Riesgos por correo
EL TRIBUNAL Superior de Justicia de Madrid ha considerado v¨¢lidas las elecciones municipales del 26 de mayo en la capital de Espa?a, ganadas por mayor¨ªa absoluta por el Partido Popular. Pero ser¨ªa lamentable que su decisi¨®n sirviera para alentar, en futuras contiendas electorales, la proliferaci¨®n de pr¨¢cticas irregulares o de dudoso respeto por las garant¨ªas del procedimiento en la gesti¨®n del voto por correo por parte de los partidos pol¨ªticos.En el caso de Madrid, las sospechas de irregularidad afectaban a 10.071 votos por correo tramitados por el Partido Popular. El tribunal ha estimado que estos votos, aun en la hip¨®tesis de su anulaci¨®n, no ser¨ªan suficientes para alterar el resultado de la elecci¨®n. En este punto, el tribunal no hace sino aplicar muy adecuadamente los principios de conservaci¨®n de los actos v¨¢lidos -es decir, la expresi¨®n de la voluntad popular inequ¨ªvocamente puesta de manifiesto en el conjunto del voto-, proporcionalidad e interpretaci¨®n m¨¢s favorable a la efectividad de los derechos fundamentales, en concreto el de participaci¨®n pol¨ªtica de los ciudadanos, de acuerdo con lajurisprudencia desarrollada por el Tribunal Constitucional con ocasi¨®n de las irregularidades descubiertas en las elecciones generales del 29 de octubre de 1989 en Murcia, Pontevedra y Melilla.
Lo que ya no parece tan adecuado es el juicio benevolente que le merecen al tribunal algunos de los procedimientos empleados en la tramitaci¨®n de los votos cuestionados, y que, de no ser corregidos, pueden derivar en interpretaciones sesgadas de la normativa electoral capaces de llegar a la suplantaci¨®n de la voluntad del votante. En las pasadas elecciones, el PP gestion¨® en toda Espa?a 80.000 votos por correo en una actuaci¨®n sin duda leg¨ªtima, e incluso encomiable, a fin de facilitar el derecho al sufragio de personas enfermas, incapacitadas o ausentes de su circunscripci¨®n el d¨ªa de las elecciones. Pero la excepcionalidad misma del procedimiento que sustituye la presencia f¨ªsica del elector ante la urna por una serie de tr¨¢mites dejados en manos de -terceras personas da ocasi¨®n a que la norma pueda ser burlada con facilidad.
En Madrid, unos pocos ciudadanos gestionaron la tramitaci¨®n de las, solicitudes de los miles de votos por correo cuestionados y enviaron la documentaci¨®n a domicilios distintos de los particulares de las personas enfermas o impedidas, entre ellos, la sede oficial del PP. Por otra parte, existen indicios de que algunos de los requisitos, como la legitimaci¨®n por notario de la delegaci¨®n del tr¨¢mite, han sido falsificados en cerca de 4.000 votos, asunto actualmente en la v¨ªa penal. En lo que se refiere a la gesti¨®n de miles de votos por correo por una sola persona, el tribunal considera que es un procedimiento reprobable, aunque no est¨¦ prohibido expresamente por la legislaci¨®n electoral. Sin embargo, no le merece la misma consideraci¨®n una pr¨¢ctica que pudiera resultar m¨¢s grave: la del env¨ªo a domicilios distintos de donde viven los votantes enfermos o incapacitados de las papeletas del voto, y en consecuencia, el posible impedimento de que ejerzan personalmente el derecho al sufragio, con el riesgo de que otra persona lo haga en su lugar..
Algo que, por el contrario, s¨ª ha tenido en cuenta el Tribunal Superior de Galicia en una sentencia paralela (en este caso, el supuesto contemplado era principalmente el voto por correo de emigrantes gestionado por el PP). A su juicio, el exagerado recurso a la libre designaci¨®n del domicilio en la tramitaci¨®n del sufragio por correo puede constituir un s¨ªntoma de sustituci¨®n del voto. Aunque tales irregularidades no afecten al resultado global de las elecciones, no por ello deben reputarse como una cuesti¨®n menor. Constituyen pr¨¢cticas que, de no atenerse estrictamente a la letra y tambi¨¦n al esp¨ªritu de la ley electoral (facilitar el voto de quienes se hallan impedidos de ejercerlo), pueden suponer el atentado m¨¢s grave al derecho fundamental al sufragio: el secuestro del voto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.