Bush advierte que sin Gorbachov no habr¨¢ colaboraci¨®n con Mosc¨²

El presidente de Estados Unidos, George Bush, tom¨® ayer juramento al nuevo embajador norteamericano en Mosc¨², Robert Strauss, y le dio instrucciones para que advierta a las nuevas autoridades sovi¨¦ticas que todo tipo de ayuda econ¨®mica y cooperaci¨®n pol¨ªtica quedar¨¢ suspendido hasta la reinstalaci¨®n de Mijail Gorhachov en el poder. Bush inform¨® que ha hablado telef¨®nicamente con Bor¨ªs Yeltsin, a quien expres¨® todo su apoyo.

El presidente trat¨® infructuosamente de hablar con Gorbachov. El juramento del nuevo embajador, que partir¨¢ inmediatamente hacia su nuevo destino, vacante desde hace una semana, ha sido simb¨®licamente adelantado como un signo del inter¨¦s de la Casa Blanca por influir en el desarrollo de los acontecimientos en la URSS. Sin embargo, viaja a Mosc¨² pero no presentar¨¢ credenciales, advirti¨® Bush.Robert Strauss, una destacada personalidad dem¨®crata que fue inicialmente elegido por Bush para ampliar las relaciones econ¨®micas con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, tendr¨¢ ahora la misi¨®n de presionar sobre la nueva junta de Gobierno para evitar el triunfo definitivo de la l¨ªnea dura.

El presidente Bush, despu¨¦s de una primera reacci¨®n muy prudente en la ma?ana del lunes y al t¨¦rmino de una ronda de consultas con diferentes lideres mundiales -entre ellos, el presidente del Gobierno espa?ol-, defini¨® al final del d¨ªa una pol¨ªtica mucho m¨¢s beligerante contra las nuevas autoridades sovi¨¦ticas. Bush expres¨® su apoyo a las exigencias hechas por el presidente ruso, Bor¨ªs Yeltsin, y pidi¨® la restauraci¨®n de los ¨®rganos leg¨ªtimos de poder".

George Bush insisti¨® en que Estados Unidos "no apoyar¨¢ ning¨²n programa de ayuda econ¨®mica" mientras subsista la actual situaci¨®n "extraconstitucional". El presidente norteamericano anunci¨® que la pol¨ªtica norteamericana hacia la URSS en las circunstancias actuales estar¨¢ basada en el criterio de que deben mantenerse en aquel pa¨ªs las reformas econ¨®micas y la democratizaci¨®n, as¨ª como el proceso de "reconciliaci¨®n pac¨ªfica entre el centro y las rep¨²blicas".

En un gesto de protecci¨®n a Yeltsin, Bush advirti¨® que su pa¨ªs respaldar¨¢ a los dirigentes elegidos democr¨¢ticamente y que se opondr¨¢ al uso de la fuerza para privarlos de su derecho a la libre expresi¨®n. Tambi¨¦n manifest¨® su oposici¨®n al uso de la fuerza en las rep¨²blicas b¨¢lticas y exigi¨® a la URSS el respeto a los ac¨²erdos internacionales firmados por Gorbachov.

No hay ¨®rdenes especiales

Tras el juramento de Strauss, Bush regres¨® ayer a su lugar de vacaciones en Kennebunkport, en el Estado de Maine, actualmente amenazado por el hurac¨¢n Bob. Antes de eso, Bush mantuvo una reuni¨®n con sus principales consejeros para estudiar la crisis. Por el momento, el Pent¨¢gono no ha anunciado la transmisi¨®n de ¨®rdenes especiales para las fuerzas mil?tares norteamericanas en el exterior, aunque distintas fuentes miencionan aqu¨ª la posibilidad de un retraso de los planes de retirada de armas y tropas en Europa. El consejero de seguridad de la Casa Blanca, Brent Scowcroft, ha manifestado que "todav¨ªa no existe una crisis militar" para EE UU sino que se trata de "un asunto interno de la URSS en el que no hay nada en lo que Estados Unidos est¨¦ directamente implicado". La declaraci¨®n de Scowcroft, adem¨¢s de procurar serenar los ¨¢nimos de una sociedad norteamericana inquieta por la crisis en la URSS, es un reconocimiento de que Washington no cuenta con medios suficientes para modificar el rumbo de los acontecimientos en aquel pa¨ªs.

El propio Bush ha admitido que "hay muy poco que Estados Unidos pueda hacer excepto reiterar, en total cooperaci¨®n con los aliados europeos, el compromiso con los principlos de las reformas, la apertura y los cambios democr¨¢ticos". Estados Unidos se muestra tan incapaz para influir en los acontecimientos como, aparentemente, lo fue para prevenirlos.

Por la informaci¨®n de la que el p¨²blico norteamericano dispone se puede deducir que Bush se enter¨® del derrocamiento de Gorbachov al mismo tiempo que los medios de comunicaci¨®n, tema que comienza a ser objeto de debate por parte de congresistas y columnistas, que tambi¨¦n empiezan a preguntarse qu¨¦ hizo el Goblerno norteamericano para consolidar a Gorbachov y evitar el triunfo de los dirigentes comunistas de l¨ªnea dura.