Captagon, la droga que convirti¨® a Siria en un narcoestado bajo el mando de El Asad
La ca¨ªda del r¨¦gimen saca a la luz el esquema por el que Damasco produc¨ªa el 80% de esta sustancia durante la guerra. Las nuevas autoridades queman las pastillas, que descubrieron en talleres y mansiones en su avance rel¨¢mpago
Era un secreto a voces que, ante las sanciones internacionales, el hoy derrocado r¨¦gimen de Bachar El Asad hab¨ªa convertido Siria en un narcoestado con la producci¨®n y contrabando de captagon, una droga de producci¨®n f¨¢cil y barata apodada ¡°la coca¨ªna de los pobres¡±. Tambi¨¦n que Maher, el hermano peque?o del dictador y hoy en paradero desconocido, supervisaba un negocio que proporcionaba cada a?o 2.400 millones de d¨®lares (algo m¨¢s de 2.300 millones de euros, seg¨²n la investigaci¨®n del Instituto New Lines de Nueva York) a un sistema en el que la corrupci¨®n no era la excepci¨®n, sino la norma. Maher El Asad comandaba de la Cuarta Divisi¨®n Acorazada del Ej¨¦rcito y era de facto el segundo hombre m¨¢s poderoso del pa¨ªs. El combatiente rebelde Baker Sham sab¨ªa todo eso, pero a¨²n se sorprende de su dimensi¨®n, al mostrar en un centro a las afueras de Damasco c¨®mo se produc¨ªa, empaquetaba y ocultaba dentro de mesas de madera, frutas decorativas de pl¨¢stico, rollos de luces LED o generadores el¨¦ctricos. ¡°Lo que encontramos al llegar se habr¨ªa vendido por millones de d¨®lares en el mercado¡±, asegura Sham, mientras recoge del suelo las tablillas para convertir la mezcla l¨ªquida en pastillas y bolsitas de hach¨ªs de 100 gramos. La Siria de El Asad generaba el 80% de la producci¨®n mundial de captagon, seg¨²n los c¨¢lculos de Naciones Unidas.
Los rebeldes hallaron el laboratorio clandestino de droga en Maaroune, a unos 20 kil¨®metros de la capital, Damasco. Es una amplia planta industrial de dos niveles que hasta 2018 produc¨ªa patatas fritas y en cuyo suelo pueden verse hoy miles de pastillas de captagon, abandonadas apresuradamente ante el raudo avance rebelde, que acab¨® con el r¨¦gimen a principios de mes en apenas semana y media. ¡°Siria se ha convertido en el mayor productor de captagon de la Tierra [¡] y hoy, va a ser purificada por la gracia de Dios todopoderoso¡±, dijo poco despu¨¦s Ahmed Al Shara, el l¨ªder de Hayat Tahrir al Sham (HTS), el grupo fundamentalista isl¨¢mico que lider¨® el derrocamiento y que ve en la droga una prueba de la miseria moral del r¨¦gimen. Las nuevas autoridades han incendiado grandes cantidades de hach¨ªs y al menos un mill¨®n de pastillas de captagon. Producirlas costaba unos pocos c¨¦ntimos de euro. Se vend¨ªan en una horquilla de tres a 20 euros.
Una sala tiene el techo negro y huele a quemado. ¡°Cuando llegamos, no hab¨ªa nadie. Todos hab¨ªan huido poco antes, incendiando el hach¨ªs que almacenaban aqu¨ª¡±, cuenta el combatiente. No es la ¨²nica f¨¢brica de captagon descubierta tras la ca¨ªda expr¨¦s del r¨¦gimen. Otras estaban en una compa?¨ªa de venta de autom¨®viles en la ciudad costera de Latakia, un edificio en la base a¨¦rea Mazzeh en Damasco o una mansi¨®n cerca de la capital.
Captagon es el antiguo nombre comercial de la fenetilina, un psicoestimulante que comenz¨® a desarrollarse en Alemania en los a?os sesenta para tratar la narcolepsia, la depresi¨®n y el trastorno de d¨¦ficit de atenci¨®n con hiperactividad. Lleg¨® ilegalmente en los 2000 desde el este de Europa a Oriente Pr¨®ximo, cambiando el centro de gravedad. Mientras la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos lo ven¨ªa prohibiendo desde los ochenta, al descubrir que era muy adictivo, en Oriente Pr¨®ximo se popularizaba ya en este siglo, sobre todo entre los combatientes para afrontar la batalla. Durante a?os se la conoci¨®, de hecho, como la droga de los yihadistas.
A la salida de la planta, un veh¨ªculo militar con ametralladora y matr¨ªcula de Alepo muestra que ahora la f¨¢brica est¨¢ en manos de los rebeldes. Al lado, hay un cami¨®n de mercanc¨ªas. Nunca lleg¨® a transportar la droga en las cajas de tehina y frutos secos que estaban preparadas.
Durante a?os, las actividades dentro de la planta estuvieron protegidas por dos muros. Uno f¨ªsico, de hormig¨®n, y otro, de silencio, sobre un negocio que El Asad utilizaba con los pa¨ªses ¨¢rabes como baza negociadora para cumplir su sue?o: regresar a los foros internacionales como vencedor virtual de la guerra y obtener el levantamiento de las sanciones. El r¨¦gimen control¨® en el ¨²ltimo lustro el 70% del territorio, incluidos los puertos costeros y al menos parte de todas las fronteras: Jordania, Turqu¨ªa, L¨ªbano, Irak e Israel. Son 370 kil¨®metros de divisorias.
El principal destino era el Golfo, sobre todo Arabia Saud¨ª, donde llegaba hasta el 67% del total. Y las principales rutas de paso, mar¨ªtimas y terrestres, eran a trav¨¦s de las vecinas Jordania y L¨ªbano. La droga, a veces, daba un rodeo por el sur de Europa, antes de llegar al Golfo, pero rara vez se quedaba all¨ª. Por lo general acababa en pa¨ªses ¨¢rabes, por lo que el tr¨¢fico de captagon marcaba menos la conversaci¨®n global.
Am¨¢n y Riad estaban preocupadas y pidieron ayuda a sus aliados, Estados Unidos y el Reino Unido, que impusieron en 2022 sanciones a empresarios y otras personas del r¨¦gimen involucradas en el tr¨¢fico de captagon. El narconegocio que promov¨ªa El Asad golpeaba a su juventud y afectaba a sus fronteras. Las autoridades saud¨ªes admitieron a?os atr¨¢s que los principales consumidores ten¨ªan entre 12 y 22 a?os.
En una entrevista en la capital jordana en octubre de 2023, un joven exadicto al captagon, Mohamed, relat¨® su experiencia. Sin dar su apellido ni ser fotografiado, cont¨® que empez¨® a tomarlo en la universidad, donde era muy popular entre j¨®venes de diferentes clases sociales. Para los m¨¢s humildes, era relativamente barata. Para los que, como ¨¦l, proven¨ªan de familias m¨¢s pudientes, era accesible. Unos y otros las tomaban sobre todo para el sexo (porque se generaliz¨® la idea de que mejoraba la duraci¨®n y desempe?o) y para rendir en los estudios. Era habitual para aguantar los atracones de estudio previos a un examen, contaba. Tambi¨¦n era popular entre los taxistas y conductores de VTC que hac¨ªan turno de noche.
Riad lleg¨® a prohibir en 2021 todas las importaciones de productos libaneses, para evitar la entrada clandestina de captagon. Ese a?o, confisc¨® 86 toneladas de anfetaminas, el doble que el a?o anterior. Los pa¨ªses ¨¢rabes, que hab¨ªan comenzado el proceso de normalizaci¨®n de El Asad, sacaban el tema en las conversaciones con sus interlocutores sirios y recib¨ªan promesas que luego quedaban en nada.
Mayo de 2023 marc¨® un punto de inflexi¨®n. El ej¨¦rcito jordano lanz¨® sus primeros bombardeos a¨¦reos dentro de Siria para frenarlo. En uno, mat¨® a Marai al-Ramthan, un conocido narcodelincuente que coordinaba el tr¨¢fico.
Ese mismo mes, la Liga ?rabe reacept¨® a Siria, 12 a?os despu¨¦s de suspenderla, por su represi¨®n de las protestas pac¨ªficas ¨Den el marco de la Primavera ?rabe¨D que deriv¨® en casi 14 a?os de guerra. El Asad era el mismo El Asad ese 2011 y el d¨ªa que regres¨® ¨Drelajado y sonriente¨D a la Liga ?rabe, pero pes¨® m¨¢s en los pa¨ªses ¨¢rabes la aparente estabilizaci¨®n del frente (los rebeldes preparaban en secreto en Idlib la ofensiva), las prisas por desembarazarse de los refugiados, la realpolitik, el deseo de combatir la influencia de Ir¨¢n y, desde luego, el captagon. Se cre¨® un comit¨¦ de contacto ministerial con representantes de Egipto, Irak, Jordania, Arabia Saud¨ª y Siria con cuatro tareas. Entre ellas, reducir la producci¨®n y el contrabando de captagon.
El tr¨¢fico continu¨® como si nada. Solo se ha desplomado ahora, con la ca¨ªda del r¨¦gimen. Un alto mando militar jordano explicaba el a?o pasado a este peri¨®dico c¨®mo se colaba. La principal v¨ªa era escondida en cargamentos legales de exportaci¨®n. As¨ª sal¨ªa de la f¨¢brica de Maaroune. Pero como la vigilancia crec¨ªa, los narcotraficantes recurrieron tambi¨¦n a f¨®rmulas como esconderla dentro de drones y llevarlos, volando a baja altura, al otro lado de la frontera con Jordania.
Los expertos hablaban de una estructura descentralizada, con distintos actores enriqueci¨¦ndose en paralelo, sin una jerarqu¨ªa clara. Arabia Saud¨ª, por ejemplo, se incaut¨® de ocho millones de pastillas de captagon el mismo mes en que albergaba la cumbre de la Liga ?rabe que readmiti¨® a Siria.
La ca¨ªda del r¨¦gimen ha dado un golpe mortal al tr¨¢fico de captagon, pero el riesgo ahora ¨Dgenerada la demanda y las rutas¨D es que simplemente se desv¨ªe. Por ejemplo, al vecino Irak, donde las autoridades se incautaron en 2023 de 4,1 toneladas de pastillas de captagon, casi 34 veces m¨¢s que cuatro a?os antes, seg¨²n un informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. El informe recuerda que Irak puede ¡°convertirse en un importante nodo¡± de narcotr¨¢fico mundial, ya que se encuentra en la intersecci¨®n de las principales rutas. De momento, el n¨²mero de personas en el pa¨ªs con trastornos derivados del consumo de drogas se duplic¨® entre 2017 y 2021.
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