Major impone severas restricciones a las huelgas y a la afiliaci¨®n sindical
El Gobierno conservador brit¨¢nico ha decidido dar otra vuelta de tuerca a la ya severa legislaci¨®n sindical. Ampar¨¢ndose en la proyectada Carta de los Ciudadanos, presentada el lunes pasado por el primer ministro, John Major, como ley b¨¢sica de defensa de las libertades individuales, el Gobierno ha publicado un Libro Verde sobre empleo que impone m¨¢s restricciones indirectas a las huelgas y desfavorece la afiliaci¨®n a los sindicatos. En los ¨²ltimos 10 a?os la afiliaci¨®n ha bajado de 12 a ocho millones de trabajadores.
Las propuestas legislativas m¨¢s importantes del Libro Verde se refieren a los tr¨¢mites necesarios para convocar una huelga y a los mecanismos de afiliaci¨®n a los sindicatos. Respecto a la primera cuesti¨®n, se propone que las votaciones sobre convocatorias de huelga se hagan por correo en todas las empresas con m¨¢s de 50 trabajadores, para asegurar que "el voto sea libre y no haya intimidaciones", y que en caso de ser aprobada, la huelga se convoque p¨²blicamente con una semana, como m¨ªnimo, de anticipaci¨®n. Las cartas con los votos quedar¨¢n a disposici¨®n de los directivos de la empresa afectada, para efectuar las comprobaciones que deseen.Adem¨¢s, tal como se?alaba la Carta de los Ciudadanos, cualquier persona afectada por una huelga o medida de protesta ilegal en los servicios p¨²blicos podr¨¢ querellarse contra los responsables de la misma incluso si la huelga ha sido efectuada por empleados del sector privado y s¨®lo indirectamente ha efectado a un servicio p¨²blico. Con ello, dice el documento, se pondr¨¢ fin a la "continua vulnerabilidad de la comunidad a las convocatorias de huelga irresponsables".
En cuanto a la afiliaci¨®n, se imponen dos trabas. La primera, que cada afiliado tendr¨¢ que anunciar expresamente cada a?o su voluntad de permanecer en el sindicato, de manera que no se podr¨¢ renovar su carn¨¦ autom¨¢ticamente. La segunda que cada trabajador podr¨¢ afiliarse al sindicato que prefiera lo cual acaba con uno de los grandes recursos del Trade Unions Congress (federaci¨®n de sindicatos): regular los flujos de afiliados para mantener el equilibrio entre los distintos sectores econ¨®micos. Asimismo, se imponen unas estrictas normas de auditor¨ªa y control financiero sobre los sindicatos.
Reacci¨®n laborista
El secretario de Empleo, Michael Howard, afirm¨® que la nueva legislaci¨®n favorecer¨¢ al Reino Unido "porque lo har¨¢ m¨¢s atractivo para los inversores extranjeros". El portavoz laborista para Asuntos de Empleo, Tony Blair, dijo, en cambio, que el Gobierno brit¨¢nico "pretende volver a librar las batallas de los a?os 70, ya que ha fallado en las cuestiones de los 90: formaci¨®n profesional, cualificaci¨®n y desempleo".Los contenidos del Libro Verde no podr¨¢n ser traducidos en leyes antes de las pr¨®ximas elecciones, que se celebrar¨¢n como muy tarde en junio pr¨®ximo. Pero ya han empezado a ser esgrimidos como propuesta electoral de los conservadores en materia de empleo. El Gobierno cree que el electorado sigue viendo positivamente toda limitaci¨®n al poder de los sindicatos. En cambio, una encuesta encargada por el Trade Union Congress demostraba que la ciudadan¨ªa consideraba ya bastante acotado el terreno de actuaci¨®n sindical, y que las prioridades eran otras.
La Administraci¨®n conservadora, que lleg¨® al poder en 1979 de la mano de Margaret Thatcher, se propuso desde el principio acabar con la prepotencia sindical que hab¨ªa arruinado a los anteriores gobiernos laboristas. Para ello utiliz¨® cinco grandes leyes. La primera, la Ley de Empleo de 1980, prohibi¨® los piquetes de todo tipo. La Ley de Empleo de 1982 permiti¨® remitir a los tribunales ordinarios cualquier conflicto sindical. La Ley Sindical de 1984 impuso las votaciones secretas en las empresas. La Ley de Empleo de 1988 concedi¨® una larga serie de derechos a los miembros de los sindicatos, especialmente cuando los afiliados entraban en conflicto con los dirigentes sindicales. Por ¨²ltimo, la Ley de Empleo de 1990 prohibi¨® toda medida activa de apoyo a las convocatorias de huelga, dio los mismos derechos a los no afiliados que a los afiliados y concedi¨® el voto para aprobar o rechazar huelgas a los trabajadores temporales.
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