Georg Luk¨¢cs, diario de una crisis
Un texto, publicado ahora en alem¨¢n, revela los dramas y deseos del fil¨®sofo h¨²ngaro
Georg Luk¨¢cs (Budapest, 1885), pensador h¨²ngaro que trat¨® de desarrollar filos¨®ficamente el marxismo, muri¨® en 1971. En 1973 apareci¨®, en una caja fuerte de un banco de Heidelberg, una maleta que conten¨ªa correspondencia, manuscritos y anotaciones dejadas all¨ª por Georg Luk¨¢cs en 1917, poco antes de regresar a Budapest. Entre esos diversos manuscritos, se encontraba un diario escrito en h¨²ngaro y en alem¨¢n. Tras su publicaci¨®n en h¨²ngaro (1981), aparece ahora el texto completo del diario en alem¨¢n (Brinkmann & Bose de Berl¨ªn). El diario revela los dramas y deseos del autor, su permanente miedo a la frivolidad, y sobre todo, la tremenda crisis que le caus¨® la muerte de su amiga Irma Siedler.
El cuaderno, de 168 p¨¢ginas, del que las 54 primeras aparec¨ªan numeradas, llevaba en la parte interior de la cubierta la numeraci¨®n romana II, lo que permiti¨® suponer, y as¨ª lo confirmar¨ªa enseguida una de las primeras anotaciones del diario, que existi¨® otro diario anterior, del que no se sabe pr¨¢cticamente nada. El diario se inicia el 25 de abril de 1910 y termina el 16 de diciembre de 1911. A partir del d¨ªa de la muerte de su mejor, si no su ¨²nico,. amigo, Le¨® Popper, el 21 de octubre de 1911, Luk¨¢cs deja de hacer las anotaciones del diario en h¨²ngaro y comienza a escribirlas en alem¨¢n.No se trata de un diario convencional: hay, por ejemplo, muy pocas referencias personales y menos ¨ªntimas: lo estrictamente personal se reduce a un par de comentarios sobre el calor, que no le favorece, que el mes de mayo no le suele traer suerte, o un par de l¨ªneas sobre su padre y el entorno familiar; el diario contiene, tambi¨¦n, en contraposici¨®n a lo que suele ser habitual en este tipo de diarios, muy pocas referencias a personajes famosos de la ¨¦poca: en eso se reduce a un par de comentarios sobre su relaci¨®n con Simmel, o sobre la capacidad filos¨®fica de Bloch.
El diario es, por decirlo as¨ª, un diario intelectual, o, por expresarlo con las palabras del mismo Luk¨¢cs, un diario del "yo inteligible" del autor.
Miedo a la frivolidad
La preocupaci¨®n constante y central de ese diario es la obra, el desarrollo del pensamiento y las ideas, y s¨®lo a trav¨¦s de todo eso y de lo que eso supone o determina llegamos a saber algunas cosas sobre la persona: sobre las crisis del autor, sobre sus amigos, sobre sus dramas y deseos, sobre un curioso y permanente miedo a la frivolidad, temor y casi terror que expresa constante y machaconamente.El personaje central del diario es, junto al autor, la pintora Irma Siedler, a la que Luk¨¢cs hab¨ªa conocido en 1907, con la que hab¨ªa viajado en 1908, en compa?¨ªa de Leo Popper, a Italia y con la que crea una extra?a relaci¨®n sentimental, dif¨ªcil de especificar o calificar, y que nunca llegar¨ªa ni a clarificarse ni a realizarse en casi ning¨²n sentido. Como la describe el mismo Luk¨¢cs, m¨¢s que de amor se trataba de una "simpat¨ªa m¨ªstica". El diario demuestra, sin embargo, la importancia decisiva que esa relaci¨®n sentimental tuvo en la personalidad "esencialmente asensual, asexual, racionalista" de Luk¨¢cs, como ¨¦l mismo lo escribe, y mucho m¨¢s todav¨ªa en su obra de la ¨¦poca, particular¨ªsimamente en el libro El alma y las formas, al que, por decirlo as¨ª, el diario presenta como el fruto de ese amor imposible. Acerca de la importancia de Irma en la vida de Luk¨¢cs escribe: "... Siento de alguna manera: s¨®lo con una mujer as¨ª es posible un matrimonio, pues s¨®lo de una mujer as¨ª est¨¢ permitido tener un hijo, pues entonces tambi¨¦n el hombre tiene un hijo: objetivaci¨®n del gran anhelo, adquisici¨®n de una forma -no el fruto casual de una hora embriagadora-".
La muerte de Irma, quien se suicida el 24 de mayo de 1911, desaparici¨®n a la que seguir¨ªa poco m¨¢s tarde la de Le¨®, en octubre de 1911, causa en Luk¨¢cs una profunda crisis que puede seguirse, con cierto detalle, en el diario,
Esa crisis le lleva a tener que revisar, y casi refutar, uno de sus axiomas vitales m¨¢s inamovibles y queridos: no necesitar a nadie. Siente entonces la importancia de esas personas en su vida, sobre todo la de Irma, a la que dedica en el diario el d¨ªa de la muerte frases de profunda desesperaci¨®n, no exenta de lirismo: "Nadie es tan pobre que Dios no pueda hacerlo m¨¢s. No lo sab¨ªa. Ahora lo s¨¦: se acab¨® todo. Todas las ligaduras se han roto. A partir de ahora hay s¨®lo metas y fines; y cosas; y trabajo. Pues ella lo era todo. Todo. Todos mis pensamientos eran flores que yo le llevaba, y la alegr¨ªa y el valor vital de ¨¦stos consist¨ªa en que eran de ella -...que quiz¨¢ la alegrar¨ªan-". A pesar de eso, el diario muestra una personalidad marcadamente antisentimental, seca, para la que incluso la p¨¦rdida de los amigos m¨¢s cercanos parece sentirse no tanto por las personas mismas como por lo que puedan suponer para el propio pensamiento, lo que quiz¨¢ pueda explicar parte de las tragedias personales y pol¨ªticas posteriores.
El mismo Luk¨¢cs confirma indirectamente ese estado al recoger laudatoriamente el diagn¨®stico certero que Bloch hab¨ªa hecho de su caso "filos¨®fico": "...Construcciones demasiado panl¨®gicas", y Bloch deseaba realidad. Naturalmente, frente al drama de esas muertes, no conoce m¨¢s que una vieja medicina, ya descrita en anotaciones de momentos cr¨ªticos anteriores: "Trabajar, como si tuviera, por lo menos, 70 a?os, y como si no importara en el mundo otra cosa que escribir algunos ensayos, algunos libros".
Furiosos fantasmas
Claro que esta vez la medicina no es del todo curativa y no logra espantar los fantasmas m¨¢s furiosos sobre el sinsentido de toda su forma de vida, ni el profundo desconcierto sobre el valor de toda su forma de ser. Escribe entonces p¨¢ginas de gran tristeza, hace interesantes y detalladas reflexiones sobre la justificaci¨®n del suicidio y llega a conclusiones bastante amargas sobre los resultados a los que le ha llevado su intelectualismo. Por ejemplo, al d¨ªa siguiente (le la muerte de Le¨®: "...Es de noche y est¨¢ vac¨ªo en torno a m¨ª. Mi entendimiento trabaja en un espacio sin aire, en ninguria parte resistencia, un ser... Todo est¨¢ oscuro. Me parece: soy castigado por mi altaner¨ªa, por mi confianza en la obra y el trabajo en ella... Como una m¨¢quina macabra sin maquinista y sin meta, mi entendimiento trabaja en el vac¨ªo, en la oscuridad. ?Oh mi orgullo y mi altaner¨ªa: ser totalmente mental, haber abandonado ya todo lo terrenal! Ahora ha llegado la venganza: soy puramente, es decir, esp¨ªritu vac¨ªo, in¨¢nime, sin punto de apoyo, sin valor... Y el esp¨ªritu puro se tornea, cansado, en el vac¨ªo sin meta...".El pen¨²ltimo d¨ªa del que el diario da cuenta, el 15 de diciembre de 1911, la crisis parece ya superada, pero el problema central permanece: "La crisis parece acabada. Me he evadido en la teor¨ªa del conocimiento y en la frivolidad. Va a funcionar, me temo. Esto es lo que ha quedado: percibo mi 'vida', 'mi poder seguir viviendo', como decadencia; ... de esta forma, todo es un compromiso triste y un degenerar".
Babelia
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