La c¨¢mara del sue?o y otros artilugios
La prueba francesa, inmejorable escaparate de las ¨²ltimas innovaciones t¨¦cnicas
Los cronistas jam¨¢s podr¨¢n determinar si pudo m¨¢s el ponche de huevo y co?¨¢ que Vicente Trueba, la Pulga de Torrelavega, utiliz¨® para ganar el Premio de la Monta?a del Tour de 1933 o la revolucionaria bicicleta Manta, con la que el franc¨¦s Thierry Marie gan¨® la etapa pr¨®logo de Ly¨®n. La ¨²ltima d¨¦cada del deporte del ciclismo ha vivido una intensa revoluci¨®n t¨¦cnica. El micr¨®fono que el estadounidense Greg LeMond utiliza para comunicarse con su director deportivo no es nada comparado con la c¨¢mara M sue?o que usan los hombres del ONCE para relajarse tras el esfuerzo. Pero, pese a todo, la esencia de este deporte sigue en su sitio: en las depiladas piernas de los corredores.
El so?ador, artilugio empleado por ciclistas como Herminio D¨ªaz-Zabala, ganador de la Tirreno-Adri¨¢tico, o Melchor Mauri, vencedor en la Vuelta a Espa?a, consiste en unas simples gafas complementadas con unos auriculares y un sintonizador de ondas cerebrales. El aparato desprende unas determinadas composiciones de luces y sonidos que ayudan al corredor a relajarse, facilitando as¨ª su recuperaci¨®n tras el esfuerzo.Cuatro son las funciones del ingenio: combatir el estr¨¦s o el insomnio y favorecer la concentraci¨®n o la meditaci¨®n. El so?ador, que cuesta unas 90.000 pesetas, es inocuo, pues su luz no atraviesa el p¨¢rpado en el caso de que el ciclista se quede dormido durante el uso.
Manuel Saiz, director deportivo del ONCE, reconoci¨® los aspectos positivos del aparato, pero advirti¨®: "Efectivamente, algunos de mis hombres usan esas gafas de vez en cuando, pero que nadie piense que ganamos carreras gracias a ellas". Greg LeMond y el franc¨¦s Ronan Pensec tambi¨¦n han utilizado en alguna ocasi¨®n el aparato, aunque con diferente resultado, como muestra la ubicaci¨®n de ambos en la general. "Un buen corredor seguir¨¢ si¨¦ndolo sin ellas, y otro que no lo sea tanto, pues no mejorar¨¢ as¨ª porque s¨ª. Tal vez duerma mejor, pero nada m¨¢s", a?adi¨® Saiz.
El ONCE se ha mostrado como uno de los equipos m¨¢s abiertos a la innovaci¨®n t¨¦cnica. En la Tirreno-Adri¨¢tico emple¨® los ya famosos cascos transmisores, que permiten comunicar al ciclista con su director deportivo. El Banesto, el Z y el Tonton Tapis tambi¨¦n han probado este sistema comunicativo, muy ¨²til en las etapas contrarreloj, cuando el ciclista necesita continuas referencias del tiempo de sus rivales.
El sistema ha requerido cierto perfeccionamiento. El Banesto, por ejemplo, se mostr¨® remiso en un principio a colocar el receptor a los mejores hombres de su equipo por temor a que la frecuencia pudiera ser interceptada por otra formaci¨®n rival.
La bicicleta
Pese a la constante innovaci¨®n electr¨®nica, es la bicicleta la herramienta que m¨¢s variaciones ha sufrido en los ¨²ltimos a?os. 21 kilos pesaba la que Charles Terront emple¨® en 1891 para ganar la Par¨ªs-Brest-Par¨ªs. Ocho kilos tan s¨®lo pesa el modelo que, 100 a?os despu¨¦s, emplean Laurent Fignon y Thierry Marie para las etapas contra el cron¨®metro. Es la bicicleta Manta, llamada as¨ª por la similitud que su manillar guarda con el pez del mismo nombre.
El dise?o de la nueva herramienta permite, seg¨²n Cyrille Guimard, director del equipo Castorama, "evitar la fatiga en los brazos y en la espalda, circunstancia que sobrecarga la nuca e impide una buena penetraci¨®n". Asimismo, el nuevo modelo suprime las vibraciones en el codo y permite la instalaci¨®n de un aparato medidor del ritmo cardiaco del corredor, la velocidad en que se mueve y la distancia cubierta. La bicicleta posee, asimismo, un nuevo modelo de sill¨ªn que cubre mejor la zona lumbar. El prototipo, homologado y aceptado en su d¨ªa por los comisarlos del Tour, fue mantenido en secreto hasta el pr¨®logo de Ly¨®n. Su precio alcanza los 12 millones de pesetas.
En 1984 fue la bicicleta Delta, con el manillar en forma de avi¨®n. En 1984, el casco aerodin¨¢mico. En 1985, las ruedas lenticulares. En 1989, el manillar de triatleta. En 1991, la bicicleta Manta y las ruedas de cuatro radios.
?Puede llegar un d¨ªa en que sea la bicicleta la que haga avanzar al hombre? No parece probable. Paul KoechIl, director del equipo Helvetia, uno de los m¨¢s innovadores, tiene unas ideas muy claras sobre el tema: "Cualquier mejora es buena para la bicicleta y para el ciclista. Sin embargo, es preciso distinguir entre el efecto real de dicho cambio y la incidencia psicol¨®gica que puede tener sobre el corredor. Por tanto, ser¨ªa muy simplista decir que Marie gan¨® la contrarreloj por el manillar Manta y el apoyo lumbar. Lo importante es que en los momentos claves queda muy claro que es el hombre y no la m¨¢quina la que marca la diferencia".
Ocho segundos
En 1989, Greg LeMond se impuso en Par¨ªs a Laurent Fignon en la ¨²ltima etapa por s¨®lo ocho segundos de diferencia. LeMond emple¨® el famoso manillar de triatleta. Sin embargo, este hecho no debe, seg¨²n KoechIi, conducir a una conclusi¨®n err¨®nea: "S¨ª, seguramente aquel manillar val¨ªa m¨¢s de ocho segundos, sobre todo porque Fignon tiene costumbre de abrir mucho los codos cuando pedalea. Pero tambi¨¦n estoy seguro de que Fignon no estaba convencido de poder ganar a LeMond, quiz¨¢ porque sab¨ªa que ¨¦ste iba a emplear dicho manillar entonces revolucionario. Ocho segundos... Jam¨¢s nadie sabr¨¢ qu¨¦ influy¨® m¨¢s en tan breve espacio de tiempo, si la tecnologia o la psicolog¨ªa".
Mientras todos los corredores del pelot¨®n del Tour emplean ya las fijaciones de pedal autom¨¢ticas, Sean Kelly segu¨ªa utilizando, antes de tener que abandonar con el resto del equipo PDM, los cl¨¢sicos calzadores. Romanticismo o no, el caso es que el irland¨¦s no faltaba ning¨²n d¨ªa en los sprints finales. Cuesti¨®n de piernas y, no de dise?o ni electricidad. Esa es tambi¨¦n la opini¨®n de la Federaci¨®n Internacional, que ha anunciado ya que piensa limitar el campo de innovaci¨®n en el futuro para que los ciclistas sigan siendo m¨¢s protagonistas que sus bicicletas.
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