UGT y CC OO afirman que el salario social es una limosna

Los pobres cobran, pero no se integran. ?sta es la valoraci¨®n que CC OO y UGT ofrecen del salario social o ingreso madrile?o de integraci¨®n (IMI) a los 300 d¨ªas de su implantaci¨®n. No es que los marginados no aprendan un oficio o a leer y a escribir, que no lo hacen. Es que, seg¨²n los sindicatos, la Administraci¨®n ni siquiera procura que lo hagan sus hijos. Por ello, ambas centrales afirman que las 35.000 pesetas de media que cobran al mes 7.000 familias pobres no es m¨¢s que una limosna que la Comunidad da a los marginados.Para acceder al salario social hay b¨¢sicamente dos m¨¦todos: el individual y el colectivo. El individual consiste en que el marginado se compromete por contrato a aprender un oficio o a enviar a sus hijos al colegio.

Para pagar las 35.000 pesetas a las 7.000 familias que cobran el IMI por esta v¨ªa, el Gobierno dispone de fondos. "El problema", seg¨²n Javier L¨®pez, de CC OO, "est¨¢ en la tremenda descoordinanci¨®n entre los organismos regionales; todo lo quieren arreglar con cursos de alfabetizaci¨®n y no concertando cursos con la Agencia de Medio Ambiente o la Direcci¨®n de la Mujer para aprovechar el dinero del Fondo Social Europeo".

El mecanismo colectivo del IMI consiste en que las entidades ciudadanas presentan a la Comunidad proyectos de rehabilitaci¨®n de edificios o de creaci¨®n de empresas para que sean subvencionado. Sin embargo, de los 103 proyectos presentados, s¨®lo 23 conseguido subvenci¨®n este a?o, pero ninguno de ellos ha recibido ni un duro. ?La raz¨®n?: "Los tr¨¢mites burocr¨¢ticos y la falta de dinero", explica el responsable t¨¦cnico del IMI, Ildefonso Goizueta. La Comunidad s¨®lo dispone de 500 millones.

En v¨ªa muerta

El sindicato UGT, adem¨¢s, cree que los trabajadores sociales est¨¢n desarbolados. La ugetista Marisa Amieba afirma: "Tienen que inventarse actividades para los pobres, y adem¨¢s, sus contratos son temporales".El IMI tiene una tercera v¨ªa que est¨¢ muerta. Este mecanismo de atenci¨®n urgente (complementos por necesidades de integraci¨®n), a cargo de los ayuntamientos, consiste, por ejemplo, en pagar a una familia parte de lo que cuesta arreglar el techo de una casa en ruinas.

Este sistema choca con la enorme descoordinaci¨®n entre los trabajadores sociales de los organismos implicados en el IMI (ayuntamientos y Comunidad). El Ayuntamiento de Madrid reconoce en un informe sobre el IMI que, al no aparecer en las fichas del contrato informaci¨®n sobre las necesidades de los solicitantes, no es posible "valorar las finalidades ni las cuant¨ªas propuestas", por lo que todo se aplaza "para otra ocasi¨®n".