Los hijos de los argelinos que combatieron con los franceses exigen justicia
Sus padres aceptaron en silencio la derrota, las matanzas en la reci¨¦n independizada Argelia, el traslado a Francia de los supervivientes y el desarraigo y la marginaci¨®n que siguieron. Pero ellos son de otra pasta. La Intifada protagonizada por millares de hijos de harkis en diversas ciudades del sur del pa¨ªs ha recordado a Francia la deuda que todav¨ªa tiene pendiente con su pasado colonial en Argelia.
En los a?os cincuenta, m¨¢s de 200.000 musulmanes argelinos se enrolaron en el Ej¨¦rcito franc¨¦s y participaron activamente en los combates contra el FLN. Tras la independencia, la mayor¨ªa de esos harkis fueron abandonados a merced de sus compatriotas, y ¨¦stos fueron implacables. Unos 70.000 lograron refugiarse en Francia con sus familias. Fueron instalados en campamentos de fortuna.Tres d¨¦cadas despu¨¦s, la comunidad harki est¨¢ compuesta por unas 450.000 personas, todas de nacionalidad francesa y un 66% de ellas menores de 20 a?os. Como sus padres, los j¨®venes harkis viven una existencia marginal en campamentos y suburbios de las regiones meridionales, con elevad¨ªsimos porcentajes de fracaso escolar y de desempleo. Tambi¨¦n como sus progenitores, tienen un agud¨ªsimo problema de identidad.
La revuelta de los j¨®venes harkis comenz¨® en la noche del 23 al 24 de junio en el suburbio de Oliviers, cerca de Narbona. Cientos de ellos levantaron barricadas y se enfrentaron durante horas con la polic¨ªa, La consiguiente detenci¨®n de cuatro chavales fue la chispa que encendi¨® en toda Francia la reseca pradera de las reivindicaciones harkis.
Narbona, Avi?¨®n, Nimes, Saint-Maximin, La Ciotat, Fuveauv, Bias y otras localidades meridionales han sido escenarios de toma de locales municipales, ocupaci¨®n de peajes de autopistas, cortes de tr¨¢fico con neum¨¢ticos incendiados o troncos de ¨¢rboles, incendios de bienes p¨²blicos y enfrentamientos con las fuerzas del orden.
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