"Walesa deber¨ªa estar por emcima de las divisiones"
PIOTR ADAMSKI, Mazowiecki mantuvo una entrevista con El PA?S poco antes de iniciar su viaje a Espa?a para participar en el seminario Los problemas sociales cien a?os despu¨¦s de la R¨¦rum novarum en el marco de los cursos de verano de El Escorial. El ex primer ministro expresa en la conversaci¨®n su temor de que se produzca una baja participaci¨®n en las futuras elecciones y el caos en el pa¨ªs.
Afirma que el partido entra en la campa?a para las primeras elecciones plenamente libres en Polonia enfrentado con la presidencialista Coordinadora del Centro con el prop¨®sito de garantizar al pa¨ªs una transici¨®n pol¨ªtica sosegada, "sin chivos expiatorios", y un r¨¦gimen en el que el poder del m¨¢ximo mandatario quede moderado por las otras instituciones democr¨¢ticas.
Pregunta. Hace 10 meses, en v¨ªsperas de su viaje a Espa?a todav¨ªa como jefe del Gobierno, compar¨® la situaci¨®n de Polonia con la traves¨ªa de un r¨ªo turbulento. ?Est¨¢ ahora Polonia m¨¢s cerca de la otra orilla?
Respuesta. De tener que. Continuar esta met¨¢fora, dir¨ªa que en este r¨ªo hay m¨¢s torbellinos de los que nos imagin¨¢bamos y ahora nos encontramos justamente en uno de ellos. Creo que en cuanto a la situaci¨®n econ¨®mica, en cierto sentido, s¨ª estamos m¨¢s cerca, pese a los enormes problemas en la agricultura y la necesidad de salvar aquella parte de la industria, estatal que tiene posibilidades de desarrollo.
Otro torbellino es el estado de ¨¢nimo de la sociedad. En su enorme mayor¨ªa, esta sociedad estaba en contra del r¨¦gimen totalitario, pero resulta no estar del todo preparada para asumir las situaciones democr¨¢ticas. Es algo que debe aprender. Tampoco est¨¢ lista para la econom¨ªa de libre mercado. Como las perspectivas de mejoras son muy borrosas, hacen su aparici¨®n el miedo y la agresividad.
Finalmente, hay tambi¨¦n m¨¢s torbellinos en la pol¨ªtica. Me refiero a las innecesarias disputas entre el Parlamento y el presidente, mientras lo que se precisa es un serio debate sobre la futura Constituci¨®n. La esencia del conflicto entre Lech Walesa y la C¨¢mara era si se consegu¨ªa poner al Parlamento de rodillas o no.
P. Usted y su partido han hecho constantes llamamientos para evitar la crispaci¨®n en la campa?a electoral. ?No ser¨¢ un s¨ªntoma de debilidad?
R. Seg¨²n todos los sondeos, la agresividad y la brutalidad causan la aversi¨®n de la gente hacia la pol¨ªtica y los pol¨ªticos. Una consecuencia negativa de ello podr¨ªa ser una baja participaci¨®n en los primeros comicios parlamentarios libres en Polonia.
Las elecciones presidenciales demostraron tambi¨¦n que inesperadamente puede surgir una tercera fuerza. No quiero decir con ello que tenga que surgir irremediablemente, pero existe el peligro de que alguien intent¨¦ captar los votos ofreciendo unas soluciones m¨¢gicas.
Por otra parte, el grupo poscomunista va insistentemente inculcando a la gente la idea de que las dificultades que experimentamos son efecto de los dos ¨²ltimos a?os y no de los anteriores 44.
Entre los partidos que surgieron de Solidaridad tambi¨¦n hay algunos que en vez de asumir la responsabilidad por las transformaciones buscan soluciones sustitutivas en otras ¨¢reas. Me refiero a la Coordinadora del Centro y sus promesas de resolver todos los males por medio de pasar la cuenta a los comunistas.
P. ?Cree que para ganar las elecciones es suficiente volver a hablar a los polacos sobre la sensatez y la calma?
R. Creo que en Polonia hay mucha gente que desea demostrar que sabemos gobernarnos en la libertad y que no nos sumiremos en los conflictos.
P. ?No le parece que el presidente Walesa apoya en la campa?a que comienza a la Coordinadora del Centro contra la Uni¨®n Democr¨¢tica?
R. Desde el punto de vista constitucional, nada impide que el presidente apoye un determinado partido pol¨ªtico. No obstante, en la situaci¨®n de un pa¨ªs que atraviesa por tan importantes transformaciones es una situaci¨®n negativa porque el presidente deja de representar el poder supremo y no puede desempe?ar el papel unificador.
Por tanto, el presidente deber¨ªa estar por encima de las divisiones. Muchas de sus ¨²ltimas intervenciones [de Walesa] hacen suponer que ha contra¨ªdo ya un compromiso con una de las fuerzas sin crear formalmente un partido presidencialista.
P. ?Por qu¨¦ se opone tanto al presidencialismo al que aspira Walesa? ?Quiz¨¢s ser¨ªa mejor sistema para un pa¨ªs sumido en la crisis pol¨ªtica y econ¨®mica?
R. Ni mi partido, ni yo, estamos en contra de Lech Walesa ni somos anitipresidencialistas. Respetamos la autoridad del presidente y no deseamos destruirla. En cambio, creemos que deber¨ªa existir el equilibrio entre los poderes. En nuestra opini¨®n, el debate que hay hoy en Polonia no es sobre si habr¨¢ un sistema m¨¢s presidencialista, o m¨¢s parlamentarlo. La esencia del problema es si los poderes del presidente deben estar definidos claramente por la Constituci¨®n, o bien si puede existir una cierta discrecionalidad en las actuaciones del primer mandatario.
P. ?Teme que esta dicrecionalidad degenere en dictadura?
R. Lo que temo es al caos.
P. Lech Walesa declar¨® recientemente que en el caso de que Polonia se suma en la "anarqu¨ªa", recurrir¨¢ a la fuerza...
R. Luchando contra la anarqu¨ªa uno debe procurar no engendrarla.
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