La visita fugaz de un astro cansado
Julio Iglesias pas¨® por Madrid camino de su refugio veraniego
Llego anteanoche a su tierra madrile?a, y entre chanzas y realidades se cal¨® las primeras gafas de su vida para hacerse el retrato y, con las mismas, sigui¨® el rumbo de sus vacaciones. Antes, el viernes de la ¨²ltima semana, Julio Iglesias aterriz¨® en su amada Galicia, en la isla de La Toja. Comi¨® un par de veces en el eterno Chocolate y "desayunaba n¨¦coras, com¨ªa n¨¦coras, merendaba n¨¦coras, cenaba n¨¦coras y dorm¨ªa con n¨¦coras", brome¨® en serio totalmente. No ser¨ªa tanto. Al cabo de tres d¨ªas inici¨® el camino del aeropuerto. Y quiso detenerse en Santiago de Compostela "para ver al Santo". Pero cuando iba a parar el coche en la plaza del Obradoiro, se top¨® con una nube de fot¨®grafos y sali¨® de estampida.En Madrid, nadie, o casi, sab¨ªa que aterrizaba poco antes de las nueve de la noche en su avi¨®n y acompa?ado por un matrimonio amigo, dos amigas y su secretario. Esto ocurr¨ªa anteayer. Pas¨® por el hotel para ducharse, y a las diez de la noche, poco m¨¢s, ya lo recib¨ªa El Viejo Madrid. Aqu¨ª estaba el amo, que espet¨® a la concurrencia, "me hab¨ªan anticipado que vendr¨ªa alguien importante y amigo, y cre¨ª que ser¨ªa un ministro, pero resulta que es un superministro". Y para comenzar se llev¨® a Iglesias a la bodega: "Venga, escoge los vinos que quieras". Iglesias se alucin¨® ante el bodeg¨®n realista que aparentaban cientos de jamones colgados en una pared. El amo: "Si quieres, te envuelvo uno y te lo llevas para Miami". Iglesias: "Noooo, si cogen un jam¨®n en m¨ª avi¨®n, me persiguen los perros polic¨ªas hasta Miami; en vuelo regular ser¨ªa otra cosa". El cantante cen¨® con ansia el jam¨®n, los huevos revueltos con patatas y poco m¨¢s. Se dice cansado, tras los 75 conciertos de los ¨²ltimos tres meses a trav¨¦s de Estados Unidos, y la gira de la primavera por otros pa¨ªses latinoamericanos. Alguien recuerda que en Santiago de Chile, en el parque O'Higgins, desbord¨® el r¨¦cord de la historia de la m¨²sica, que ostentaba Paul MCartney, al reunir a 170.000 personas. Hasta final de agosto "estoy de vacaciones totales: toda mi gente, o casi, hace otro tanto. A partir del primero de septiembre comienzo una gira por 20 pa¨ªses del mundo, y esto ha de finalizar con 1991. El a?o pr¨®ximo vendr¨¦ a cantar a Espa?a". La cena le ha revigorizado, pero a medianoche ya dorm¨ªa. Se dice cansado de tanto trabajar, pero tararea un verso de su pr¨®ximo disco, de Manuel Alejandro.
Ayer sigui¨® su ritmo de descanso. En el hotel, cercano a Barajas, tom¨® el sol, hizo sus tres horas diarias de gimnasia, firm¨® los aut¨®grafos solicitados por se?oras, ni?as y caballeros, y habl¨® de pol¨ªtica espa?ola con dos acompa?antes. De Felipe Gonz¨¢lez dijo que "a ver si resiste, porque le hace falta a Espa?a". Al fot¨®grafo que le iba a retratar, que sabe mucho de Estados Unidos, le dijo: "Yo tengo la cabeza americana, y los poros y el sudor, espa?oles". Y de un salto se plant¨® en Barajas de nuevo, en su avi¨®n, ahora con tres amigas. Destino inc¨®gnito en principio, pero luego se supo: Menorca. Despu¨¦s, lo ¨²nico seguro, dijo, "es que en tres d¨ªas o cuatro regreso a casa. All¨ª no me persiguen los fot¨®grafos. Y eso no quiere decir que no me guste salir en las portadas. No".
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