Bultos sospechosos

Hace tiempo, para muchos ni?os, si hab¨ªa un huevo en casa era para el padre. No se empezaba a comer lo poco que hubiera hasta que el padre no se sentara a la mesa, en su sitio de siempre. No estaba permitido hablar durante el refrigerio porque el padre dec¨ªa: "El que come y habla en la mesa tarde sesa".Por aquellos tiempos, el usted y el s¨ª se?or estaban a la orden del d¨ªa y no digamos del hasta ma?ana, si Dios quiere y el buenos d¨ªas, ?han descansado ustedes?

Superada la edad del colegio (los que fueron), los chicos no pod¨ªan fumar hasta cumplidos los 18 a?os, o cumplido el servicio militar de hasta tres a?os; las chicas, nunca, y ¨¦stas ten¨ªan que estar en casa lo m¨¢s tarde a las diez de la noche de entonces, las ocho de ahora.

Esos ni?os, hechos padres y abuelos ahora (no todos), est¨¢n bajo las ¨®rdenes de sus hijos y nietos. Son de la tercera edad. No han podido contarles a sus nietos ni batallitas, ni refranes, ni an¨¦cdotas (los j¨®venes se lo pierden porque ya est¨¢n en la reserva, l¨¦ase Hogar del Pensionista, y s¨®lo pueden hacerlo con sus colegas, como ahora se dice.

La tercera edad es triste, pero sirve de consuelo lo que dice Manuel Vicent: "Antes los jubilados s¨®lo pod¨ªan echar una firma en el brasero", pero tambi¨¦n dice:

"Una persona pobre es un bulto sospechoso". Habr¨ªa que cambiar la frase, con el permiso del se?or Vicent: "Una persona jubilada es un bulto sospechoso", teniendo en cuenta que la Comisi¨®n Abril propone que los jubilados paguen el 40% del importe de las medicinas.-Mariano Ballano.