Un paquete bomba mata a cuatro personas y hiere a otras 30 en la c¨¢rcel Sevilla-1
La explosi¨®n de un paquete bomba en la prisi¨®n provincial Sevilla-1 caus¨® ayer la muerte de cuatro personas -un funcionario de prisiones, dos internos y un familiar de un recluso- y m¨¢s de una treintena de heridos de diversa consideraci¨®n. El artefacto estall¨® hacia las 11.20 en la sala de paqueter¨ªa de la prisi¨®n, contigua a la sala de espera de la c¨¢rcel, a la que acuden a diario los familiares de los internos. En el momento de la explosi¨®n se encontraban en el lugar m¨¢s de medio centenar de familiares, en su mayor¨ªa mujeres y algunos ni?os.
El paquete hab¨ªa sido entregado por un empleado de la empresa de transportes Acha SA., proced¨ªa de Valladolid, y estaba dirigido al director de la c¨¢rcel, Javier Romero Pastor. Todos los datos apuntan a la autor¨ªa de ETA. De hecho, el ministro de Justicia, Tom¨¢s de la Quadra, se?al¨® ayer que las sospechas "pueden recaer en alguno de los grupos terroristas, ya sea ETA o GRAPO".La bomba estall¨® cuando estaba. siendo revisada en el esc¨¢ner de control. Las sala de seguridad, la de espera de familiares y la de comunicaci¨®n quedaron pr¨¢cticamente destrozadas. Tambi¨¦n sufrieron importantes da?os el despacho del director y las oficinas de administraci¨®n.
Los fallecidos son:
- Manuel P¨¦rez Ortega, de 39 a?os y natural de Olivares (Sevilla), soltero, funcionario de prisiones desde 1986 y licenciado en Ciencias Econ¨®micas y maestro. Llevaba tres a?os destinado en el servicio de paqueter¨ªa de la prisi¨®n.
- Donato Calzado Garc¨ªa, de 27 a?os y natural de Gilena (Sevilla), interno en Sevilla-1 en r¨¦gimen de tercer grado, cumpl¨ªa condena de dos a?os por un delito de lesiones desde 1990 y estaba a punto de obtener la libertad. Ayudaba en la secci¨®n de paqueter¨ªa.
- Jes¨²s S¨¢nchez Lozano, de 36 a?os y natural de Sevilla, interno tambi¨¦n clasificado en tercer grado. Ayudaba igualmente en la secci¨®n de paqueter¨ªa.
- Edmundo P¨¦rez Crespo, de 27 a?os y natural de Santander, quien esperaba para ver a su hermano.
?sta es la primera vez que fallecen reclusos por la explosi¨®n de un paquete-bomba enviado a una prisi¨®n.
Paquete "sospechoso"
El director de la c¨¢rcel y el sargento primero de la Guardia Civil que recibi¨® al transportista se?alaron que el paquete-bomba estaba envuelto en papel de color marr¨®n y cinta adhesiva.
El guardia civil explic¨® que le hab¨ªa comentado al transportista que el paquete le parec¨ªa "sospechoso" y que deb¨ªa entregarlo al funcionario Manuel P¨¦rez Ortega para su inspecci¨®n.
"Pesaba mucho y estaba muy protegido con tiras adhesivas, de esas de cinta aislante", coment¨® el guardia civil dos horas despu¨¦s de la explosi¨®n. "Yo lo tuve en las manos y le dije [al funcionario] que lo pasara por rayos", agreg¨®.
El transportista pas¨® a la oficina de comunicaci¨®n y entreg¨® el paquete al funcionario P¨¦rez Ortega. El director de la prisi¨®n, Javier Romero Pastor, acudi¨® para la inspecci¨®n y, tras anotar los datos de procedencia del paquete, comunic¨® al funcionario que lo metiera en el esc¨¢ner y esperase. "No me dio tiempo siquiera a llegar a mi despacho cuando se produjo la explosi¨®n", coment¨®. "Yo me dispon¨ªa a llamar a los Tedax [tecnicos en desactivaci¨®n de explosivos] porque [al mirar en el esc¨¢ner] se ve¨ªa todo negro; entonces fue cuando explot¨®".
Seg¨²n Romero Pastor, el albar¨¢n entregado con el paquete indicaba que ¨¦ste pesaba siete kilos, e iba dirigido a ¨¦l mismo, con la inicial de su nombre y sus apellidos. Anoche se desconoc¨ªa el tipo de explosivo empleado en el atentado.
El delegado del Gobierno en Andaluc¨ªa, Alfonso Garrido, confirm¨® que el paquete proced¨ªa de Valladolid, donde hab¨ªa sido entregado el pasado d¨ªa 25 en la sede de la empresa Transportes Castilla, filial en la ciudad castellana de Transportes Acha. El remite figuraba a nombre de Suministros GHA.
La evacuaci¨®n de los heridos se produjo con rapidez, gracias a la intervenci¨®n de las dotaciones policiales presentes en la c¨¢rcel.
Mujeres y ni?os
Un grupo de presos del departamento 2 se amotin¨® en el tejado de la c¨¢rcel, pidiendo informaci¨®n sobre sus familiares, actitud que depusieron tras recibir explicaciones. Las escenas de desesperaci¨®n, los ataques de histeria y las lipotimias se suced¨ªan en los alrededores.
Anoche permanec¨ªan ingresadas en diversos centros hospitalarios cuatro personas heridas graves, entre ellas dos mujeres, y otras cuatro leves, entre ellas tres ni?os. Los dem¨¢s heridos ya hab¨ªan sido dados de alta.
Luis Vargas Torres, un recluso de 43 a?os que estaba limpiando la sala de espera, comentaba, llorando, lo ocurrido. "Son unos criminales, han pagado las criaturitas que ven¨ªan con sus madres. No hay derecho. Yo estaba limpiando y me ha salvado la columna. Me he quedado ciego con la explosi¨®n y luego todos, tambi¨¦n los presos, hemos ayudado a los heridos".
Ezequiel Reyes Toledo y su esposa Francisca S¨¢nchez esperaban en la calle cuando se produjo la explosi¨®n. Ambos resultaron con heridas leves. "Venimos a ver a mi hijo y no sabemos qu¨¦ ha pasado, pero fijese usted c¨®mo estoy; mi mujer tambi¨¦n tiene heridas y est¨¢ en esa ambulancia. Esto no puede ser".
El atentado caus¨® de inmediato el p¨¢nico en la capital andaluza. La polic¨ªa recibi¨® numerosas llamadas denunciando la existencia de paquetes sospechosos, fundamentalmente en oficinas de organismos p¨²blicos.
Partidos y sindicatos han convocado una manifestaci¨®n de protesta para el pr¨®ximo martes.
Presos y familiares quer¨ªan linchar a los seis etarras recluidos en el centro
J. M. "Dejadlos salir al patio, que ya se encargar¨¢n de ellos los nuestros", reclamaban a gritos los familiares de los reclusos de la prisi¨®n de Sevilla, a los pocos minutos del atentado. El deseo de venganza fue un¨¢nime entre presos y familiares, ¨¦stos ¨²ltimos principales afectados por el atentado e ignorantes de la suerte que hab¨ªan corrido los suyos dentro de la c¨¢rcel. Los primeros, tambi¨¦n ignorantes de la trascendencia de la explosi¨®n, s¨®lo quer¨ªan verse, cara a cara, con los seis etarras internos en el centro (cuatro recluidos y dos en tr¨¢nsito para asistir a un juicio).
Poco antes de la explosi¨®n hab¨ªa quedado visto para sentencia en el Juzgado de lo Penal n¨²mero 7 de la capital andaluza el juicio contra el etarra Joseba Arrese Garate, de 25 a?os y natural de Durango (Vizcaya), acusado de un delito de desacato al anterior juez de Vigilancia Penitenciaria de Sevilla, Heriberto Asensi¨®.
El etarra, interno en la prisi¨®n de Alcazar de Sanju¨¢n, donde cumple una condena de 12 a?os, estuvo en Sevilla-2 en 1989, cuando dirigi¨® una carta al citado magistrado en la que le calificaba de "mercenario al servicio del Estado", seg¨²n confirm¨® el propio juez Heriberto Asensi¨®. El fiscal solicita para el activista dos anos de prisi¨®n y 200.000 pesetas de multa.
Este traslado hab¨ªa puesto en marcha un dispositivo especial de vigilancia en la ciudad, pues junto a Arrese hab¨ªa sido tambi¨¦n trasladado a Sevilla-1 el etarra Zagarruy Moya para otro juicio.
La venganza de los comunes
Tras el atentado, el nerviosismo cundi¨® entre los reclusos, que intentaron acceder a las celdas donde se encontraban los presos de ETA. Varios internos del departamento segundo se subieron al tejado y pidieron informaci¨®n sobre el atentado. Tras ceder en su actitud, los presos reclamaban venganza, y s¨®lo la actuaci¨®n de los responsables del centro penitenciario logr¨® templar los ¨¢nimos.
La direcci¨®n de la c¨¢rcel decidi¨® de inmediato el traslado de los seis etarras y de dos presos de los GRAPO a la prisi¨®n de Sevilla-2, una c¨¢rcel m¨¢s moderna y con mejores instalaciones. En este ¨²ltimo centro se encuentran internados otros cinco etarras.
El secretario general de Asuntos Penitenciarios, Antoni Asunci¨®n, quien viaj¨® a Sevilla nada m¨¢s tener noticia del atentado, asegur¨® anoche que el Gobierno "no va a cambiar en absoluto" la pol¨ªtica penitenciaria respecto a los presos de ETA. Asunci¨®n confirm¨® que se han tomado medidas de prevenci¨®n con respecto a los reclusos etarras en varias prisiones espa?olas y que han sido canceladas las vacaciones de todos los directores de las c¨¢rceles espa?olas.
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