La traca final de Juan Luis Guerra

Juan Luis Guerra y 4.40

Juan Luis Guerra (cantante y director), Adalgisa Pantale¨®n, Marco Hern¨¢ndez y Roger Zayas (cantantes), Armando Beltre y H¨¦ctor Jim¨¦nez , (trompetas), Roberto Olea (tromb¨®n), Daniel Pe?a y Juan Col¨®n (saxos), Osvaldo Cesa (bajo), Isidro Bobadilla (percusi¨®n), Juan de la Cruz (tambora y timbal), Rafael Germ¨¢n (g¨¹iro y bong¨®), Elvis Cabrera (piano), Hildward Croes (teclados), Isadora Bruno

Mej¨ªas y Jackson Delgado (bailarines). 22.000 personas. Precio: 2.500 pesetas. Plaza de toros de Las Ventas. Madrid, 22 de julio.

Era sin lugar a dudas el concierto del verano en Madrid. M¨¢s que concierto, el evento social de la temporada estival. Y es que la m¨²sica de Juan Luis Guerra ha conseguido m¨¢s adhesiones para la causa iberoamericana que cualquier declaraci¨®n institucional. Adem¨¢s, con lo que est¨¢ ganando en esta gira espa?ola, Guerra podr¨ªa retirarse.Abarrotar la plaza de toros de Las Ventas no est¨¢ al alcance de cualquiera, as¨ª que convocar dos actuaciones del mismo artista pod¨ªa parecer una idea descabellada. No lo fue. Las entradas se agotaron las dos noches y el lleno, impresionante. Lo que ya no parece tan claro es la densidad de espectadores por metro cuadrado que se alcanza en algunas de estas reuniones festivas. Por no hablar de los que acaban teniendo que acomodarse en lugares desde los que resulta imposible ver el escenario.

Los Manolos, cuyos componentes se definen como alejados de cualquier purismo, se presentaron como teloneros. Una oportunidad ¨²nica para el simp¨¢tico grupo de actuar delante de un p¨²blico tan masivo y heterog¨¦neo como el que hab¨ªa acudido al reclamo de Juan Luis Guerra y los suyos. Con sus pantalones de pata ancha y sus camisas de cuello de avi¨®n en una variada gama de tonalidades, estos diez barceloneses del barrio de Hostafrancs entretuvieron a la gente con sus impagables versiones del Strangers in the night y All my loving.

Sals¨®dromo

Si decimos que Juan Luis Guerra y el grupo 4.40, que han sabido dar al merengue un aire renovado sin renunciar por ello a su contagiosa eficacia r¨ªtmica, arrancaron con Rosal¨ªa, Woman del Callao, Me enamoro de ella y Visa para un sue?o sobran explicaciones. A esas alturas del concierto, la plaza era lo m¨¢s parecido a un sals¨®dromo caribe?o con la multitud bailando absolutamente entregada.

Se escucharon casi todas las canciones de sus tres ¨²ltimos discos, muchas de ellas coreadas por el p¨²blico, que demostr¨® saberse de memoria casi todas las letras del repertorio y jaleaba el nombre del dominicano como si de un famoso deportista se tratara. Dos horas apabullantes de merengues desbocados, merengues de tempo medio y rom¨¢nticas bachatas con influencia de la nueva trova cubana. Una traca que todav¨ªa resuena.