Europa, a contrapi¨¦
La invasi¨®n de Kuwalt y los acontecimientos posteriores tomaron a Europa a contrapi¨¦. Todo sobrevino cuando la Comunidad Europea debat¨ªa c¨®mo articular un sistema com¨²n de defensa, bien como una secci¨®n dentro de la OTAN, bien reforzando la Uni¨®n Europea Occidental (UEO) -a la que Francia podr¨ªa asociarse sin reservas- y haciendo de ella el brazo armado comunitario. La urgencia por reunir una coalici¨®n internacional contra Irak no dej¨® tiempo para m¨¢s palabras, y cada pa¨ªs sali¨® del paso como pudo.El Reino Unido se aline¨® inmediatamente con EE UU y demostr¨® su belicosidad hasta el final, enviando 25.000 soldados de ¨¦lite -las ratas del desierto- - al campo de batalla, provistos de carros de combate Challenger, m¨¢s 54 cazabombarderos y, 17 buques de guerra. En el otro extremo, Alemania, embebida en su un¨ªficaci¨®n y alegando impedimentos constitucionales, se limit¨® a financiar el despliegue ajeno con m¨¢s de 600.000 millones de pesetas.
Francia aport¨® fuerzas a la coalici¨®n (15.200 soldados, con 42 aviones y siete buques), pero quiso distinguirse pol¨ªticamente y, en el ¨²ltimo minuto, se sac¨® de la manga una iniciativa de paz. Fran?ois Mitterrand se ofreci¨® a viajar a Bagdad justo el d¨ªa 15 de enero, cuando expiraba el ultim¨¢tum de la ONU. Los vientos de guerra se llevaron por delante la oferta y el presidente no se movi¨® de Par¨ªs. Italia no aport¨® tropas de tierra, pero s¨ª 10 bombarderos y 5 buques. Irlanda, ajena a la OTAN, mantuvo su habitual postura de no intervenci¨®n.
A medio gas
Las potencias menores de la Comunidad tuvieron tina postura m¨¢s o menos hornog¨¦nca. Espa?a, Holanda, B¨¦lgica, Dir¨ªainarca, Grecia y Portugal no se personaron en el campo de batalla. pero enviaron barcos de guerra a Oriente Pr¨®ximo para colaborar en el bloqueo econ¨®mico total impuesto a Irak por la ONU, en una operaci¨®n coordinada, esta vez s¨ª, por la U EO.
Espa?a, adicionalmente, ech¨® una mano a Estados Unidos con el llamado "apoyolog¨ªstico", permitiendo el uso intensivo de las bases hispano-norteamericanas para las expediciones b¨¦licas de los grandes bombarderos B52 y para el dispositivo de avituallamiento y de evacuaci¨®n de heridos. Washington, despu¨¦s, mostr¨® una calurosa gratitud hac¨ªa el Gobierno de Madrid por su inequ¨ªvoco alineamiento del lado de Estados Unidos, que la Moneloa hab¨ªa preferido mantener sotto voce durante lit guerra.
El jefe del Gobierno espa?ol. Felipe Gonz¨¢lez, lleg¨® a escribir una rnisteriosa carta a la elasa Blanca, que George Bush no pareci¨® recib¨ª?-, en la que ped¨ªa que no se bombardeara dernaslado a los iraqu¨ªes. La CE torn¨® nota de la lecci¨®n. Inmediatarnente despu¨¦s del alto el fuego empez¨® a articularse Lir¨ªa fuerza i-nilitarde intervenci¨®n inmediata la que habr¨ªa hecho falta en el -oll'o P¨¦rsico capaz de afrontar futuros conflictos ftiCra de las fronteras cornunitarias.
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