Gorbachov abre a Yeltsin las puertas de su cumbre con Bush

La primera cumbre entre las dos superpotencias; tras el final de la guerra fr¨ªa, reuni¨®n que se inicia hoy en Mosc¨², no ser¨¢ un mano a mano. Mija¨ªl Gorbachov pretende que Bor¨ªs Yeltsin, su gran rival pol¨ªtico y aliado transitorio, participe en las conversaciones que mantendr¨¢ con el presidente norteamericano, George Bush. Pero Yeltsin se hace de rogar. "A¨²n no he dado mi consentimiento", se?al¨®.

Bush mantendr¨¢ reuniones por separado en distintas dependencias del Kremlin con Yeltsin y Gorbachov, pero la intenci¨®n de este ¨²ltimo es que el presidente ruso, as¨ª como los de Kazajst¨¢n y Ucrania, est¨¦n presentes en alguna de sus conversaciones con su invitado. De ser as¨ª, la cumbre perder¨ªa SU habitual formato de uno m¨¢s uno para pasar al de uno m¨¢s cuatro.Cuando el poder central sovi¨¦tico se est¨¢ desmoronando, y mientras las rep¨²blicas adquieren cada vez una mayor autonom¨ªa, no deja de resultar significativo que Bush se re¨²na a un tiempo con el todav¨ªa l¨ªder de la URSS y los; de las tres rep¨²blicas m¨¢s pobladas de la Uni¨®n.

Como signo de los tiempos cambiantes en el que hasta hace poco tiempo era monol¨ªtico gigante comunista, Yeltsin y su hom¨®logo de: Lituania, Vitautas Landsbergis, firmaron ayer un tratado mediante el cual se reconocen mutuamente Estados soberanos. El rebelde Estado b¨¢ltico se apunta as¨ª un importante tanto: el reconocimiento de su independencia por Rusia.

En teor¨ªa al menos, el momento culminante de la cumbre ser¨¢ la Firma del tratado de reducci¨®n de armamento nuclear estrat¨¦gico (START). Pero esta ceremonia constituir¨¢ un puro tr¨¢mite, despu¨¦s de que Bush y Gorbachov eliminaran los ¨²ltimos obst¨¢culos en la reciente reuni¨®n del Grupo de los Siete en Londres y de que los negociadores sovi¨¦tico y norteamericano pusieran sus, iniciales, ayer en Ginebra, y por cuadruplicado, a cada una de las 1.000 p¨¢ginas del tratado, que empez¨® a discutirse hace m¨¢s de nueve a?os. La propia situaci¨®n interna en la URSS y la necesidad de ayuda econ¨®mica urgente tendr¨¢n, por ello, un inter¨¦s m¨¢s real.

P¨¢gina 3 / Editorial en la p¨¢gina 14