El caso de una mujer que dar¨¢ a luz a sus propios nietos reaviva la pol¨¦mica sobre las madres de alquiler en EE UU
El caso de Arlette Schweitzer, una mujer norteamericana de 42 que dar¨¢ a luz el pr¨®ximo mes de noviembre gemelos que en realidad ser¨¢n sus nietos, ha vuelto a poner de actualidad en EE UU la pol¨¦mica sobre las madres de alquiler.A Arlette Schweitzer le ha sido implantado un ¨®vulo de su hija fecundado con esperma del marido de ¨¦sta. De esa manera har¨¢ posible que su hija, que carece de ¨²tero desde su nacimiento, tenga descendencia.
Doctores y abogados especialistas en las nuevas t¨¦cnicas de reproducci¨®n aseguran que ¨¦ste ser¨¢ el primer caso en EE UU de una mujer que dar¨¢ a luz a sus propios nietos. El ¨²nico caso conocido hasta ahora en el mundo fue el de una mujer surafricana que di¨® a luz a los trillizos de su hija en 1987.
Arlette Schweitzer qued¨® embarazada mediante el implante del ¨®vulo de su hija fecundado con el semen de su yerno y lo hizo, seg¨²n ha declarado, como un acto de amor hacia su hija de 22 a?os, Christa Uchytil, de Sioux City (lowa), que naci¨® sin¨²tero y por tanto no pod¨ªa tener hijos.
La futura abuela-madre, -cuyo parto es esperado para el pr¨®ximo noviembre-, no ha aceptado ning¨²n dinero de parte de su hija por lo que en esta ocasi¨®n, seg¨²n los expertos, no existir¨¢n los problemas econ¨®micos que han enmara?ado el debate ¨¦tico y las soluciones legales en casos anteriores. Adem¨¢s, los expertos subrayan que el tipo de maternidad de Schweitzer, en la que ella s¨®lo porta el feto sin proporcionar el ¨®vifici, est¨¢ llegando a ser cada vez m¨¢s com¨²n.
John Robertson, un profesor de leyes de la universidad de Tejas especialista en casos de madres de alquiler, ha afirmado que, seg¨²n los ¨²ltimos datos disponables referentes a 1989 aportados por la Sociedad Americana de Fertilidad, en ese a?o hubo 198 intentos para tener un hijo mediante este tipo de alquiler, 33 de los cuales culminaron en partos. Robertson ha se?alado que este: tipo de maternidad es legal en 1 'odos los estados de EE UU.
El caso de Schweitzer es dlstinto del de Mary Beth Whitehead-Goulid, madre de alquiler del famoso Baby M, que en 1986 aport¨® sus propios ¨®vulos, pact¨® recibir 10.000 d¨®lares de los futuros padres por quedarse embarazada, que posteriormente no cobr¨®, y que, tras el parto, se neg¨® a entregar el hijo. Un tribunal rehus¨® a concederle la custodia del beb¨¦ pero le fueron dados derechos de visita.
Pese a todo, las reacciones habidas ante la decisi¨®n de Arlette Schweitzer incluyen desde expresiones de admiraci¨®n hasta fuertes cr¨ªticas. As¨ª, Arthur Caplan, profesor de ?tica de la Universidad de Minnesota, ha se?alado que ¨¦l no tiene sino elogios para Schweitzer. "Creo que es un acto bondadoso y generoso, y por tanto ¨¦ticamente admirable".
M¨¦todo ideal
Robertson considera que, "aunque a primera vista parece un poco raro e incluso alocado, cuando piensas detenidamente en ello, ¨¦ste podr¨ªa ser el caso menos problem¨¢tico de alquiler. No hay dinero de por medio, es improbable que la abuela quiera quedarse con los beb¨¦s y el caso del alquiler est¨¢ mediatizado por el amor de una madre hacia su hija. Podr¨ªa decir incluso que este es el m¨¦todo ideal".Por su parte, Jay Katz profesor de leyes, medicina y psiquiatr¨ªa en la Universidad de Yale se muestra totalmente en contra. Cree que el caso de alquiler de Schweitzer es una "mal¨ªsima idea" que podr¨ªa acarrear problemas al ni?o. "?Es la abuela realmente la abuela o la madre?, se pregunta. "Ello puede originar demasiadas tensiones para el ni?o y la familia".
Albert R. Jonsen, profesor de ?tica de la Universidad de Washington, en Seattle, advierte que sus dudas sobre el caso de la maternidad de alquiler de la se?ora Schweitzer se derivan de los sentimientos que la maternidad de alquiler puede provocar en el coraz¨®n mismo de la sociedad respecto a qui¨¦n y qu¨¦ constituye una relaci¨®n de sangre.
Por su parte, Schweitzer y su hija han declarado que ambas estuvieron plante¨¢ndose el hecho de la maternidad de alquiler durante seis a?os y, a pesar de no encontrar el apoyo suficiente por parte de los m¨¦dicos, siguieron adelante con su prop¨®sito.
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