Comp¨¢s de espera

GORBACHOV HA logrado lo que muchos cre¨ªan imposible: que un pleno del Comit¨¦ Central del PCUS, con un alto porcentaje de conservadores en su seno, apruebe un nuevo programa encaminado a su reconversi¨®n en una opci¨®n pol¨ªtica de signo socialdem¨®crata. Ciertamente, la aprobaci¨®n a¨²n no es definitiva. Ello puede producirse a finales de a?o, en el transcurso de un nuevo congreso del partido. Si el clima de este pleno ha sido menos borrascoso que el celebrado el pasado mes de abril -en el que Gorbachov puso sobre la mesa su dimisi¨®n-, ello se debe, sobre todo, a la t¨¢ctica escogida en este caso por los conservadores. Lo han dicho claramente: aceptan ahora un programa con el que est¨¢n en total desacuerdo para preparar la pr¨®xima batalla -en el nuevo congreso-, en la que aspiran a derrotar a Gorbachov y arrebatarle la secretar¨ªa general.El PCUS entra, pues, en una fase en la que se va a agudizar la lucha interna entre sus diversos grupos. Unos de tendencia conservadora, otros reformistas. La t¨¢ctica centrista que Gorbachov ha utilizado para evitar la dispersi¨®n del partido le va a ser cada vez m¨¢s dif¨ªcil. Adem¨¢s, la disgregaci¨®n est¨¢ ya en marcha. M¨¢s de cuatro millones de afiliados han abandonado el PCUS en los ¨²ltimos 18 meses. En Rusia, el grupo de los comunistas democr¨¢ticos, cuyo papel ha sido importante en la elecci¨®n de Yeltsin, va a crear en los pr¨®ximos d¨ªas su propio partido, llev¨¢ndose a muchos de los miembros del PCUS en esa rep¨²blica. Por otra parte, figuras como Shevardnadze han optado por salir del PCUS y crear el Movimiento de la Reforma Democr¨¢tica con la idea de unir a los partidarios de un cambio verdadero, dentro y fuera del PCUS. Estamos, obviamente, en una etapa pol¨ªtica compleja en la que se perfilan dos tendencias: la creaci¨®n de fuerzas democr¨¢ticas serias al margen del PCUS y la decantaci¨®n, en el seno de ¨¦ste, entre los sectores reformistas y los aferrados al pasado.

Esta situaci¨®n, en un momento de dram¨¢ticas dificultades econ¨®micas con las que especulan los conservadores, encierra peligros de divisi¨®n entre las fuerzas democr¨¢ticas que desean promover un sistema de participaci¨®n plural. Para que tal pluralismo sea factible, es, sin duda, importante derrotar a los conservadores en el seno del PCUS, que siguen siendo parte importante del aparato de poder pese a sus derrotas electorales. Tal es el objetivo de Gorbachov con el nuevo programa. Por otra parte, como ha apuntado Yuri Afanasiev en un reciente art¨ªculo, ser¨ªa negativo que una preocupaci¨®n exclusiva por la lucha dentro del PCUS llevase a olvidar el papel de las nuevas fuerzas independientes, que han sido el factor decisivo en las victorias electorales de Yeltsin, Sobchak, Popov y otros candidatos democr¨¢ticos.

Temeroso de que el aparato comunista pudiese enfrentarse a su pol¨ªtica, Gorbachov siempre ha querido conservar los dos cargos (secretario del PCUS y presidente de la URSS). Hoy los hechos apuntan hacia un proceso irreversible de debilitamiento del partido comunista. La suerte de la reforma exige, sobre todo, un crecimiento de las opciones democr¨¢ticas al margen del partido. Esta realidad deber¨¢ ser tenida en cuenta por Gorbachov, m¨¢xime ante un futuro de integraci¨®n en la econom¨ªa mundial, como pidi¨® en la reuni¨®n de los siete en Londres.