Aceptable cine infantil

Es sorprendente que los productores brit¨¢nicos o norteamericanos no hayan recurrido con mayor frecuencia a las historias del recientemente fallecido Roald Dahl como fuente de inspiraci¨®n para hacer un cine infantil inteligente. A pesar de su ¨¦xito multitudinario en todo el mundo, los relatos para ni?os del escritor brit¨¢nico s¨®lo han sido llevados al cine, que yo sepa, por Mel Stuart en Un mundo de fantas¨ªa (basada en Charlie y la f¨¢brica de chocolate), realizada en 1970 con gui¨®n del propio Dahl, y, en 1989, por Nicholas Roeg en La maldici¨®n de las brujas (a partir de la novela corta Las brujas).Ni en el cine para adultos ni en el infantil se han aprovechado las dotes de Dahl como guionista, que tan s¨®lo lleg¨® a adaptar a la pantalla grande dos novelas de lan Fleming (S¨®lo se vive dos veces, de la serie Bond, y Chitty chitty, bang bang), adem¨¢s de su libro ya citado; el novelista escribi¨® tambi¨¦n un gui¨®n original titulado The gremlins (nada que ver con el filme de Joe Dante), que fue adquirido por Walt Disney, pero nunca lleg¨® a realizarse. S¨®lo Hitchcock, en su famosa serie de relatos para la televisi¨®n, consigui¨® alcanzar una relaci¨®n de total complicidad con Dahl, y fruto de ¨¦sta han quedado peque?as obras maestras como Cordero al matadero y Una zambullida en el mar.

Danny, campe¨®n del mundo se basa en un gui¨®n de John Goldsmith que pretende mantenerse escrupulosamente fiel a la historia y al esp¨ªritu del autor de Mi t¨ªo Oswald. La pel¨ªcula est¨¢ realizada con la pulcritud (a veces excesiva, rayana en lo remilgado) y .la eficacia narrativa t¨ªpicas del brit¨¢nico Gavin Millar, antiguo cr¨ªtico de cine, adem¨¢s de prestigioso y prol¨ªfico guionista, productor y director de televisi¨®n.

Millar es un cineasta particularmente dotado para la direcci¨®n de actores y la construcci¨®n detallista de los ambientes, en este caso una peque?a poblaci¨®n inglesa a mediados de los cincuenta. Director y guionista utilizan la trama de Roald Dahl para evocar, sobre todo en su tercio final, la atm¨®sfera, el humor y los personajes de las comedias de los estudios Ealing, inclu so a trav¨¦s de la presencia de alg¨²n actor secundario, como el excelente Michael Hordern (Pasaporte para Pimlico). Desgraciadamente, esta idea no llega a desarrollarse del todo y se mantiene en un segundo plano. El resultado se queda a mitad de camino de sus propuestas por el tono excesivamente blando, ternurista y un punto empalagoso que preside la pel¨ªcula (coproducida, no lo olvidemos, por The Disney Channel), sobre todo en la relaci¨®n de Danny con su padre (que interpretan Jeremy Irons y su hijo Samuel), pero se deja ver sin disgusto, y, sobre todo, es una alternativa razonable a otras ofertas de cine infantil, como Poli de guarder¨ªa, en las que el ingenio y dem¨¢s facultades humanas brillan por su ausencia.