El fiscal pide 3 a?os de c¨¢rcel para una viuda que pas¨® drogas a su hijo

Amalia F. B. es una viuda de 59 a?os, de profesi¨®n portera, a la que el fiscal pide una pena de tres a?os de prisi¨®n. Hace un a?o, su hijo Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa, un yonqui de 31 a?os, para quien el fiscal ha pedido una condena a¨²n m¨¢s elevada, entr¨® en la c¨¢rcel de Carabanchel para cumplir una condena de ocho d¨ªas. Cuando le faltaban 48 horas para salir, pidi¨® a la madre que le llevara zapatos y ropa limpia. Dentro de los zapatos, los vigilantes de la c¨¢rcel de Carabanchel encontraron 28 comprimidos alucin¨®genos.

"No pod¨ªa imaginarme que en los zapatos iba eso", dice la madre. "La culpa la tengo yo y s¨®lo yo", agrega el hijo. Amalia asegura que nunca har¨ªa nada para comprarle drogas a ¨¦l. "Comida le doy toda la que quiera, pero dinero -para eso, nada. Me ha robado de casa todo lo que ha querido" -"es verdad, es verdad", repite el hijo en voz baja mientras habla su madre- "y una vez lo tuve durmiendo en el portal porque me quit¨® un edred¨®n que me hab¨ªa costado 8.000 pesetas y que todav¨ªa lo estaba pagando a plazos".El abogado de ambos, Aurelio Aranda, afirma que tanto la condena que reclama el fiscal para a la madre como la de seis a?os y 50 millones que pide al hijo son excesivas y abusivas, si se tiene en cuenta que ella desconoc¨ªa que en los zapatos hubiera alucin¨®genos.

"Adem¨¢s", explica Aurelio Aranda, "Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa tambi¨¦n es inocente, puesto que no esperaba que la madre le trajera esos zapatos, sino otros".

"Yo la he metido en este l¨ªo", explica el hijo, "pero tienen que sacarla como sea, y si hace falta, que me echen a m¨ª el marr¨®n y que pague yo por los dos, porque ella es una mujer trabajadora que nunca ha hecho da?o a nadie". Jos¨¦ Antonio asegura que los 28 Buprex -¨¦se es el nombre de los comprimidos- cuestan unas 2.000 pesetas en la farmacia, y en la c¨¢rcel se pueden vender por 28.000 pesetas. "Pero yo no me acordaba de que los ten¨ªa guardados en esos zapatos". Jos¨¦ Antonio ha visitado Carabanchel cinco veces, aunque en ninguna ocasi¨®n ha estado m¨¢s de dos meses. "Soy un delincuente de pesetas que ha robado casetes y abierto maleteros".

En el poco tiempo que ha estado en la c¨¢rcel, afirma haber recibido varias palizas. "Una vez me dijo un funcionario que mi madre era una zorra. Le contest¨¦ que la zorra era su puta madre, y se ceb¨® conmigo a patadas".