No hab¨ªa evidencia

En la edici¨®n del viernes 21 de junio, su corresponsal en Managua, en un art¨ªculo sobre los disturbios creados a partir de la introducci¨®n en la Asamblea Nacional del proyecto de ley para derogar los decretos 85-86, se menciona que: "sandinistas armados lanzaron bombas a oficinas y residencias de pol¨ªticos...". Desconozco, aunque dudo, si su corresponsal se encontraba presente en el momento o si dispone de especiales fuentes de informaci¨®n que le hayan indicado a qui¨¦n correspondi¨® la autor¨ªa de los hechos. Quiero hacer constar, sin embargo, que a fecha de 28 de junio no exist¨ªa en Nicaragua ninguna evidencia sobre qui¨¦nes hab¨ªan sido los autores de dichos atentados. Si su corresponsal tiene, pues, alg¨²n tipo de pruebas, deber¨ªa entregarlas a las autoridades para que se tomaran las medidas oportunas.Otra posibilidad es que se trate ¨²nicamente de una especulaci¨®n de su corresponsal, coincidente con las que han realizado algunos pol¨ªticos derechistas. En ese caso, no s¨®lo deber¨ªa indicarlo as¨ª por cuestiones de ¨¦tica period¨ªstica, sino que adem¨¢s las siguientes aclaraciones parecen oportunas:

1. Los atentados fueron condenados por el ex presidente Daniel Ortega el mismo 19 de junio. El editorial de Barricada (hasta hace poco ¨®rgano oficial sandinista) del d¨ªa 20 no pod¨ªa ser m¨¢s claro: "Por razones de principios, Barricada condena y rechaza toda forma de terrorismo pol¨ªtico, atentados personales y el uso de la violencia como m¨¦todos para silenciar al adversario y resolver los conflictos en nuestra sociedad".

2. La posibilidad de que simpatizantes sandinistas realizaran los atentados no puede ser rechazada. Sin embargo, es improbable que si un votante del PSOE realizara un atentado contra una sede del PP la acci¨®n se imputara a "socialistas armados", cuando se trata de una acci¨®n individual condenada por la organizaci¨®n pol¨ªtica a la que se pertenece.

3. M¨¢s all¨¢ de declaraciones, toda l¨®gica pol¨ªtica, as¨ª como la actitud sandinista de los ¨²ltimos a?os, excluye al FSLN como posible interesado en realizar los atentados. Al aparecer como presuntos culpables, resultan los m¨¢s da?ados en su imagen por unas acciones que no les reportan ning¨²n beneficio pol¨ªtico.

Si las especulaciones sobre posibles autores de atentados forman parte de la informaci¨®n que un periodista debe suministrar, su origen y el contexto pol¨ªtico en que se realizan deben ser especificados, y no presentados como hechos demostrados.-