Ech¨¢varri: "El Tour tiene mucho que mejorar"
Virus, bacteria o exceso vitam¨ªnico, el misterioso mal que motiv¨® el abandono del PDM convirti¨® el pelot¨®n en un zoco sembrado de rumores. La noticia actu¨® como v¨¢lvula de escape para cierto malestar de los directores deportivos, alguno de los cuales critic¨® aspectos de la organizaci¨®n, como el alojamiento y las comidas. Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, del equipo Banesto, fue uno de los m¨¢s claros: "El Tour es una gran carrera, pero tiene mucho que mejorar".
Hubo versiones para todos los gustos. Unos hablaban de un virus extra?o que alcanz¨® a los ciclistas del PDM por los conductos del aire acondicionado del hotel que ocuparon. Otros, que todo fue debido a una intoxicaci¨®n alimenticia y que, por lo tanto, la culpa de la extra?a epidemia fue una bacteria. Tal vez por ello, las quejas se centraron en dos cuestiones: el alojamiento de los corredores y los alimentos que ingieren, responsabilidades ambas de la Sociedad Tour de Francia, que es la que dise?a los men¨²s y escoge los hoteles."No quiero decir que la organizaci¨®n sea mala. Ni much¨ªsimo menos. Simplemente, considero que hay aspectos que no son acordes con la importancia de la prueba. El ciclismo es un gran argumento para promocionar cosas, pero a veces los protagonistas de esto, que no son otros que los corredores, se dejan de lado. En el tema del alojamiento y las comidas suele pasar muy a menudo", coment¨® Ech¨¢varri. El responsable t¨¦cnico de Banesto confeso que en la reuni¨®n que mantuvieron el domingo los directores deportivos del Tour pudieron o¨ªrse quejas sobre ambos aspectos.
Un recorrido por los establecimientos que ocupan los corredores y los men¨²s all¨ª servidos confirma que, efectivamente, en ocasiones hay motivos para la queja. El hotel asignado al equipo ONCE en Valennciennes, por ejemplo, llam¨® particularmente la atenci¨®n por contar con mostrador de recepci¨®n, centralita telef¨®nica incluida, a un metro escaso y sin separaci¨®n alguna de una enorme parrilla utilizada por varios cocineros sudorosos. En la misma sala, impregnada por el humo de diversas frituras, pudo verse cenar, adem¨¢s de los corredores del ONCE, a los colombianos del Ryalcao Postob¨®n. En las mesas, una considerable raci¨®n de mayonesa aguard¨® durante un buen rato a los comensales. Javier M¨ªnguez, director deportivo del Seguros Amaya, coment¨® un d¨ªa en una informal reuni¨®n con periodistas espa?oles: "Anoche le pegu¨¦ un bocado al pescado y lo tuve que escupir".
Estar atentos
"No se trata de hacer cr¨ªtica f¨¢cil, pero s¨ª es cierto que dependemos de otras personas en cuestiones importantes como la comida. En la Vuelta a Espa?a, por ejemplo, nosotros escogemos los hoteles y las comidas, pero aqu¨ª es la organizaci¨®n la que dicta en ese sentido. Pocas alternativas hay, salvo pedir con antelaci¨®n un cambio de men¨²s. Nosotros, lo m¨¢s que podemos hacer es controlar lo que comemos y estar atentos. Lo normal es que no pase nada, pero siempre . existe riesgo", a?adi¨® Ech¨¢varri.
Manuel S¨¢iz, director deportivo del ONCE, coment¨®: "Comida no nos falta, aunque es cierto que el men¨² no se corresponde en ocasiones con lo que un ciclista necesita para reponer su organismo. Los hoteles tampoco son los deseables algunos d¨ªas, pero tambi¨¦n es indiscutible que es dificil ubicar a tanta gente con el m¨¢ximo de comodidades durante veintitantas noches". S¨¢iz confirm¨® la existencia de quejas en la reuni¨®n de directores deportivos. "S¨ª, las hubo. Alguno, por ejemplo, opin¨® que no era positivo para los corredores estar en hoteles donde tambi¨¦n residen turistas, miembros de la caravana o periodistas".
Juan Fern¨¢ndez, del Clas Cajastur, tambi¨¦n ofreci¨® un talante m¨¢s conciliador que el de Ech¨¢varri: "Mis hombres no se han quejado todav¨ªa. Tal vez hemos tenido mucha suerte con los hoteles y la comida. En mi opini¨®n, siempre hay un d¨ªa que la comida no te parece correcta y el hotel tampoco, pero si tenemos que ocupar 22 hoteles, no podemos pedir que todos sean de cinco estrellas".
Un solo antecedente
El revuelo causado por el abandono del equipo PDM en su integridad estuvo justificado. Es preciso remontarse a 1962 para encontrar una epidemia tan extendida. La v¨ªctima fue el equipo Wiels-Groene-Leeuw y la causa una infecci¨®n atribuida a la ingesti¨®n de pescado en mal estado. La citada formaci¨®n tuvo que abandonar la carrera cuando ¨¦sta atravesaba los Pirineos. En las d¨¦cadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, s¨®lo cuatro equipos se han visto condenados a alcanzar Par¨ªs sin un solo hombre encima de la bicicleta por culpa de lesiones o enfermedades: Ouest (1948), Watneys-Maes (1973), Magniflex-Famcucine (1979) y Kelme (1989). En 1989, Greg Lemond consigui¨® la victoria con el equipo ADR con s¨®lo tres compa?eros de equipo en activo a lo largo de la ¨²ltima semana: Planckaert, Museeuw y Lammerts.
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