Nuevos obst¨¢culos entorpecen la paz en Yugoslavia
El acuerdo alcanzado a ¨²ltima hora del domingo en la isla de Brioni por la delegaci¨®n de la Comunidad Europea con los l¨ªderes de las rep¨²blicas de Eslovenia y Croacia y de la presidencia federal para una soluci¨®n pac¨ªfica a la crisis yugoslava tropez¨® ayer con nuevos obst¨¢culos que pon¨ªan en peligro su aplicaci¨®n antes de entrar en vigor. Al optimismo inicial se contrapon¨ªan las reticencias de las autoridades eslovenas a conceder plena validez al acuerdo y las en¨¦rgicas protestas de los diputados serbios contra lo decidido en la reuni¨®n de Brioni.
Mientras los l¨ªderes eslovenos advert¨ªan que no reconocer¨ªan el acuerdo hasta que recibiera la luz verde de su Parlamento, en la sesi¨®n de la Asamblea serbia celebrada ayer en Belgrado, numerosos parlamentarios calificaron el acuerdo de Brioni de provocaci¨®n. Los l¨ªderes de la oposici¨®n serbia convocaron una concentraci¨®n de protesta en la plaza de la Rep¨²blica de la capital yugoslava por considerar inaceptable que se exija la retirada del Ej¨¦rcito federal a sus cuarteles, pero no se pida lo mismo a las milicias croatas.Seg¨²n Borislav Jovic, representante de Serbia en la presidencia colectiva, dijo en el Parlamento serbio que "si Croacia persiste en su declaraci¨®n de independencia tenemos el deber de proteger los derechos de los serbios que viven all¨ª. De lo contrario el pueblo serbio decidir¨¢ lo que debe hacerse y nosotros [el parlamento] lo respaldaremos".
Los m¨¢s optimistas recibieron un nuevo rev¨¦s al anunciar Janez Drnovsek, representante esloveno en la presidencia colectiva, que no asistir¨ªa a la reuni¨®n que ¨¦sta celebr¨® ayer en Belgrado. La reuni¨®n deb¨ªa evaluar la situaci¨®n en Eslovenia y la resoluci¨®n adoptada en Brioni. Drnovsek decidi¨® no asistir a la reuni¨®n tras consultar con los m¨¢ximos l¨ªderes eslovenos, seg¨²n inform¨® el Ministerio de Informaci¨®n de esta rep¨²blica.
El primer punto del acuerdo con la delegaci¨®n comunitaria se?ala que s¨®lo los pueblos de Yugoslavia deben decidir su futuro. El segundo punto establece el comienzo inmediato y sin precondiciones de conversaciones sobre el futuro de Yugoslavia. Asimismo, la presidencia federal deber¨¢ ejercer el control absoluto sobre las Fuerzas Armadas. Por ¨²ltimo, todas las partes en conflicto deben abstenerse de adoptar acciones unilaterales.
La resoluci¨®n detalla las modalidades que deben dar paso a las negociaciones. La cuesti¨®n aduanera se solventa con una complicada formulaci¨®n, que se?ala que los puestos fronterizos estar¨¢n bajo control de la polic¨ªa eslovena, que recaudar¨¢ los impuestos aduaneros, aunque su destino seguir¨¢n siendo las arcas federales. El dinero se ingresar¨¢ en una cuenta conjunta, controlada por los ministros de Finanzas de la federaci¨®n y de Eslovenia y por uno o dos supervisores externos.
En lo que se refiere a la seguridad de las fronteras, el acuerdo se?ala que debe restablecerse la situaci¨®n anterior a la proclamaci¨®n de independencia de las rep¨²blicas secesionistas, para, en un plazo de tres meses, transferir las competencias del Ej¨¦rcito federal en este terreno.
Ultim¨¢tum militar
Otro elemento inquietante lo protagoniz¨® el ministro federal de Defensa, Veljko Kadijevic, que lanz¨® un nuevo ultim¨¢tum a las autoridades eslovenas amenazando con una intervenci¨®n militar si los prisioneros del Ej¨¦rcito yugoslavo no son liberados inmediatamente. Seg¨²n el acuerdo de Brioni, los 300 prisioneros todav¨ªa en poder de las fuerzas eslovenas deb¨ªan ser puestos en libertad no m¨¢s tarde de la noche de ayer.
Por otra parte, el embajador de Austria en Belgrado, Walter Siegl, reconoci¨® en unas declaraciones al diario serbio Borba que el Gobierno yugoslavo present¨® el domingo una en¨¦rgica protesta ante las autoridades de Viena, en la que se denuncia "la descarada pol¨ªtica austriaca de interferencia en los asuntos internos de Yugoslavia", que se traduce en promover las ambiciones separatistas contra la integridad y la soberan¨ªa yugoslavas".
Siegl manifest¨® que las relaciones entre Belgrado y Viena se han deteriorado como consecuencia de la crisis yugoslava y no a causa de la actuaci¨®n austriaca.
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