, pero la timidez y la corrupci¨®n del Gobierno han hecho que, a Finales de los a?os ochenta, la India tenga una deuda de cerca de 70.000 millones de d¨®lares.
?ste es el reto m¨¢s dif¨ªcil al que se enfrenta actualmente la India. Aunque la cosecha sea buena existe una pesada balanza de d¨¦ficit comercial. Aunque se hayan liberalizado las importaciones, no est¨¢n todas ellas destinadas a la mejora de la estructura industrial, sino a la del consumo de lujo. La India se est¨¢ quedando sin reservas, y deber¨¢ solicitar un pr¨¦stamo de 5.000 o 6.000 millones de d¨®lares al Fondo Monetario Internacional (FMI) para hacer frente a todos sus problemas actuales.
El FMI ser¨¢ de la opini¨®n de que la India deber¨ªa desmantelar su poco eficaz aparato burocr¨¢tico, dedicado al control y la planificaci¨®n industrial; que deber¨ªa hacer descender el d¨¦ficit presupuestario, que en la actualidad asciende al 9% del producto nacional bruto (PNB); que deber¨ªa conseguir la convertibilidad de la rupia y liberar muchos precios. Tras 40 a?os de econom¨ªa capitalista, pero relativamente autosuficiente, la India tendr¨ªa que integrarse en la econom¨ªa mundial.
Esta tarea ser¨¢ dif¨ªcil para cualquier Gobierno. Los diferentes estratos sociales, tanto los m¨¢s d¨¦biles como los m¨¢s poderosos, se apoyan en los subsidios estatales. La corrupci¨®n, financiada por los beneficios del sistema, engrasa la maquinaria pol¨ªtica. Los pobres, si se organizan y se hacen o¨ªr, tambi¨¦n consiguen alg¨²n tipo de ayuda. Acabar de ra¨ªz con toda esta munificiencia exigir¨¢ un Gobierno fuerte. Y, por desgracia, no parece muy probable que esto vaya a conseguirse.
El futuro
Sin embargo, hay problemas que tienen que ver m¨¢s con la gesti¨®n p¨²blica que con el n¨²cleo de la econom¨ªa. La India puede estar en la actualidad orgullosa de poseer una econom¨ªa sofisticada que puede fabricar en el interior del pa¨ªs la mayor¨ªa de las cosas. En las ¨¢reas urbanas existe una mano de obra sofisticada. Aunque la pobreza est¨¢ muy extendida, el Banco Mundial, en su informe correspondiente a 1990, esperaba que la situaci¨®n de pobreza mejorase a lo largo del pr¨®ximo decenio. Una vez resuelto el problema de la alimentaci¨®n, la India necesita desencadenar su propia revoluci¨®n industrial, con el fin de obtener todo el partido de su potencial humano y natural.
En su calidad de ex colonia, y uno de los mayores pa¨ªses de la Tierra, se puede decir que ha alejado de s¨ª con ¨¦xito la herencia colonial. Todav¨ªa faltan muchas cosas por hacer, pero ya se ha conseguido mucho. Un pa¨ªs con 850 millones de habitantes representa un vasto mercado, aun cuando la mitad de ellos sean pobres. La India puede perder su autosuficiencia, pero puede ganar mucho mediante el crecimiento acelerado. El futuro est¨¢ poblado de nubarrones, pero no est¨¢ oscuro.
Meghnad Desai es profesor de la London School of Economics y experto en econom¨ªa del desarrollo y de India.
Traducci¨®n: Ignacio M¨¦ndez Cabez¨®n y Esther Rinc¨®n del R¨ªo.
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