La 'x' de Garzon es un ¨¢rbol geneal¨®gico
El juicio ha comenzado a caer en el aburrimiento. Los periodistas aguantan horas esperando, pero ya no esperan que suceda algo realmente interesante. La verdad es que nadie conf¨ªa en que la declaraci¨®n de un nuevo testigo permita remontar el tono de tr¨¢mite, de aqu¨ª no pasa nada. Tal vez el d¨ªa que vengan las novias, Inmaculada y Blanca. Mientras tanto, lo m¨¢s destacable es esta apat¨ªa que transcurre por la sala. Hasta Amedo muestra su falta de inter¨¦s, una vez que ha comprobado el buen hacer de todos sus jefes."Puede que haya otro polic¨ªa tan bueno como ¨¦l, pero es imposible que exista quien lo supere", fue el broche de plata puesto por Planchuelo, de la comisar¨ªa de Bilbao, uno de los jefes menores de Amedo. Un hombre que en alg¨²n momento pareci¨® entregado al acusador Fernando Salas, que le tuvo m¨¢s de dos horas declarando, a la espera de que cometiera un error. Pero Planchuelo, que daba muchas explicaciones, se liaba y parec¨ªa estar a punto de meter la pata, supo evitar el error una y otra vez justo en el ¨²ltimo momento. Despu¨¦s de todo, muchos de los testigos de este juicio no s¨®lo tienen la posibilidad de no responder, acogi¨¦ndose a la ley que protege la publicidad sobre fondos reservados; adem¨¢s son profesionales del interrogatorio, y, como han demostrado, muy buenos.
Pero para Amedo Fouce todav¨ªa habr¨¢ sido m¨¢s importante el resultado de la ronda de testimonlos de los grandes jefes. El subcomisarlo puede estar contento. Es seguro, por ejemplo, que le ha proporcionado ¨¢nimos escuchar de boca del que fuera su ministro, Barrionuevo, que los GAL no eran un grupo terrorista. Eso s¨ª que es un gesto de agradecer. Primero lo dijo San Crist¨®bal, gobernador civil en Bilbao y luego director general de Seguridad del Estado. Luego lo dijo Francisco ?lvarez, que se ocup¨® en el Pa¨ªs Vasco de la coordinaci¨®n de los servicios de informaci¨®n de la Guardia Civil y de la polic¨ªa. A este hombre, condenado por prevaricaci¨®n, le llaman G¨¢lvarez, sobrenombre que, como demostr¨® en el juicio, le resulta muy molesto. Sin embargo, el mote tiene un origen. Procede del intento de secuestro en Francia de un empresario vasco que ?lvarez, seg¨²n reconoce, organiz¨®. A t¨ªtulo particular, eso s¨ª, pero con dietas a cargo del Estado. Para muchos, este hecho es el claro antecedente de la actuaci¨®n de los GAL. Pero Francisco ?lvarez es un hombre correoso que constest¨® breve y conciso.
Otros grandes jefes tambi¨¦n han sido concisos. Como Rafael Vera, ahora secretario de Estado de la Seguridad. "Los fondos reservados son de mi responsabilidad personal", ha dicho. Sobre los GAL su respuesta ha sido id¨¦ntica a la de todos sus colegas de trabajo. Porque, como si fuera una f¨®rmula qu¨ªmica que no se puede variar, uno tras otro, desde San Crist¨®bal y Masa - coronel de la Guardia Civil, responsable de informaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco- hasta el ministro de todos ellos, Barrionuevo, han dicho que los GAL son grupos inconexos entre s¨ª, sin jerarqu¨ªa conocida sobre ellos, y que han cometido hechos delictivos en un pa¨ªs que no es el nuestro; lo que explica la falta de investigaci¨®n de los departamentos que cada uno de ellos dirigi¨®. Entre 1983 y 1986, mientras dur¨® la historia de este esc¨¢ndalo pol¨ªtico, Amedo tuvo muchos jefes, un verdadero ¨¢rbol geneal¨®gico que crece hacia arriba. All¨ª las sombras ocultan la sugerente x del juez Garz¨®n.x
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