El Museo de Bremen exige que la URSS le devuelva 362 obras desaparecidas en 1945
Exposici¨®n en Berl¨ªn de cuadros guardados en la RDA desde la II Guerra Mundial
El Museo de Bremen enviar¨¢ pr¨®ximamente una delegaci¨®n a Mosc¨², para exigir la devoluci¨®n de 362 cuadros desaparecidos durante la II Guerra Mundial y que durante medio siglo se han cubierto de polvo en hangares cercanos a la capital sovi¨¦tica. Otro caso curioso que define bien los avatares de estas piezas es el de los 28 cuadros ahora expuestos en la Nationalgallerie de Berl¨ªn, que un soldado entreg¨® al p¨¢rroco de Magdeburgo en 1972 y que nadie reclama.
El Museo de Bremen se dispone a negociar directamente en Mosc¨² la devoluci¨®n de una parte importante de sus fondos, que los vientos de la II Guerra Mundial llevaron a la URSS, de donde no han regresado. Siegfried Salzmann, director de la Kunsthalle de Bremen, no desespera, pero han pasado ya casi dos a?os desde que en 1989 el historiador sovi¨¦tico Viktor Baldin, en un viaje privado a esa ciudad hanse¨¢tica, confes¨® a Salzmann que en el Museo de Arquitectura Rusa de Mosc¨² se encuentran los 362 dibujos y acuarelas pertenecientes al museo de Bramen que desaparecieron en 1945, durante los ¨²ltimos d¨ªas de la guerra, del castillo de Karnzow, en Brandeburgo, donde hab¨ªan sido guardados para preservarlos de los bombardeos. Durante casi medio siglo, las obras permanecieron cubiertas de polvo en diversos hangares de las cercan¨ªas de Mosc¨².Entre las piezas de esta colecci¨®n se encuentran 28 dibujos de Durero, adem¨¢s de obras de Goya, Rubens, Rafaei, Rembrandt, Delacroix, Van Gogh, Manet y Monet, entre otros.
Viktor Baldin los descubri¨® en uno de los almacenes del Museo de Arquitectura Rusa cuando fue nombrado director. Tras localizar su procedencia insisti¨® ante las autoridades para que fueran devueltos y ante la negativa se decidi¨® a hacerlo p¨²blico. Pero tampoco as¨ª parecen haber avanzado mucho las negociaciones. Seg¨²n Salzmann, la URSS todav¨ªa no ha dicho oficialmente ni una palabra, ni ha respondido a las cartas, solicitudes o notas diplom¨¢ticas. El propio Salzmann tiene previsto viajar a Mosc¨² tras las negociaciones de la delegaci¨®n.
El Gobierno alem¨¢n parece haberse puesto tambi¨¦n en marcha al crear una comisi¨®n especial para rescatar las obras de arte que salieron despu¨¦s de la guerra. Pero este parece ser precisamente el problema. Puede haber mucho m¨¢s que las 362 piezas de Bremen, lo que sit¨²a la negociaci¨®n entre Bonn y Mosc¨² a otro nivel. Se dice incluso que los sovi¨¦ticos se llevaron el oro de Pr¨ªamo de Troya y la colecci¨®n privada de Adolf Hitler.
Burocracia
En los ¨²ltimos d¨ªas de la II Guerra Mundial, un soldado alem¨¢n destinado en Par¨ªs y que volv¨ªa de permiso a su pueblo, cerca de Magdeburgo, recibi¨® una curiosa orden de su oficial. Deb¨ªa llevarse consigo una serie de obras de arte que su superior pasar¨ªa a buscar cuando se acabara la contienda. El soldado de la Wehrmacht cumpli¨® la orden, pero el oficial nunca apareci¨® para reclamar las 28 piezas, firmadas, entre otros, por Monet, Renoir, C¨¦zanne, Delacroix, Seurat, Gauguin y Pissarro, am¨¦n de piezas de los siglos XVI y XVII.
Pasaron m¨¢s de 25 a?os en los que los cuadros durmieron dentro de un viejo ba¨²l y una caja de cart¨®n en casa del viejo soldado, hasta que en 1971, sinti¨¦ndose cerca de la muerte y sin que su oficial hubiera dado se?ales de vida, se present¨® un d¨ªa en una iglesia de Magdeburgo, pidi¨® confesi¨®n al p¨¢rroco Heinrich Solbach, le cont¨® la historia y lo hizo depositario de las obras de arte. Un a?o despu¨¦s, el prelado inform¨® del hecho al Instituto de Conservaci¨®n de Monumentos de la vecina Halle, que a su vez lo comunic¨® al Ministerio de Cultura de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, que inmediatamente reclam¨® los cuadros. El 21 de abril de 1972 fueron depositados en los Museos Estatales de Berl¨ªn.
Las autoridades de Berl¨ªn se comprometieron a entregarlos a sus leg¨ªtimos propietarios cuando esto fuera posible, dado que en aquel momento Francia todav¨ªa no manten¨ªa relaciones diplom¨¢ticas con la RDA. La colecci¨®n fue guardada en un peque?o armario de madera de la Nationalgalerie en la Isla de los Museos, en el Spree. "Un lugar modesto", seg¨²n los conservadores del museo, "pero muy adecuado para la buena conservaci¨®n durante 17 a?os".
El prelado Solbach muri¨® en 1974. Gerhard Meyer, director en aquella ¨¦poca de los Museos Estatales de Berl¨ªn Este, exigi¨®, tan pronto los cuadros estuvieron bajo su custodia, que el Ministerio de Cultura tomara las medidas oportunas para identificar a sus propietarios. La respuesta que recibi¨® Meyer fue contundente: se prohibi¨® inmediatamente cualquier investigaci¨®n y el asunto fue declarado secreto. El museo fue obligado a devolver al ministerio toda la documentaci¨®n, incluidas las etiquetas que figuraban el dorso de algunas de las piezas.
Tres d¨ªas antes de las elecciones que acabaron en 1989 con el r¨¦gimen comunista, una carta oficial comunicaba que los cuadros, cuyo propietario segu¨ªa sin determinarse, deb¨ªan integrarse en el museo.
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