Leblanc, un l¨ªder cojo y tenaz
EL PA?S, Luc Leblanc es cojo y quiere convertirse en figura.
Hace 11 a?os, en un accidente en el que muri¨® su hermano gemelo, el nuevo l¨ªder del Tour -nacido en Limoges hace 24 a?os- sufri¨® fracturas varias en la pierna izquierda. Los cirujanos que le operaron no pudieron evitar que su tibia y peron¨¦ izquierdos menguaran dos cent¨ªmetros. Entonces, abraz¨® el ciclismo como medio para superar la tara.
"Dentro de tres a?os ser¨¦ uno de los cinco mejores ciclistas del mundo", declaraba el a?o pasado. El primer paso en su ascensi¨®n a la cima lo acaba de dar. Con ello ha conseguido lo que nadie en su regi¨®n hab¨ªa logrado. De su regi¨®n es el ciclista m¨¢s amado por los franceses: Raymond Poulidor, el hombre que -nunca visti¨® de amarillo en el Tour. El gran Poupou fue el ¨ªdolo de juventud de Leblanc, y a ¨¦l dedic¨® su primer recuerdo en Jaca: "Si logro una segunda camiseta amarilla, se la regalar¨¦". Gracias a los consejos del eterno segundo Leblanc est¨¢ tan fuerte. "Poulidor me recomend¨® que cortara le?a para fortalecerme, y as¨ª hice. Todo el mundo en el pueblo me trae su le?a para que se la corte", declar¨® ayer a Reuter.
Hasta este momento glorioso sus cuatro a?os de carrera han sido una historia de a?os prometedores y de a?os vac¨ªos, en la que estuvo a punto de recalar en Espa?a. "El verano de 1988, cuando estaba descontento en Toshiba, me llamaron de varios equipos, uno era el ONCE y otro el de Guimard, pero yo ya estaba comprometido con el Histor", comentaba recientemente.
En el equipo belga vivi¨® Leblanc un a?o de fracasos que no terminar¨ªan hasta que Cyrille Guimard le rescat¨® en 1990. "En el Histor me ficharon como jefe de filas, quer¨ªan que ganara todo, y, as¨ª, me lesion¨¦. Debido a mi cojera y a que no estaba bien regulado el eje del pedalier, mi rodilla se resinti¨®, y yo no pod¨ªa m¨¢s", ha se?alado Leblanc, hijo de unos vendedores de coches importados de B¨¦lgica.
En brazos de Guimard
Huido de B¨¦lgica como de la peste y amamantado en su pa¨ªs natal por el mago Guimard, el nuevo h¨¦roe franc¨¦s ha comenzado a rendir.
Guimard necesita un recambio para Fignon y ha apostado en firme por los j¨®venes. Perdido otro gran promesa, Philipot, actualmente en el Banesto, el director de Castorama ha echado el resto sobre Leblanc. Su confianza y sus consejos han hecho que haya perdido sus complejos.
"Mi grandes lagunas son la alta monta?a y las pruebas contrarreloj, y trabajo duramente para llenarlas", declaraba Leblanc el a?o pasado. La labor ha dado sus frutos: En la contrarreloj de 73 kil¨®metros s¨®lo perdi¨® poco m¨¢s de dos minutos y medio respectoa Indur¨¢in. Y como escalador, aparte de su haza?a de ayer, hay un antecedente que deber¨ªa preocupar a Lemond y a los espa?oles: en la Cl¨¢sica de los Alpes fue tercero a tres minutos del ganador, que no fue otro que Charly Mottet.
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