Gracia y desgracia

Lo primero, porque TVE-1 nos brind¨® la oportunidad de ver en directo un maravilloso fen¨®meno natural e irrepetible, por sus caracter¨ªsticas, en m¨¢s de 400 a?os, como fue el eclipse total de Sol. Lo segundo, porque tuvimos que sufrir la supina ignorancia del presentador del programa que se empe?¨® en convertir los metros de altitud del volc¨¢n hawaiano, donde se ubica el observatorio astron¨®mico e instalaban las c¨¢maras de televisi¨®n, en nada menos que en kil¨®metros -una sola vez puede ser un lapsus-, y para el que lo ¨²nico importante, por su reiteraci¨®n, era que est¨¢bamos 3.000 millones de personas -exageraci¨®n evidente- contemplando el evento.Y yo me pregunto: ?c¨®mo, en la hora de mayor audiencia juvenil -las 19.30-, no se aprovech¨® la ocasi¨®n para que un equipo de eruditos cient¨ªficos lo explicaran pedag¨®gica y l¨²dicamente in situ, y que, adem¨¢s, para mayor inri, no se mantuviera la imagen durante los breves siete minutos y medio que iba a durar el acontecimiento? -de horas, con pr¨®rrogas y requetepr¨®rrogas se dispondr¨ªa trat¨¢ndose de otros espect¨¢culos culturales-deportivos mucho m¨¢s edificantes-. Una vez m¨¢s, don Santiago Ram¨®n y Cajal ten¨ªa raz¨®n.-