Amarga victoria
El 2 de agosto de 1990, Irak invad¨ªa Kuwait y desencadenaba lo que se llam¨® la crisis del Golfo. A partir del 15 de enero de 1991, esa crisis se convirti¨® en una verdadera guerra, a¨¦rea primero y terrestre despu¨¦s; esta segunda fase dur¨® 100 horas y acab¨® el 28 de febrero. ?Qu¨¦ balance se puede hacer al a?o del comienzo de la crisis y cinco meses despu¨¦s del final de la guerra?Recordemos, para empezar, una de las m¨²ltiples advertencias de Juan Pablo II que nadie ha tenido en cuenta: "La guerra es una aventura sin retorno", y la reiterada promesa de George Bush de establecer un nuevo orden internacional m¨¢s justo. El 16 de marzo, en una alocuci¨®n al Congreso de EEUU, evocaba las dos grandes guerras mundiales del siglo y las esperanzas de paz que levantaron antes de concluir: "Se vio que estas esperanzas estaban fuera del alcance de los hombres. Ahora podemos ver c¨®mo surge ante nosotros un mundo nuevo". ?Qu¨¦ hay de todo eso hoy?
Se ha hablado de moralizar las ventas de armas. ?No hay en ello cierta hipocres¨ªa? A finales de la d¨¦cada de los ochenta, el montante del gasto mundial en defensa era de un bill¨®n de d¨®lares, de los cuales el 80% correspond¨ªa a la OTAN y al ex Pacto de Varsovia. La compra de armamento de Oriente Pr¨®ximo alcanzaba el 10%, es decir, unos 100.000 millones de d¨®lares anuales, y las armas eran suministradas principalmente por Estados Unidos, la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Francia, el Reino Unido, China y, a un segundo nivel, Italia, Espa?a, Suecia, Brasil.
Los cinco miembros del Consejo de Seguridad obligan ahora a Irak a que destruya las armas qu¨ªmicas, los misiles y el material nuclear que ellos les vendieron. Invita a so?ar... Si todo ese dinero se hubiera consagrado a la formaci¨®n de gente, a la investigaci¨®n cient¨ªfica, a inversiones pac¨ªficas...
Se acaba de informar que la guerra habr¨ªa costado alrededor de 60.000 millones de d¨®lares, dos tercios de los cuales habr¨ªan sido financiados por los aliados de Estados Unidos. Para solucionar los problemas de seguridad alimentarla del mundo ¨¢rabe habr¨ªa bastado con 40.000 o 50.000 millones. Otro elemento de reflexi¨®n: la reconstrucci¨®n de Kuwait se ha estimado en 30.000 millones de d¨®lares, y la de Irak, en 200.000 millones, es decir, un total de 230.000 millones de d¨®lares, de los que principalmente se benefician las empresas americanas, y accesoriamente, las japonesas y europeas; esta suma corresponde al total de la deuda -210. 000 millones- contra¨ªda por los pa¨ªses ¨¢rabes -a excepci¨®n de las ricas petromonarqu¨ªas del Golfo- con las potencias occidentales. Para terminar, la guerra ha obligado a endeudarse a Arabla Saud¨ª y Kuwait por primera vez en su historia.
Con ocasi¨®n de la fiesta nacional francesa, el 14 de julio, Fran?ois Mitterrand declaraba: "Es cierto que solucionar los problemas pendientes de Oriente Pr¨®ximo, todos ellos candentes ( ... ), entrar¨ªa dentro de la l¨®gica de una victoria que no fuera amarga".
Dado que ninguno de los problemas se ha solucionado y sabiendo el perfecto dominio del lenguaje del presidente, se puede deducir que la victoria es muy amarga. ?Por qu¨¦?
Comencemos por Irak, donde no se ha solucionado nada. La culpabilidad de Sadam Husein es considerable, pero ?qui¨¦n ha pagado, y contin¨²a pagando, la factura? Los 18 millones de iraqu¨ªes inocentes. Los expertos se preguntan con gravedad -e iron¨ªa- si la guerra y sus 90.000 toneladas de bombas han causado m¨¢s de 250.000 muertos civiles y militares o s¨®lo 100.000...
El general Schwarzkopf habr¨ªa querido llegar hasta Bagdad -lo que no era legal, seg¨²n las resoluciones de la ONU para acabar con Sadam. Bush se lo impidi¨®, pero, a partir del 15 de febrero, pidi¨® al pueblo iraqu¨ª que se levantara para obligar al dictador "a ceder su puesto". Los kurdos (20% de la poblaci¨®n) y los shi¨ªes (55%) respondieron a su llamada. Temiendo entonces que el levantamiento desestabilizara la regi¨®n, empezando por Turqu¨ªa, miembro de la OTAN, Estados Unidos dej¨® a Sadam "hacer el trabajo sucio" y restablecer el orden. ?Cu¨¢ntos muertos? ?10.000? ?20.000? Nadie lo sabe.
Tras una misi¨®n en Irak en el mes de julio, el pr¨ªncipe Sadruddin Agha Jan, coordinador de la ONU para problemas humanitarios, acaba de recomendar que se levante el embargo, al menos parcialmente, para permitir que Bagdad venda su petr¨®leo y pueda comprar productos alimenticios, evitando as¨ª una "cat¨¢strofe humana" debida a la falta de al aIimentaci¨®n. ?Qui¨¦nes son los m¨¢s amenazados? "Los beb¨¦s, los ancianos, los refugiados", afirma la misi¨®n. Si no se toma una decisi¨®n r¨¢pida, se estima que el numero de las v¨ªctimas podr¨ªa alcanzar las ?200.000!
Kuwait fue liberado por los ej¨¦rcitos de las grandes democracias, pero en cuanto la familla real volvi¨®, sigui¨® con sus h¨¢bitos de siempre: procedi¨® a hacer ajustes de cuentas y no ha hecho nada para favorecer un proceso democr¨¢tico ardientemente reclamado por una oposici¨®n que ha sido la que realmente resisti¨® a la ocupaci¨®n iraqu¨ª. ?Amarga victoria!
La guerra del Golfo contribuy¨®, sin duda, a acelerar el proceso de normalizaci¨®n de L¨ªbano iniciado en los acuerdos de Ta¨¦f de octubre de 1989. Evidentemente, el Estado acab¨® con los combates que desgarraban el pa¨ªs desde 1975, pero ha terminado, con la bendici¨®n de Washington, bajo la tutela de Damasco. Siria ha recibido de este modo una recompensa por su participaci¨®n en la coalici¨®n antiiraqu¨ª y, a la vez, una prenda para incitarle a aceptar una negociaci¨®n con Israel.
Queda la cuesti¨®n palestina, la m¨¢s importante, puesto que es como un c¨¢ncer que se generaliza, y la que ha engendrado, al menos directamente, la inayor¨ªa de los conflictos de la regi¨®n: las guerras ¨¢rabe-israel¨ªes de 1948, 1956, 1967, 1973; la guerra de L¨ªbano en la medida en la que cerca de 400.000 palestinos que hu¨ªan de su patria ocupada por Israel se instalaron en ese peque?o pa¨ªs de dos millones de habitantes...
Ha sido necesario que el secretario de Estado norteamericano, James Baker, hiciera tras la guerra del Golfo cinco giras a Oriente Pr¨®ximo para poder acariciar al fin la esperanza de la convocatona de una conferencia de paz, aunque nadie asegure su exito. Si bien es cierto que Israel, que siempre ha exigido de sus vecinos ¨¢rabes negociaciones sin condiciones previas, se ha puesto a multiplicar sus condiciones cuando aqu¨¦llos han aceptado discutir con ¨¦l.
La principal de esas condiciones se refiere a la composici¨®n de la delegaci¨®n palestina: no deber¨ªa comprender a representantes de la OLP, a aquellos que tuvieran el aval de ¨¦sta, ni a representantes de Jerusal¨¦n Este. Esta parte de la ciudad est¨¢ incluida en los territorios ocupados, seg¨²n la resoluci¨®n 242, cuyo reconocimiento fue exigido por las grandes potencias a la OLP. Esta ¨²ltima lo hizo en noviembre de 1988 por boca de Yasir Arafat, cuya representatividad contestan ahora.
?Qu¨¦ dice y qu¨¦ hace la ONU? Su vocaci¨®n es situar las guerras fuera de la ley. Pero no s¨®lo no ha impedido la del Golfo, sino que la ha aprobado mediante las 12 resoluciones votadas contra Irak. Y desde el 28 de febrero no se ha o¨ªdo su voz para exigir con urgencia el respeto a otras 200 resoluciones relacionadas con la cuesti¨®n palestina y el conflicto ¨¢rabe-israel¨ª adoptadas desde 1947.
Todav¨ªa estamos lejos, como se puede ver, de un nuevo orden internacional m¨¢s justo. A menos que se trate de un nuevo orden americano, que Europa no tendr¨ªa m¨¢s elecci¨®n que aprobar.
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