"Todo va bien, bella marquesa"
Mija¨ªl Gorbachov viaja a Londres dejando atr¨¢s un c¨²mulo de problemas econ¨®micos y pol¨ªticos
Leonid Uti¨®sov, un c¨¦lebre cantante de jazz sovi¨¦tico en los a?os treinta, interpretaba una canci¨®n que se hizo muy popular entre sus conciudadanos. Se titulaba Todo va bien, bella marquesa y habla de una marquesa que descansaba en un balneario y el mayordomo que hab¨ªa quedado a cargo de sus haciendas en ausencia de la se?ora. Al abandonar el edificio del Kremlin, donde Gorbachov ofreci¨® una conferencia de prensa, un analista sovi¨¦tico dijo el viernes: "Todo va bien, bella marquesa, excepto que...".
El mayordomo aseguraba a la bella marquesa que todo hab¨ªa ido bien, aunque el caballo favorito de la se?ora hab¨ªa muerto asfixiado. Todo hab¨ªa ido bien, repet¨ªa el empleado, excepto el incendio cuyo humo hab¨ªa matado al caballo. Todo hablado bien, excepto las velas que hab¨ªan provocado el incendio que hab¨ªa destruido la caballeriza, adem¨¢s de la mansi¨®n. Todo hab¨ªa ido bien, excepto el marqu¨¦s, que hab¨ªa derribado las velas, al pegarse un tiro en la sien. Todo habr¨ªa ido bien, de no ser por las deudas de juego que abrumaban al marqu¨¦s.El viernes, Gorbachov ofreci¨® una inesperada rueda de prensa dedicada a su cita con los l¨ªderes del G-7. El presidente insisti¨® en que no va a Londres para "ponerse de rodillas" ni a "implorar". Aparte de las ideas generales sobre la integraci¨®n de la URSS en la econom¨ªa mundial y la promesa de desvelar secretos militares, Gorbachov dio pocos detalles sobre la exposici¨®n que har¨¢ en Londres-, y algunos corresponsales acostumbrados a buscar el mensaje oculto, se preguntaban qu¨¦ hab¨ªa querido transmitir. El analista que record¨® la canci¨®n de Uti¨®sov resumi¨® algo que estaba en la mente de muchos: el contraste entre un discurso tranquilizador y la realidad sovi¨¦tica de hoy, caracterizada por el descenso en picado de todos los ¨ªndices econ¨®micos.
Bendici¨®n a Gorbachov
Gorbachov va a Londres con la bendici¨®n de las nueve rep¨²blicas sovi¨¦ticas dispuestas a firmar el Tratado de la Uni¨®n y de los ¨®rganos centrales. Antes de marcharse, ha fortalecido su posici¨®n con el programa para salir de la crisis firmado por 10 rep¨²blicas sovi¨¦ticas (las 9 embarcadas en la gestaci¨®n del Tratado de la Uni¨®n y Armenia). Sin embargo, todas estas manifestaciones de -unidad se diluyen cuando se entra en el detalle concreto, sea ¨¦ste el sistema impositivo del futuro Estado, la afirmaci¨®n independentista de seis rep¨²blicas sovi¨¦ticas y nacional de las rep¨²blicas ex aut¨®nomas, o la resistencia al haraquiri del S¨®viet Supremo de la URSS. Gorbachov deja tras s¨ª un conjunto de posiciones enfrentadas que responden, en ¨²ltima instancia, a concepciones irreconciliables del Estado.
A pesar de sus enormes recursos, la URSS no adquiri¨® su rango de superpotencia gracias a su desarrollo econ¨®mico, sino a los arsenales nucleares que la convert¨ªan en un enemigo potencialmente terrible.
Cuando Gorbachov lleg¨® al, poder en 1985, la ¨²nica posibilidad de mantener este estatus, logrado con la inversi¨®n - de cuantiosos recursos en el sector b¨¦lico, era un cambio cualitativo del sistema, que-estaba pre?ado de riesgos.
Uno de esos riesgos era la tercermundizaci¨®n de una gran parte de su territorio y la p¨¦rdida de su mismo estatus de superpotencia. El viaje de Gorbachov a Londres es el s¨ªmbolo de esta p¨¦rdida. La demanda de ayuda a Occidente de Gorbachov se instala en una paradoja.
Uno de sus principales elementos persuasivos es el peligro que encierra la existencia de ar mas nucleares en un pa¨ªs en pleno proceso de desintegraci¨®n.
Este argumento est¨¢ presente tanto en el discurso de Mija¨ªl Gorbachov como en el de Yavlinski, como una velada amenaza a Occidente, al aceptar el com promiso de ayuda a la URSS parte de sus propios intereses, seg¨²n escrib¨ªa el analista pol¨ªtico Alexandr Bovin.
Entre los intereses de Occidente est¨¢ la conjura de la amenaza nuclear y, por lo tanto, la eliminaci¨®n de una de las motivaciones para la ayuda. Los siete, afirmaba Bovin, "se sienten vencedores y sin duda se lo har¨¢n sentir al invitado".
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