Arden las rejas
Tres motines en una semana, balance de las p¨¦simas condiciones de las c¨¢rceles espa?olas
Tres en siete d¨ªas. Como una ola, los motines han elevado a¨²n m¨¢s la temperatura de las c¨¢rceles espa?olas. Puede que no haya epidemia, pero s¨ª fiebre. Los virus end¨¦micos del sistema penitenciario gozan de buena salud: hacinamiento, droga, mafias, dif¨ªcil rehabilitaci¨®n... La Administraci¨®n trata de suavizar un cuadro que los dem¨¢s sectores consideran muy grave. "En la c¨¢rcel, el preso que quiere rehabilitarse puede", afirma el secretario general de Asuntos Penitenciarios, Antoni Asunci¨®n, para quien la droga tampoco es un problema relevante en las celdas que ocupan 36.736 hombres y mujeres.
Mi¨¦rcoles 10 de julio. Herrera de la Mancha (Ciudad Real) vive su segundo mot¨ªn en cuatro meses. Un interno es asesinado por sus compa?eros. Los presos de primer grado -22 horas de celda y dos de patio- reivindican mejoras en la vida penitenciaria.Lunes 15. C¨¢ceres 2. La pelea entre dos bandas rivales degenera en rebeli¨®n secundada por la mayor¨ªa de los 450 presos. Siete heridos.
Martes 16. Nanclares de Oca (?lava). Cuatro presos se amotinan y toman a otro como reh¨¦n. Piden mejoras internas.
"La situaci¨®n est¨¢ controlada. No hay conexi¨®n entre los tres conflictos, aunque s¨ª puede haber un efecto mim¨¦tico", apunta el secretario general de Asuntos Penitenciarios, Antoni Asunci¨®n. A su juicio, "no hay ninguna causa determinante para los motines". "Es dif¨ªcil saber cu¨¢l es la espoleta", a?ade.
"S¨®lo depende del ¨¢nimo de los internos. Pueden provocar incidentes cuando quieran, porque no hay disciplina", responde el secretario general del sindicato CSIF-Prisiones, Herminio Juan. "Al hacinamiento que padecen los presos se suma el descenso de funcionarios, debido a las vacaciones de verano", a?ade la responsable federal de UGT-Prisiones, Ana Isabel P¨¦rez Mart¨ªn.
Como ellos, el secretario del ramo en CC OO, Carlos Rodr¨ªguez, reconoce el des¨¢nimo general de los funcionarios y las deficientes condiciones de vida de los 36.736 presos -ocho de cada 100, mujeres, y unos 500 etarras-. Tambi¨¦n ¨¦l apunta otro elemento para el estallido: el calor. "Las temperaturas son agobiantes y el clima en las c¨¢rceles se vuelve m¨¢s tenso", afirma.
Hacinamiento y calor
"El hacinamiento y el calor aumentan las tensiones. ?stas se suman al malestar natural que siente quien est¨¢ privado de libertad", tercia el psiquiatra Enrique Gonz¨¢lez-Duro.
El argumento veraniego, que tambi¨¦n comparte el secretario general de Asuntos Penitenciarios, no convence a la juez de vigilancia de la c¨¢rcel de Carabanchel, Manuela Carmena. "Hay motines en invierno y en verano. La causa fundamental de las revueltas es el endurecimiento del r¨¦gimen disciplinario. Se ha cre¨ªdo que es posible aumentar la seguridad incrementando las sanciones", afirma.
El excesivo rigor, junto a la masif¨ªcaci¨®n, fue tambi¨¦n denunciado por el Defensor del Pueblo en su ¨²ltimo informe. La Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos acaba de hacer p¨²blica su opini¨®n: Las condiciones de vida de las prisiones son muy deficientes en general".
Las circunstancias son especialmente duras para los 1.578 presos clasificados en el primer grado, castigados con 22 horas de celda. "El aislamiento es una tortura psicol¨®gica. Provoca una tensi¨®n latente y un resentimiento que les hace tener como dinamita dentro", apunta el psiquiatra Gonz¨¢lez-Duro.
Los reclusos de primer grado son los protagonistas habituales de los motines. La pescadilla se muerde la cola. Su clasificaci¨®n obedece a la peligrosidad, y el r¨¦gimen de vida induce a la rebeli¨®n. En medios sindicales se asegura que faltan medios para hacer una clasificaci¨®n correcta. Seg¨²n el secretario general penitenciario, "de los mismos presos depende pasar a segundo grado y mejorar sus condiciones de vida".
"La situaci¨®n es dif¨ªcil, pero nadie debe pensar que las c¨¢rceles van a estallar", afirma Asunci¨®n. Para la juez Carmena, el aut¨¦ntico problema de las prisiones es la droga: "La mayor¨ªa de los presos son toxic¨®manos y no tienen tratamiento. Adem¨¢s se encuentran con una disciplina irracional".
"El consumo de drogas en las c¨¢rceles es insignificante. No es motivo de preocupaci¨®n frente a otros problemas", replica Antoni Asunci¨®n. El m¨¢ximo responsable de las c¨¢rceles es el ¨²nico que defiende este punto. Recientemente orden¨® retirar el n¨²mero 2 del Bolet¨ªn de Informaci¨®n Penitenciaria, editado por su propia secretar¨ªa. Adem¨¢s de un estudio en el que se conclu¨ªa que la tasa de suicidios en prisi¨®n ha llegado a ser en ocasiones 10 veces mayor que la extrapenitenciaria, la revista afirmaba: "El que un porcentaje elevado de la poblaci¨®n penitenciaria tenga h¨¢bito de consumo de t¨®xicos ilegales da a la prisi¨®n el car¨¢cter de receptor de problemas". El Ministerio de Justicia reconoce que el 46,9% de los encarcelados en 1990 eran drogadictos.
Dif¨ªcil rehabilitaci¨®n
"Al problema de la toxicoman¨ªa se suma el del sida. Calculamos que la mitad de los reclusos son portadores del virus. Tambi¨¦n hay muchos con problemas psiq¨²i¨¢tricos", afirma el abogado Jaime El¨ªas, portavoz de Salhasketa, asociaci¨®n vasca de ayuda a los presos.
"Con las condiciones actuales no es posible la rehabilitaci¨®n", a?ade. Los datos oficiales se?alan que los presos protadores del virus del sida descendieron del 28,4% en 1989 al 24,2% en 1990. En relaci¨®n con la droga suelen estar las mafias. Asunci¨®n tampoco destaca este problema. La UGT ha llegado a denunciar en C¨¢diz la existencia de bandas de delincuentes armados que imponen su ley en la c¨¢rcel Puerto 1. Seg¨²n el sindicato, estos grupos de El Puerto de Santa Mar¨ªa disponen de navajas y pinchos de fabricaci¨®n casera.
El cat¨¢logo de deficiencias es amplio, pero se reconocen mejoras de forma bastante un¨¢nime: las condiciones sanitarias y la alimentaci¨®n son mejores. La soluci¨®n a la masificaci¨®n s¨®lo puede venir construyendo prisiones. Est¨¢n previstas 20.500 nuevas plazas en los pr¨®ximos cinco a?os. El presupuesto es de 130.000 millones. No obstante, el n¨²mero de reclusos seguir¨¢ en aumento hasta el a?o 2000.
"La situaci¨®n ha mejorado gracias al aumento de presupuestos. Por otro lado, la Ley General Penitenciaria ha humanizado las c¨¢rceles. La redenci¨®n funciona", apunta Carlos Garc¨ªa-Vald¨¦s, catedr¨¢tico de Derecho Penal. ?l, padre de ese cambio legislativo, lleg¨® a la Direcci¨®n General de Asuntos Penitenciarios con 40 c¨¢rceles quemadas en los motines de la desaparecida Coordinadora de Presos en Lucha (Copel).
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