La irritaci¨®n determin¨® la abstenci¨®n

Las novedades m¨¢s destacables de las recientes elecciones han sido la elevada abstenci¨®n y la casi desaparici¨®n del CDS. Los datos ayudan a explicar estos fen¨®menos: el perfil del abstencionismo sigue las pautas cl¨¢sicas del desinter¨¦s pol¨ªtico, aunque se aprecia una clara irritaci¨®n en los ciudadanos. La abstenci¨®n perjudic¨® m¨¢s al CDS y al PSOE que a los otros partidos. El hundimiento del CDS benefici¨® m¨¢s concretamente al Partido PopularTambi¨¦n hay que se?alar que el crecimiento de Izquierda Unida se produce sobre todo como consecuencia de un trasvase de votos desde el PSOE, aunque el l3% de votantes de IU han votado por el PSOE.

Sobre la abstenci¨®n, es bien conocido el hecho de que en elecciones locales y auton¨®micas se suele ir a votar menos que en elecciones generales porque la elecci¨®n se percibe como menos importante. Sin embargo, el nivel de participaci¨®n del 26 de mayo ha sido un poco m¨¢s bajo que el registrado en otras elecciones municipales, sobre todo las de 1987: en los primeros comicios locales de 1979 la abstenci¨®n fue similar a la del pasado mes de mayo (39% entonces, 40% ahora). Tambi¨¦n fue bastante elevada en 1983, con un 34%. Sin embargo, en el a?o 1987 la abstenci¨®n fue del 30%. Con estos datos se puede decir que no estamos ante una novedad cr¨ªtica en cuanto a niveles de participaci¨®n se refiere, aunque es evidente que el desinter¨¦s por la pol¨ªtica o la pasividad ciudadana se han incrementado en los ¨²ltimos a?os. Ahora, el perfil cl¨¢sico del abstencionista o del ciudadano pasivo se ha descompuesto como consecuencia de una cierta irritaci¨®n ciudadana presente en todos los sectores sociales.

En resumen, la menor participaci¨®n en las pasadas elecciones tiene un componente de irritaci¨®n pol¨ªtica que, hasta ahora y de esta forma, no se hab¨ªa dado entre nosotros.