Eslovenia construye ya sus puestos fronterizos
Las compa?¨ªas constructoras eslovenas trabajaban ayer a marchas forzadas para construir los puestos fronterizos entre Eslovenia y Croacia, que marcar¨¢n el pr¨®ximo d¨ªa 26 los l¨ªmites del territorio cuya independencia proclamar¨¢ ese d¨ªa el Gobierno de Eslovenia. Los puestos fronterizos -casas prefabricadas y un poste para la bandera- deber¨ªan estar terminados hoy, pero en Dragonja y Secovje, en la pen¨ªnsula de Istria -dividida entre Croacia y Eslovenia-, apenas hab¨ªa sido pavimentado el terreno.
Mientras, los ministros de Asuntos Exteriores de la Comunidad Europea decidieron ayer "no reconocer ning¨²n acto unilateral de independencia de cualquiera de las rep¨²blicas yugoslavas", informa F¨¦lix Monteira desde Luxemburgo. El mensaje de la CE sigue siendo el de unidad de la federaci¨®n y su disposici¨®n a "ayudar a que haya una Constituci¨®n para todos", seg¨²n declar¨® el ministro espa?ol Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. El tema yugoslavo, junto con la crisis de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, ocupar¨¢ una parte de los debates de la cumbre comunitaria que se celebrar¨¢ en Luxemburgo el viernes y s¨¢bado pr¨®ximos."El mi¨¦rcoles traer¨¢n las casas prefabricadas", dice un obrero en el futuro puesto fronterizo esloveno de Secovje. Ese d¨ªa llegar¨¢n los polic¨ªas encargados de custodiarlo.
Las autoridades de Liubliana han ordenado a los municipios eslovenos que organicen festejos por todo lo alto para celebrar el d¨ªa de la independencia. Izar la bandera de Eslovenia constituir¨¢ una parte importante de la ceremonia, que ir¨¢ acompa?ada de fuegos artificiales, pancartas y discursos solemnes.
Falta la bandera
Sin embargo, el Parlamento esloveno no ha decidido a¨²n, dos d¨ªas antes de la independencia, cu¨¢l ser¨¢ la nueva bandera.
Aurelio Juri, el alcalde de Koper, el puerto principal de esa rep¨²blica, dice: "No s¨¦ si tendremos tiempo para comprar la bandera. Tampoco s¨¦ d¨®nde deber¨ªamos hacerlo".
Los alcaldes de las ciudades fronterizas entre Croacia y Eslovenia fueron avisados por tel¨¦fono desde el Ministerio del Interior de Liubliana, encabezado por Igor Bavcar -ex dirigente del comit¨¦ de protecci¨®n de los derechos humanos-, para que iniciaran las labores de construcci¨®n de los puestos fronterizos. "Ni siquiera he recibido una orden por escrito", dice Juri, diputado del partido opositor a la coalici¨®n gobernante.
Juri, mitad italiano mitad croata, ciudadano de Eslovenia, nacido en Koper, localidad que como el resto de Istria perteneci¨® a Italia hasta la Segunda Guerra Mundial, est¨¢ estupefacto frente a la decisi¨®n de las autoridades de Liubliana. "Nosotros votamos a favor de la soberan¨ªa eslovena", explica Juri, refiri¨¦ndose al plebiscito sobre la independencia celebrado el 23 de diciembre pasado, "pero cre¨ªmos que vot¨¢bamos a favor de la libertad de decidir con qui¨¦n asociarnos; no pensamos que esto se fuera a convertir en una autarqu¨ªa y de que tuvi¨¦ramos fronteras ahora que Europa se est¨¢ abriendo".
Istria, unos 400.000 habitantes, es una unidad territorial y cultural que constituye un enlace cultural, desde hace siglos, entre la cultura eslava (croata y eslovena) e italiana. Dividida entre las rep¨²blicas de Croacia y Eslovenia, quedar¨¢ separada en dos Estados si se consolidan. las1ndependencias croata y eslovena. Parientes, amigos y vecinos ser¨¢n ciudadanos de pa¨ªses distintos, separados por una frontera.
Inicialmente estaban previstos 36 puestos fronterizos, pero no ha habido tiempo para construirlos. Te¨®ricamente, los ciudadanos yugoslavos ser¨¢n controlados aleatoriamente por la polic¨ªa eslovena en la frontera, mientras los extranjeros ser¨¢n sometidos a una revisi¨®n m¨¢s estricta.
La defensa de la frontera ser¨¢ cara. "Tenemos una frontera larga", explica el ministro de Finanzas, Dusan Sesok, pero ignora el coste.
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