Reapareci¨® Pauloba
Luis de Pauloba reapareci¨® felizmente en las Fiestas Colombinas de Huelva tras la grav¨ªsima cornada q ue sufriera a principios de temporada.Afortunadamente para ¨¦l y para el toreo, Pauloba no ha perdido ni el sitio, ni el valor, ni las buenas maneras que ya acredit¨® antes de la terrible cornada. Su decidida voluntad de ser torero, pese a la adversidad, la ratific¨® en su deb¨² onubense. La plaza entera le dedic¨® una ferviente ovaci¨®n al terminar el paseo, que reprodujo cuando Chamaco le brind¨® su segundo novillo.
Luis de Pauloba tuvo un primer enemigo inv¨¢lido, al que no mim¨® cuanto pudo y supo, pese a lo cual se derrumbaba estrepitosamente. La carencia de fuerzas le imped¨ªa repetir y desdibuj¨® los buenos muletazos aislados del torero de Aznalc¨®llar.
Jandilla / Pauloba, Chamaco, Carrasco
Novillos de Jandilla, de aceptable presentaci¨®n, blandos y nobles. Luis de Pauloba: pinchazo, estocada, cuatro descabellos (vuelta); media y descabello (vuelta). Chamaco: eestocada perdiendo la muleta y descabello (silencio); estocada y descabello (oreja). Miguel Carrasco: estocada delantera y ca¨ªda y descabello (oreja); estocada y dos descabellos (ovaci¨®n). Plaza de la Merced, 1 de agosto. Segunda corrida de las Fiestas Colombinas. Dos tercios escasos.
En el cuarto destacaron dos series de redondos, citando de lejos, rematando con mucha torer¨ªa en la cadera. Despu¨¦s el novillo se qued¨® muy parado y la insistencia de Pauloba daba como fruto alg¨²n aislado muletazo con donaire.
En las barbas
Chamaco tuvo un primer enemigo encastado y codicioso al que no pudo dominar pese a que el onubense no es torero que se arredre. Estuvo valiente pero el novillo.se le subi¨® a las barbas. Al quinto, con embestida aborregada, lo tore¨® con pausa y temple sobre ambas manos, pero como el novillo no aportaba emoci¨®n Chamaco hubo de echar mano de los recursos del tremendismo, pues con el toreo sosegado la atm¨®sfera no se caldeaba.Miguel Carrasco, otro novillero onubense, volvi¨® a dejar el buen sabor de boca de la feria del pasado a?o. Tiene Carrasco el toreo en la cabeza, y lo desarrolla con buen gusto y suficiente valor.
A su primero lo tore¨® espl¨¦ndidamente sobre la mano derecha, especialmente en dos series de redondos, con perfecto embarque y remate. En el sexto de la tarde hubo muy toreros comienzos pero el novillo se raj¨® enseguida y los intentos de Carrasco resultaron bald¨ªos.
La reaparici¨®n de Luis de Pauloba debe significar la exaltaci¨®n de valores muy importantes: el primero la espl¨¦ndida capacidad de reacci¨®n del ser humano ante la adversidad; tambi¨¦n la constataci¨®n del alto nivel en que se encuentra la cirug¨ªa taurina, y finalmente, que los toreros, los que son capaces de reaccionar como Pauloba, son efectivamente los semidioses, como los calificara una famosa obra teatral.
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